Mientras eso sucede, ¿Qué pasa con nosotros? Volvemos a la normalidad de no poder conseguir trabajo por nuestra identidad de género y cuando lo hacemos acceder a los más precarizados, de tener que caminar con cuidado en las calles para no recibir una golpiza por expresar quiénes somos, de ser constantemente negados e invisibilizados (en especial personas de la comunidad asexual, intersex y no binaria) y en donde muchos viven con el miedo de que sus familias descubran quiénes son y los corran de la casa o los lleven a las mal llamadas terapias de conversión (Ecosig).

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Las empresas no son nuestras aliadas en la lucha por conquistar nuestros derechos. Mientras dicen apoyar a la comunidad lo cierto es que solo nos ven como un reclamo de venta y cuando sus ganancias se ven afectadas no tienen ningún reparo en dejar nuestros derechos de lado, esto podemos verlo por ejemplo con lo que pasó en la empresa Target en EE.UU.. Son las mismas que se pintan de arcoiris cuando llega el mes del orgullo pero todo el año explotan a sus trabajadores y cuando alguien se atreve a alzar la voz para denunciar las malas condiciones laborales miran a otro lado, le hostigan y/o hasta le despiden. Lo anterior demuestra que poco les importa los derechos de cualquier sector de la sociedad y que lo único que les interesa son sus ganancias.

Por otro lado tampoco podemos confiar en el Estado y sus mecanismos para poder lograr nuestros derechos. En México no podría ser más claro cómo para los partidos burgueses no somos más que una moneda de cambio que utilizan si con eso pueden ganar más votos. Por un lado tenemos al PRI y el PAN que ahora se pintan de feministas y dicen estar de nuestro lado pero cuando estuvieron en el poder no hicieron nada en nuestro benefició e incluso ahora siguen votando leyes reaccionarias como el PIN parental. Por otro lado está el MORENA que si bien tiene una retórica progresista y pro-derechos LGBT al mismo tiempo llegó al poder en alianza con el PES un partido reaccionario que en nada le importa los derechos de nuestra comunidad.

No podemos olvidar que fueron bajo los gobiernos del PRI y el PAN que empezaron la militarización y que bajo el gobierno de AMLO esto se ha profundizado. Que los militares estén cada vez más presentes en las calles lejos de frenar la violencia ha demostrado que, al estar coludidas con los responsables de la misma, son un factor que aumenta la violencia y las personas de la diversidad sexogenérica somos quienes más nos vemos afectados por esto. Hay que recordar que fue la propia GN la que, mientras estuvo en el metro, amedrentaba y sacaba del vagón del metro a las personas LGBT o que son los propios policías quienes están coludidos con la mafias y las redes de trata en la Zona Rosa.

¿Cómo pelear por nuestros derechos?

Solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas para luchar por nuestros derechos. Necesitamos unirnos con el potente movimiento de mujeres que en los últimos años ha hecho cimbrar a México y el mundo, ya no solo porque gran parte de las personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQAP+ son mujeres sino porque tenemos un enemigo común en el que se sustente nuestra opresión: el patriarcado. De la misma forma tenemos que unir nuestras fuerzas con la clase trabajadora, de la que formamos parte, porque es ésta la que mueve al mundo y tiene la potencia para cambiarlo todo.

Es fundamental que tengamos claro que nuestras reivindicaciones como trabajadores y como personas oprimidas están profundamente entrelazadas. Es el mismo sistema capitalista que utiliza las opresiones por un lado como forma para engrosar su gran ejército de reserva de personas desempleadas negándonos trabajos u obligándonos a estar en un empleo precarizado porque no nos queda otra opción y que reproduce éste mismo para su beneficio. También utiliza estas cuestiones como recurso de venta hacia nuestra comunidad o incluso vendiendo una idea de superación vacía donde a lo más que podemos aspirar es ser parte de ese puñado de personas en puestos de mando explotando o asegurando la explotación de otras personas.

Por tanto tenemos que organizarnos de forma independiente de las empresas, la derecha y el gobierno teniendo claro que solo con la movilización y la lucha podemos arrancar nuestras demandas. Mientras siga existiendo el capitalismo ninguno de los derechos conquistados está a salvo (como pudimos ver en EE.UU. con la derogación del caso Roe vs. Wade). Es por eso que es necesario luchar aquí y ahora por mejorar nuestras condiciones de vida, pero si queremos aspirar a un mundo en donde en realidad exista una liberación de la diversidad sexogenérica y conquistar todos nuestros derechos, tenemos que pensar que solo se logrará si conquistamos un mundo donde no solo las personas LGBTIQAP+ sean libres sino en donde todos puedan serlo: un mundo sin explotación ni opresión.

Te invitamos a organizarte en tu centro de trabajo o estudio bajo esta perspectiva con Pan & Rosas, una organización de mujeres y disidencias feminista y socialista, escribenos a nuestras redes sociales:

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