El próximo lunes será 15 de mayo, Día de las y los Maestros en México. Se trata de un día muy importante para las y los trabajadores de la educación, cuya historia se remonta al decreto presidencial de Venustiano Carranza, que estableció en 1918 la conmemoración de ese día para reconocer la labor del magisterio.
¿Cuáles son las condiciones de los trabajadores de la educación?
En lo que respecta a quienes pertenecen al nivel básico, han sido presa de diversos ataques, por ejemplo, los aumentos salariales que reciben son raquíticos, producto de que la patronal, en este caso el Estado a través de la SEP o los dueños de escuelas privadas, se niegan a darles un aumento acorde a su labor y que les alcance para vivir, mientras el gobierno da un presupuesto millonario a las Fuerzas Armadas. Lo cual se da en un contexto de alta inflación, donde los productos básicos se estima que se han encarecido más del 20%, en algunos casos un 50% y hasta del 100%. Lo que se refleja también en las carencias de estudiantes, así como de padres y madres de familia que no tienen garantizado ni siquiera el derecho básico a la sana alimentación, lo que se suma a otras carencias estructurales como la falta de espacios para la cultura y el deporte, por falta de presupuesto.
Pero esta situación no es muy diferente en en los niveles de media y superior, donde reina la precarización laboral y también la educativa, pues la inmensa mayoría de trabajadores y estudiantes, resienten directamente estas condiciones, como las y los profesores de asignatura, así como muchos trabajadores sindicalizados de intendencia, mantenimiento, cocina, que a pesar de contar con un Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) padecen los ataques patronales sobre sus condiciones de trabajo y salarios.
En ese mismo sentido, hay contratación de personal, que, en varios casos, se encuentran bajo el esquema de outsourcing, mostrando la intención de las patronales de precarizar más y más las condiciones de trabajo.
Esta situación tiene un impacto directo en la forma en que se imparte la educación. Por ejemplo, si los docentes se encuentran en condiciones de inestabilidad laboral, con bajos salarios y con nulas prestaciones, eso los obliga con frecuencia a tener múltiples trabajos, corriendo de una escuela a otra para completar sus gastos, lo cual afecta sensiblemente a la posibilidad de su propio desarrollo académico y en la energía que pueden dedicar a la formación de sus estudiantes. Aún así, les vemos darlo todo en cada clase.
Por otro lado, están los trabajadores de intendencia, cocina, mantenimiento y administrativos quienes, con su trabajo, contribuyen, ni más ni menos, a que la escuela funcione y que las clases puedan ser impartidas. Estos jamás son reconocidos por el significado de su labor, ni reivindicados como parte de la comunidad educativa, pero si ellos tampoco están en condiciones óptimas para realizar su trabajo, esto también va a impactar en la educación.
El caso de la UACM
Como ejemplo podemos poner a quienes laboran en la UACM, donde tanto profesores de asignatura como trabajadores han denunciado la ofensiva dirigida por la rectora Tania Rodríguez, cercana a la actual jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y a su partido, el Morena, quienes, a pesar de los discursos de “cambio” han decidido dar continuidad a la política de gobiernos anteriores. Ya que la precarización laboral no se ha ido del país, y la inmensa mayoría de los trabajadores siguen padeciendo sus efectos.
Por estas razones, hacemos un llamado a todas y todos los trabajadores de la educación de nivel superior y de todos los niveles, a marchar con las y los maestros, trabajadores y profesores de la agrupación magisterial Nuestra Clase, por una educación de alto nivel académico, al servicio de las necesidades y para el desarrollo integral de todas las potencialidades de las y los niños, adolescentes y jóvenes mexicanos.
Nos encontraremos afuera del metro San Cosme, a las 10 am, para marchar contra la precarización laboral y educativa, contra el feminicidio y la violencia patriarcal que padecen maestras, estudiantes y madres cotidianamente; por plazas automáticas para las y los normalistas así como para las y los profesores universitarios, por educación sexual integral y por aborto libre seguro y gratuito para evitar la deserción que se agudizó tras la pandemia, así como exigir que todas las huelgas, como la recientemente terminada de la Universidad de Sonora (Unison), se resuelvan siempre en favor de sus trabajadores, incluyendo a los más precarios, como son los profesores de asignatura. |
