Esta noche Juan Manzur realizó una conferencia de prensa donde anunció su declinación a la candidatura a vicegobernador de Tucumán, luego de la suspensión de las elecciones provinciales por la Corte Suprema. Para reemplazarlo anunció a Miguel Acevedo, ministro del Interior actualmente, quien acompañará en la fórmula a Jaldo.
El fallo de la Corte Suprema fue una decisión completamente arbitraria, que implica restringir el derecho a votar de cientos de miles de personas. Pero al mismo tiempo al referirse solo a las categorías de gobernador, no toca las estructuras completamente feudales y antidemocráticas que existen en esos mismos distritos y que son utilizados para mantener una estructura política completamente antidemocrática.
La declinación de Manzur confirma que ni con el fallo de la Corte ni con las respuestas del oficialismo, que termina por acatar la decisión, cambia el fraude de los acoples en las elecciones de Tucumán, y otras maniobras del régimen político. Aunque se vaya Manzur, queda el fraude que implican los acoples electorales.
Cómo afirmó Alejandra Arreguez, candidata a vicegobernadora por el Frente de Izquierda en la provincia, entrevistada sobre el fallo: "La Corte busca beneficiar solo a un sector político, los argumentos sobre la inconstitucionalidad o esta especie de intención de perpetuarse en el poder de Manzur, no es excluyente de Manzur. Tenemos todo un arco de referentes que vive perpetuado en el poder y acuden a todo tipo de maniobras. Hay una arbitrariedad en este fallo de la Corte al detenerse solamente en ese punto, 20 minutos antes de las elecciones por decirlo de manera metafórica, y no así en contemplar el conjunto de la elección en Tucumán que es fraudulenta desde los pies a la cabeza."
Mientras tanto, cada día se hace más evidente la distancia entre las necesidades de las mayorías populares y los intereses de las fracciones políticas que responden al gran empresariado. Mientras la situación económica y social se torna dramática para millones, los partidos patronales y sus aliados en otros sectores -como el Poder Judicial y las empresas periodísticas- solo atienden a sus propias internas.
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