Los resultados de las elecciones para renovar los Comités Ejecutivos de las Secciones 9, 10, 11 y 60 del SNTE en la CDMX, realizadas el pasado 14 de junio, confirmaron lo que denunciamos previamente.
Como en la mayoría de las entidades, se trató de un proceso antidemocrático y fraudulento, avalado por las autoridades laborales. Un proceso cuya finalidad fue legitimar a la burocracia sindical (los charros), con la intención de que siga manteniendo controlados y pasivos a las y los trabajadores de la educación en la CDMX y el resto del país.
Y es que, lejos de la supuesta cancelación de la reforma educativa y revaloración del magisterio, lo que tenemos es la continuidad de un régimen de excepción laboral mediante la USICAMM, aumentos salariales insuficientes porque van reduciendo nuestro poder adquisitivo, hacinamiento de salones con alumnos, plantillas incompletas, falta de infraestructura y equipamiento escolar y un largo etcétera, de todo lo cual son cómplices los charros del SNTE.
Pero a pesar de que distintas planillas de la burocracia sindical se impusieron en las cuatro secciones capitalinas, el 14 de junio se expresó un amplio sentimiento de repudio a los charros, canalizado a través del voto por la planilla Roja de la CNTE en la Sección 10, así como en la anulación y, más allá del voto y de forma más activa, con cientos de maestras y maestros que, durante el proceso correspondiente de la Sección 9, protagonizaron una jornada de lucha, con tomas de algunas sedes de votación, incluso enfrentando a golpeadores, como forma de protesta por la negativa de registro a la planilla Roja Democrática 9 de la CNTE.
Desafortunadamente, la dirección de la Sección 9 Democrática no ha puesto en marcha un plan para potenciar la disposición a luchar mostrada por las maestras y maestros de base, que votaron el desconocimiento de las elecciones en la Novena y exigen la restitución del proceso. En lugar de una política combativa, incluyendo en primer lugar un llamado al resto de la CNTE a movilizarse, los dirigentes se han centrado en la vía legal para impugnar las elecciones, lo cual por sí solo es insuficiente para enfrentar el charrazo. Mientras que muestran confianza en “mantener la interlocución con las instancias del gobierno federal para exigir la anulación del proceso fraudulento”, la primera movilización a la que convocan será hasta el 5 de julio, es decir, ¡21 días después de las elecciones!, con un mitin en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje. El resto de la CNTE, por su parte, lamentablemente ha dejado sola a la Novena.
En la Sección 10, aunque ganó la charra planilla Blanca, la cantidad de votos obtenida por la planilla Roja permitió que doce de sus integrantes (seis titulares y seis suplentes) se incorporaran al Comité Ejecutivo Seccional (CES) por “representación proporcional”. Esto, considerando el hecho de que el reglamento charro con el que se participó es antidemocrático e injusto porque a la segunda fuerza se le otorgan solo seis carteras con posibilidad de que sean ocho, siempre y cuando se obtenga más del 30% de la votación. Algo más justo sería que se dieran carteras de forma proporcional al número de votos obtenidos. Lo anterior, sin olvidar que se trató de una elección fraudulenta y que no tenemos certeza de que la Roja no haya ganado, ya que fueron los mismos charros quienes tuvieron el control.
Ahora la Asamblea de Coordinación de la Sección 10 de la CNTE está convocando a una asamblea para el 8 de julio; sin embargo, según se expresa en su manifiesto del 23 de junio, la misma tendrá un carácter informativo, en donde los convocantes presentarán su posicionamiento, plan de lucha y plan de trabajo. A más de tres semanas de las elecciones, necesitamos una asamblea verdaderamente democrática, para discutir desde las bases cómo continuar la lucha por la democratización del SNTE y por las demandas del magisterio, luego de haber conquistado seis carteras, producto de que más de 5 mil docentes votamos por sacar a los charros; un espacio amplio, abierto a las maestras, maestros y agrupaciones democráticas que queremos organizarnos de manera unitaria, poniendo al servicio de ello las posiciones sindicales conquistadas. Por eso, asistiremos para plantear esta propuesta.
Rumbo a las elecciones del SNTE en la CDMX, las y los docentes de la agrupación Nuestra Clase, junto a maestras y maestros independientes de distintos sectores y niveles educativos, llamamos a votar críticamente por la CNTE y nos pronunciamos contra la proscripción a la planilla Roja Democrática 9.
Junto con ello, planteamos la necesidad de una Asamblea Metropolitana con todas las secciones de la CDMX (9, 10 11 y 60), abierta también a los sectores más precarizados del magisterio sin sindicato -como las y los docentes de Pilares, PRONI (docentes de inglés) y las escuelas privadas- para levantar acuerdos que nos permitan luchar en conjunto por la educación pública y los derechos laborales, con la perspectiva de extender un plan de lucha a nivel nacional.
Así como la necesidad de impulsar un gran movimiento nacional por la democratización del SNTE, llamando a la CNTE a que tomara esta política en sus manos, para enfrentar al charrismo más allá del terreno electoral y para organizar la lucha por nuestras demandas mediante la movilización unitaria.
El 14 de junio, luego de votar críticamente por la planilla Roja en la Sección 10, las maestras y maestros de secundaria de la agrupación Nuestra Clase nos sumamos a la jornada de lucha convocada por la Sección 9 Democrática. Sin embargo, en la reunión realizada al final de la jornada electoral, en la sede de la CNTE, los dirigentes de la Sección 9 nos negaron la palabra para dar un saludo unitario y plantear nuestras propuestas para continuar la lucha.
Hoy insistimos en que la CNTE en la CDMX y en todo el país tome en sus manos el impulso de una política unitaria y combativa como la que planteamos. Además, redoblamos el llamado a todas las compañeras y compañeros de base que acuerden con estas propuestas para derrotar al charrismo y transformar nuestro sindicato en una herramienta de lucha, a impulsar juntos esta perspectiva.
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