El hecho ocurrió el miércoles por la tarde pero recién se conoció el día jueves. Según testigos, el electricista realizaba tareas de mantenimiento en el motor de un equipo SAI 651, que estaba energizado y cuando se le dio marcha la correa atrapó uno de sus brazos.
Las jornadas de trabajo extenuantes, los ritmos de producción sin límites y ausencia de medidas de seguridad para operar, son un caldo de cultivo para accidentes evitables y hasta muertes obreras. Parte del “lado B” de Vaca Muerta.
La bronca se expandió rápidamente entre los trabajadores que ven cómo se producen accidentes sin controles que los eviten. A fines de abril falleció otro petrolero en una de las rutas sobrecargadas y sin mantenimiento que conducen a los yacimientos de Vaca Muerta.
El secretario general del sindicato petrolero, Marcelo Rucci, se vio obligado a convocar a una reunión de Comisión Directiva de urgencia para evaluar un paro general del sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa para la próxima semana.
Las redes sociales y los portales locales de noticias, se llenaron de testimonios de obreros que cuentan situaciones parecidas y un denominador común: se incrementan los riesgos a la par que aumentan los ritmos de producción.
Los ritmos desenfrenados de Vaca Muerta aumentan los riesgos para la salud de los trabajadores
Las muertes y accidentes laborales se multiplicaron en la cuenca neuquina desde la modificación del convenio colectivo de trabajo en el año 2017. Esa adenda, impulsada por la conducción del sindicato de petroleros (de la que Rucci formaba parte), flexibilizó las condiciones de trabajo en la explotación no convencional. Entre otras cosas, redujo la cantidad mínima de operarios para que funcione una locación. Un nuevo acuerdo en 2020 generalizó las condiciones de flexibilidad para los yacimientos.
El trabajador que perdió su brazo realizaba tareas en equipos de San Antonio que están entre los más modernos que hay en el país: el SAI-651 y SAI-652. Son equipos que pueden perforar 1.426 metros en 24 horas, con una enorme potencia. Verdaderas bestias con herramientas robotizadas de última generación. Sin embargo, esta tecnología moderna no es utilizada para resguardar a los trabajadores:la jornada laboral sigue siendo de 12 horas diarias y con un diagrama que lleva en algunos casos puede llevar a permanecer 14 o hasta 21 días corridos trabajando.
Los accidentes laborales aumentan de la mano de los incidentes ambientales. No se trata de hechos aislados, sino de una tendencia en ascenso. Detrás de los récords de producción de la cuenca neuquina hay cientos de trabajadores sufriendo accidentes y dejando su salud.
La conducción del sindicato petrolero convoca medidas para descomprimir la bronca en las bases del gremio, pero sin ninguna continuidad, y avalando la flexibilización y el aumento de los ritmos de producción. Es necesario poner en pie comités de seguridad e higiene a manos de los propios trabajadores para controlar los procesos de producción y la seguridad en cada uno de los lugares de trabajo. Así lo plantea un proyecto presentado por el diputado provincial Andrés Blanco tras el triple crimen social de la refinería NAO en Cutral Có.
No se puede perder ni una vida más por la sed de ganancia de los empresarios y la complicidad del Gobierno y la conducción del sindicato. Urge dejar sin efecto los acuerdos de flexibilidad laboral y reducir los diagramas laborales sin reducción salarial, una medida que permitiría disminuir los riesgos para la salud al tiempo que crear nuevos puestos de trabajo.
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