Las imágenes que llegan de Jujuy son pantallazos de pasado y de futuro. La veloz proliferación de cortes de ruta, el enfrentamiento prolongado. Los docentes jujeños demuestran que están dispuestos a poner el cuerpo en cada movimiento, en marchas masivas y resistiendo a las tropas de la infantería. Morales busca aplastar con su bota a un pueblo que sabe y mucho de resistencias.
El año 1997 vuelve a mi memoria como relámpago. Cómo parte de los levantamientos de los bordes contra el menemismo veintitrés cortes de ruta arrinconaron al gobierno en el cenit de aquella lucha. Los piqueteros jujeños se sumaban a caminos iniciados en Cutral Co, Plaza Huincol y Tartagal. No es memoria lejana, sirve para iluminar nuestro presente.
Hoy la lucha del pueblo jujeño tiene a los docentes en el centro con toda la fortaleza simbólica y efectiva de ser quién educa a los hijos de ese pueblo, esos docentes que además son parte orgánica del movimiento obrero. La potencia del gigante jujeño es enorme y a cada paso impugna el régimen de radicales y peronistas, por salarios, contra la reforma autoritaria y ahora contra la represión.
Morales y sus amigos no esperaban esta resistencia porque su desprecio por el pueblo lo llevan a subestimarlo, pero cuando el gobernador despertó de su sueño monárquico el pueblo estaba ahí, resistiendo. No podemos en estas palabras dejar de recordar que aquellas resistencias de los bordes construyeron junto a otras ese diciembre del 2001. |