La tarde del sábado recibimos la noticia de que Rut Ávila Zambrana había aparecido sana y salva, lo cual fue motivo de alivio y alegría para las miles de personas que nos movilizamos en cada convocatoria exigiendo la inmediata aparición de la joven estudiante de ingeniería de la Universidad de La Plata.
La noticia recorrió rápidamente las redes sociales y empezó a aparecer en los medios de la región. Esto se debe a que la desaparición de Rut adquirió mucha visibilidad, como muchos otros casos que cobraron notoriedad a partir de la histórica movilización con la consigna ”Ni Una Menos”.
A casi cuatro meses de aquel grito histórico, se despertó una sensibilidad que se manifestó en miles en las calles y los últimos hechos hacen ver que saldrán de nuevo cada vez que volvamos a contar una menos entre nosotras.
Que haya desaparecido Rut y las calles se llenaran de cientos y luego miles de personas a exigirle al Estado su aparición inmediata y denunciando su responsabilidad, es prueba del hartazgo ante tanta violencia misógina. La ciudad de La Plata es la misma en la que, en febrero de 2007, fue violada y asesinada en un edificio del Ministerio de Economía Sandra Ayala Gamboa, un caso por el que miles también nos movilizamos denunciando la complicidad manifiesta del Estado en el encubrimiento de los culpables.
Comisiones de mujeres de distintos lugares de trabajo, organizaciones políticas, sindicales y de derechos humanos acompañaron este reclamo junto a los familiares, amigos y allegados de Rut. Campañas de difusión y de denuncia, entre otras acciones, fueron tomadas en las manos de estudiantes secundarias, terciarias y universitarias, docentes y trabajadoras estatales.
Mientras tanto… ¿el Estado?
Horas más tarde de la aparición de Rut, la Fiscal Betina Lacki y el comisario Darío Camerini dieron una conferencia de prensa en la que mencionaron detalles del “encuentro” del que se hicieron cargo, como si hubieran hecho algo para que apareciera la joven.
Pero para que haya un encuentro, tuvo que haber una búsqueda. Ni un operativo policial, ni una investigación judicial certera y efectiva dieron con el paradero de Rut. La joven de 19 años no fue ni “buscada” ni “encontrada” por ninguna institución estatal. Ni la policía ni la fiscal han dado pruebas durante estos 31 días de algún avance en la investigación, dejando una vez más entrever su profundo desinterés por una joven pobre y de familia inmigrante.
El Estado, probadamente cómplice de las redes de trata a través de funcionarios, jueces y la propia policía, no movió un centímetro de su aparato para saber dónde podría hallarse la joven.
Rut apareció, según las mismas versiones oficiales, porque volvió desde Parque Patricios a retirar dinero del plan Progresar del cajero automático y estaba a punto de tomarse el colectivo de regreso.
A Rut la buscaron las miles de personas movilizadas en las calles y en sus lugares de trabajo y estudio porque cada vez es más claro que sólo tomando la pelea en nuestras manos podemos transformar este sistema que oprime, desaparece y mata a una mujer cada 30 hs.
A semanas del XXX Encuentro Nacional de Mujeres
La aparición de Rut es, sin dudas, una buena noticia. La joven no estaba secuestrada en ninguna red de trata, ni apareció muerta en una zanja, ni a causa de un aborto en condiciones de insalubridad.
Sin embargo, no se borra el marco concreto de violencia estructural que determina la manera en que vivimos las mujeres. Las cifras de mujeres desaparecidas, asesinadas o muertas a causa de la clandestinidad del aborto sigue siendo alarmante y es motivo para que nos organicemos y denunciemos al Estado cómplice que reproduce, legitima y sostiene las condiciones para que estas cosas sucedan y se naturalicen y que sigamos poniendo en pie un movimiento de mujeres que pelee contra esta situación.
Faltando solo semanas para el XXX Encuentro Nacional de Mujeres, tenemos muchas reivindicaciones por las que salir a pelear. Seguiremos gritando “¡Ni Una Menos! ¡Si tocan a una, nos organizamos miles!”.
Alejandra Saldarriaga Bedoya es estudiante de la Escuela de Danzas Tradicionales Argentinas. Florencia Beveraggi es docente de SUTEBA La Plata |