El “alerta amarilla” alcanza, además de la CABA, a la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Santiago del Estero, Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, La Rioja, Córdoba, San Luis, San Juan, Mendoza, Neuquén y La Pampa.
Según la definición del propio SMN, una “alerta amarilla” significa que las temperaturas “pueden ser peligrosas, sobre todo para los grupos de riesgo, como niños y niñas, personas mayores de 65 años, con enfermedades crónicas”.
Ciudades bajo cero
En la provincia de Mendoza, Malargüe era la ciudad más fría con -7.7° y una sensación térmica de -10.6°. Chapelco, en Neuquén, registraba -5.6° y -9.1°, respectivamente. En San Luis, Santa Rosa del Conlara y Villa Reynolds marcaban -4.6°; Córdoba Capital -4.4°; Santa Rosa, en La Pampa, -4,2°; Puerto Madryn en Chubut y la bonaerense Bahía Blanca -4° y San Carlos de Bariloche en Río Negro -3.8°.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires habrá cielo despejado por la mañana y algo nublado por la tarde, una temperatura estimada en 2° de mínima y 11° de máxima y vientos del sureste rotando al sur. Para este martes se prevé una jornada con cielo despejado y un leve ascenso de la temperatura con 3° de mínima y 12° de máxima. El miércoles se espera cielo parcialmente nublado y una temperatura que continuará subiendo hasta los 5° de mínima y 14° de máxima.
Por el momento (y se prevé que la cosa no cambie) ni el Gobierno nacional ni las gobernaciones de las provincias afectadas han emitido comunicación alguna respecto a operativos específicos para atención y auxilio de las personas y barrios que peor la pasan en estas circunstancias, sabiendo que son miles de personas las que sufren déficit habitacional o directamente viven en la calle. Claramente, para quienes gobiernan, de no mediar catástrofes imposibles de eludir, la vida de la población no vale lo mismo según la clase social a la que se pertenezca y las inclemencias climáticas parecen que sólo incumben a la individualidad de cada habitante. |