Nahuel González
| Trabajador ferroviario (Agrupación Naranja) - Línea Mitre
En las otras notas que componen este dossier hemos recorrido un camino que comenzó buscando reflejar la situación actual del transporte, los efectos que esto trae para los usuarios y trabajadores, y quiénes son los responsables del deterioro del servicio. En esta última parte encararemos qué camino debería seguir una solución integral a esta situación crítica, comenzando por concentrar el transporte urbano en una empresa estatal única, bajo gestión obrera y con participación y control de los usuarios, que establezca una verdadera planificación del sistema de transporte.
Para cambiar realmente la situación crítica en la que se encuentra el transporte público de pasajeros es necesario un enfoque integral que aborde el financiamiento, la gestión y la operación del transporte público en la región de manera planificada. Es fundamental conquistar un sistema de transporte público seguro, eficiente, accesible y sostenible que garantice el derecho a la movilidad, especialmente para los sectores más postergados de la sociedad.
La integración del transporte multimodal es una estrategia clave para mejorar la accesibilidad y la eficiencia del transporte público. Con un sistema gratuito de bicicletas, que no responda a negociados de amigos del poder como sucedió en CABA, se podría ayudar a que las personas lleguen a las estaciones de transporte público más fácilmente y reducir los tiempos de viaje. A su vez, es imprescindible realizar un cambio en la planificación de las ciudades y barrios, avanzando en la construcción de nuevas estaciones y terminales que unifiquen los tres cordones que rodean el AMBA, conectando colectivos, trenes y subtes.
Esto, sin duda, ayudaría a reducir los tiempos de espera y de viaje, incentivando a que más personas utilicen el transporte público en lugar de sus vehículos particulares y enfrentando el problema de la contaminación, avanzando hacia una planificación del transporte más sustentable y amigable con el ambiente.
Este plan debe ser llevado adelante en conjunto con la reducción de la jornada laboral a 6 horas, 5 días a la semana, que como observamos en este dossier no solo se vuelve necesario ante lo que evidentemente debe ser considerado un trabajo insalubre, permitiendo mejorar la calidad de vida de los trabajadores del transporte, sino que también generará miles de nuevos puestos de trabajo con derechos, atacando directamente el creciente trabajo precario que tiene una enorme presencia en el transporte. Por último, una medida de este estilo en el conjunto del sistema laboral afectaría de manera positiva la movilidad urbana, ya que distribuiría la demanda a lo largo del día, descomprimiendo las “horas pico” y avanzando en reducir la congestión que lleva a perder tanto tiempo de nuestras vidas.
Este sistema tendrá que partir inevitablemente de cambiar las reglas del juego, con la centralización del transporte público en una empresa estatal única, quitándole las concesiones a los empresarios y siendo gestionado por sus trabajadores con el control de los usuarios.
Bajo gestión obrera y control de los usuarios
Recapitulando, comenzando por redoblar la lucha por el acceso a la vivienda y la urbanización de los barrios más humildes que permita el ingreso del transporte público, la inversión en infraestructura, la reducción de la jornada laboral, la modernización del sistema y la integración del transporte multimodal son estrategias clave para mejorar la calidad del servicio de transporte público y fomentar su uso.
Pero lograrlo solo será posible de la mano de terminar con el sistema actual, enfrentando la visión de sectores como la derecha que buscan privatizar todo servicio o derecho esencial. La diputada nacional del PTS en el Frente de Izquierda Unidad Myriam Bregman, cuando le preguntaron por la situación en el transporte, planteó: “habría que investigar a dónde fueron todos los subsidios que han recibido estos años, porque no se ve que haya mejorado notablemente la calidad del transporte público en Argentina, sino todo lo contrario”. También dijo que el servicio de trenes y colectivos “debería ser totalmente estatal y controlado por los trabajadores, organizando el recorrido con participación de los vecinos (...) ¿Quién sabe cómo funciona el servicio? Los trabajadores y los usuarios saben cuáles son los problemas que enfrentan cotidianamente”.
Es con este sentido que en Jujuy el candidato del Frente de Izquierda, Gastón Remy, planteó un novedoso proyecto que propone una salida integral al problema en la provincia. “Proponemos crear una empresa estatal única, controlada por trabajadores y usuarios, que brinde un servicio de calidad y accesible al bolsillo del pueblo trabajador. Para ello, es necesario estatizar las empresas actuales que solo en un año recibieron en subsidios el equivalente al 90% del valor de todas las unidades. Con el control de trabajadores y usuarios, podremos planificar recorridos, invertir en nuevas unidades y aplicar un abono mensual –pase ilimitado- que te permite un ahorro de $3.000 al mes”. Avanzar en este camino pondría un freno a la organización de un sistema caótico que se mueve en función de los intereses de los grandes empresarios y pondría en el centro la implementación de un servicio público esencial para la vida de millones de trabajadores y trabajadoras.
El acceso al transporte es un derecho básico elemental como la vivienda, la educación o la salud. Desnaturalizar que servicios elementales sean fuente de lucro privado y proponer construir una fuerza política de las y los trabajadores que enfrente estas condiciones que, al fin y al cabo, como vemos, son las que nos enferman, las que nos arrebatan compañeras, compañeros de trabajo y de vida, es una tarea del presente más necesaria que nunca, con el horizonte en una sociedad donde entre otros avances, no se nos vaya la vida viajando.