Tuve la suerte de poder estudiar, y elegir. Me gusta la Pediatría. Muchos de quienes la elegimos, aunque hoy estemos en la trinchera de las guardias abarrotadas, lo hicimos con el deseo de acompañar el crecimiento y desarrollo, esa hermosa tarea de acompañar las crianzas, y detectar lo silente.
Para las grandes mayorías un simple control pediátrico es algo negado. No hay turnos, no hay acceso para algo tan, pero tan elemental. Recién tocan el sistema de salud ante la enfermedad. Así vemos como llegan les pibis hechos bolsa por una bronquiolitis o una gastroenteritis. Se enferman y como se dice "ya no tienen tela para cortar".
Ellos, aunque griten y pataleen, no se pueden hacer escuchar. Tal vez por eso llega tan lejos la irracionalidad de este sistema. En Argentina, con su Pampa Húmeda, les falta el alimento a 4,2 millones de niñes. Imagínate todos esos rostros... no entra en la mente.
Seguir apostando a un sistema capitalista que condena al 61,5% de les pibes a la pobreza mientras la industria alimenticia gana millones, es utópico, pero también es criminal. Este sistema no va más, y es en serio. O marcamos una salida por izquierda, o van a ir por más.
Sí, ya sé que no es fácil, pero no hay otra salida. Contentarse con discursos progres que no plantean cambios profundos, mientras son responsables de esta realidad, es darle de comer a chetas como Tolosa Paz que sale a criticar que hay pibes en una marcha piquetera. ¿Con la "niñera" van a quedar mientras les adultes van a reclamar COMIDA para vivir? Cínica.
El lunes, en la guardia, un nene lloraba, tosía mucho y no podía dormir. Estaba con ese cansancio hecho berrinche tan característico de ellos. El peque acostado en una camilla improvisada, su mamá en una silla. Los tres cansados. Entre estetoscopio y llanto tira "Mamá, odio al mundo". Las dos reímos.
No tengo duda que el odio y la bronca se transformará en organización. Yo se lo tengo prometido a varios rostros que no se olvidan, nuestros muertos y sus causas evitables. Ni a uno le faltará el pan ni las rosas.
El asunto es que no hay atajos. Hay que dar vuelta todo, y para eso hay que organizarse hoy. Hay salida, y es por izquierda.
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