La versión estadounidense de "The Office" duró nueve temporadas y superó con creces al formato británico original que tuvo dos ciclos. Con un formato de falso documental que se dedica a seguir la vida cotidiana de un grupo de oficinistas, el carisma y el humor negro de Steve Carell y de cada uno de sus protagonistas la convirtieron en una serie de culto. Ganadora de múltiples premios, es considerada como uno de los 100 mejores programas de televisión de todos los tiempos.
¿Qué puede haber de divertido en la vida laboral diaria de un grupo de oficinistas que trabajan en una papelera? La respuesta puede sorprender si el jefe en cuestión es un personaje completamente fuera de lo común, con una personalidad lúdica que lo lleva una y otra vez al ridículo en la interacción con sus empleados pero que sin embargo resulta total y completamente querible. En esencia, en esto se puede resumir "The Office", la serie británica creada en formato de falso documental que en su versión estadounidense conoció el éxito definitivo.
Un universo llamado Dundler Mifflin
Ricky Gervais y Stephen Merchant idearon la serie que se emitió durante 2001 y 2003 y no tuvo el desempeño esperado. Sin embargo vendió el formato a varios países que la reconvirtieron con una impronta propia y tuvieron relativo éxito local. En el caso de Estados Unidos, su adaptación estuvo a cargo de Greg Daniels, escritor entre otras series, de Los Simpson. Parece que la idea lo entusiasmó a tal punto que se convirtió en uno de los productores ejecutivos. Con todo el casting realizado y el elenco central con Steve Carell en el rol del jefe Michael Scott, Rainn Wilson como el excéntrico Dwight, John Krasinski como Jim, Jenna Fischer como Pam y BJ Novak como Ryan, salieron a la arena televisiva el 24 de marzo de 2005.
Pero quizás no todo resultó como querían. La primera temporada es casi un calco de la versión británica, con un humor mucho más filoso, ácido y sarcástico que el cálido y familiar público estadounidense acostumbrado a otro tipo de risas. El personaje de Carell no generaba mucha empatía y era un jefe impiadoso con sus empleados de la papelera Dundler Mifflin. El formato de falso documental, con todos los personajes conscientes de que los están grabando, permitió desde el primer momento la ruptura de la cuarta pared con frases, miradas pero sobre todo gestos dirigidos de forma directa a los televidentes. Recibió críticas mixtas justamente por no tener mucho feedback con el público, con unos actores que creaban situaciones hilarantes pero que no se los notaba completamente cómodos. Sin embargo, todo cambiaría.
La clave del éxito
Ya entendiendo que la onda iba para otro lado, desde el primer momento de la segunda temporada el jefe Michael Scott comienza a humanizarse, a explicar los fundamentos de su personalidad y a crear un vínculo con sus empleados desde un lugar completamente opuesto que desde el principio. Esto permitió el crecimiento y desarrollo del resto de los personajes, sobre todo de Dwight, interpretado de forma brillante por Rainn Wilson, en su dinámica con Steve Carell. Ambos actores son los creadores de la mayoría de las situaciones hilarantes, embarazosas y ridículas de "The Office", muchas veces entre sí y otras como disparadores con los otros personajes.
La serie duró nueve temporadas, alcanzando su pico máximo creativo entre la cuarta y la quinta, con el desarrollo y participación de otros personajes, pero (alerta spoiler) hacia la séptima la serie empieza a decaer producto de la partida de algunos protagonistas y de guionistas. Sigue queriendo mantenerse pero con muchas dificultades ya que los cambios afectaron mucho la trama principal. Finalmente, el cierre final vino un 16 de mayo de 2013, fecha en la que se emitió el último capítulo que fue muy elogiado por la crítica.
La magia de lo cotidiano
Además de su humor y personajes memorables, "The Office" fue sido elogiada por su habilidad para explorar la naturaleza humana y las dinámicas de la vida en la oficina, un trabajo que comparten millones de personas a lo largo y ancho del mundo y que genera esa suerte de empatía al pensar que algo tan común puede ser el disparador de lo imposible. La serie examina las relaciones interpersonales, el trabajo en equipo, el liderazgo y los desafíos que enfrentan los empleados en su cotidianeidad, todo teñido de un humor negro hasta completamente absurdo.
La serie recibió 42 nominaciones a los Premios Emmy y Steve Carell ganó un Globo de Oro al Mejor Actor en una Comedia o Musical de Televisión en 2006. La serie también fue nombrada la mejor serie de TV por el American Film Institute en 2006 y 2008, ganó dos Premios del Sindicato de Actores de la Pantalla a la Actuación Sobresaliente de un Conjunto en una Serie de Comedia en 2006 y 2007 y ganó un Premio Peabody en 2006. Hace unos meses Netflix la estrenó en su plataforma y fue una oportunidad para que el público se renueve y muchos la vean por primera vez. Porque claro, ¿quién podría imaginar que la belleza también está en las cosas ordinarias y comunes de una oficina?.