La denuncia se expuso a la sociedad por la ausencia de respuesta a la urgencia que implica la necesidad de reparación de las instalaciones, la cual llega a poner en riesgo la vida de los niños internados.
Los médicos denuncian la vulneración del Derecho del acceso a la salud para los niños, además de las condiciones de tremenda precarización laboral y desprotección de los profesionales que se desempeñan allí. Este reclamo de los profesionales médicos es también acompañado por el personal de enfermería, sólo que estos últimos tienen miedo de exponerse por temor a las represalias. Nos han dicho que “el personal de enfermería no puede abrir la boca”.
Silvana Ridruejo, [1] médica pediatra que trabaja desde hace 13 años en la guardia central, declaró que “hasta acá llegamos, no podemos seguir sosteniendo lo insostenible.” Denunció que, luego de 6 a 7 años de carrera, más 3 de residencia, cobran $2000 la hora de guardia, recibiendo a niños y niñas de toda la provincia.
Señaló que el aumento de la demanda se debe a que muchos pacientes se quedaron sin obra social, por el aumento de la pobreza. Por esto mismo, hay casos que no se pueden derivar a cuidados domiciliarios, porque éstos no cumplen los requisitos mínimos de habitabilidad, sumado a los casos de gente que quiere quedarse en el hospital por el plato de comida.
Ante esta problemática tan compleja, el hospital llega a tener que trasladar niños internados con problemas respiratorios, alojados en pasillos en camillas húmedas y con techos con goteras. También señala que hay muchos casos de pacientes con problemas de salud mental, y que el hospital recién cuenta desde este año, con una sola psiquiatra.
La denuncia tuvo respuesta inmediata por parte del Ministerio de Salud de la Provincia, en los medios de comunicación. Con respecto a la saturación en la atención, Romina Carrizo, subsecretaria de Equidad del Ministerio de Salud de la provincia, respondió a la grave denuncia con argumentos evasivos y nada resolutivos. Con respecto a pacientes internados en los pasillos, con goteras y techos rotos, aclaró que “son pasillos técnicos del área de guardia y hay pacientes por un hecho de que hay una ocupación en la sala”. No ve la gravedad del hecho, sino que lo justifica explicando que “Tenemos una capacidad de 22 pacientes con todo lo que conlleva con los familiares y el equipamiento y para estos niños que están a la espera de una internación prolongada o la resolución de un cuadro se hace una colocación de una camilla o sillón de ruedas en los pasillos técnicos”.
Otra excusa muy lamentable por parte de Carrizo, es que recurrió al recuerdo de que “este es un Hospital que sufrió una inundación, y el agua llegó hasta el techo. Eso le genera un desgaste propio. Eso queda en la estructura propia del edifico.” Tenemos muy presente que este año conmemoramos los 20 años de la Inundación. Parece no ser tiempo suficiente para ocuparse de tan importante institución.
Por último, la secretaria de Equidad dijo que el nosocomio está enfrentando una alta demanda. "Recordemos que normalmente se atienden entre 200 y 250 niños, y hoy estamos llegando a los 400 niños los fines de semanas". Aunque reconoce la alta demanda que está enfrentando el nosocomio, no presentó ninguna medida dirigida para aliviar la contención de esta situación que deben afrontar los profesionales ante esta sobrecarga de trabajo. Sobre el pase a planta permanente de los profesionales médicos, Carrizo dijo: “Son más de 6 mil trabajadores que pasarían a planta y esto lleva todo un trámite administrativo que se va a ir haciendo”. [2]
Pero hay casos de profesionales que hace 4 y 2 años que están trabajando precarizados, por lo que a meses de terminar esta gestión provincial no parece una respuesta adecuada sino insultante. La actual ministra de salud, Sonia Martorano, está en segundo lugar en la lista que encabeza el gobernador Perotti para diputados provinciales.
Ante esta grave denuncia, Sonia Martorano ofreció sumar horas extras al personal sanitario. Esto no es ninguna solución para el personal que está agotado y que cobraría en negro y después de tres meses dichas horas. En trabajos tan cualificados la sobrecarga laboral es un riesgo para la propia salud de los trabajadores pero también para la calidad necesaria en la atención de los pacientes.
Julio Lapalma, médico que hace décadas trabaja en el lugar, afirmó que hay desidia de las autoridades y que los médicos se van por falta de reconocimiento. El Hospital brinda más de 30 especialidades, con una complejidad destacada, pero declaró que “es preocupante lo que se viene, lo que está ya es dramático y caótico". Sobre la "gravedad de la falta de pediatras", afirma que va a ser real "en tres o cuatro años. Hoy tenemos un recurso humano desgastado porque las pagas de un médico hoy son de
una indignidad total". [3]
Otros datos de gravedad a considerar: los médicos residentes abandonan el hospital, quedando sólo 5 para el manejo de 100 camas. Los turnos para operar pueden tener demoras de hasta año y medio.
Es muy grave que un hospital cuyo servicio es fundamental para la atención de los niños y niñas de la provincia, con equipos de excelencia, capacitados para brindar especialidades tan necesarias no haya tenido en tantos años la atención prioritaria por parte de las gestiones gubernamentales. Todo lo contrario, este es un claro ejemplo de las consecuencias de los recortes presupuestarios en la salud pública. En el día de hoy, los profesionales prestadores de atención a la discapacidad, inician por 48hs una nueva medida de fuerza por aumento salarial.
La precarización laboral y el aumento de la pobreza a nivel provincial (que deriva en una recarga mayor de atención de los efectores públicos) son problemas que un gobierno con superávit fiscal no sólo no quiere resolver sino que acrecienta, con políticas que sólo benefician a los sectores más concentrados de la economía. Para los sectores públicos de la salud, la educación y las condiciones de vida de los trabajadores, ajuste y recortes
implementados por las mismas figuras que se reciclan para diferentes cargos en las próximas elecciones. |