El gasoducto no es más que un instrumento para consumar el saqueo desmesurado de los recursos ubicados en la zona de Vaca Muerta. Su verdadero objetivo, tal como lo ha expresado el ministro de Economía, Sergio Massa, es ahorrarse los dólares destinados a la importación de gas.
¿Y qué sucede con esos dólares que supuestamente se ahorrarán? Pues, según lo expresado por Massa y aplaudido por la multitud que se reunió en el acto, incluido Juan Grabois, se destinarán a pagar la deuda ilegal y legítimamente e impagable con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Resulta inaudito que este gasoducto, que debería ser motivo de desarrollo y beneficio para nuestro país, termine siendo utilizado para llenar los bolsillos de los organismos financieros internacionales mientras nuestra nuestras comunidades sufren las consecuencias.
Además, es importante mencionar que pronto se iniciará el segundo tramo del gasoducto, que llevará el gas hacia el norte argentino y Brasil. Esto, supuestamente, nos permitirá obtener nuevos ingresos en forma de dólares. Sin embargo, ¿a dónde crees que van esos dólares? Exacto, nuevamente se destinarán al mismo Fondo, profundizando aún más la dependencia de nuestro país.
En cuanto al impacto ambiental, no podemos ignorar los terribles métodos empleados en la explotación de Vaca Muerta, como el fracking. Este método, prohibido en muchos lugares del mundo, implica la destrucción de grandes cantidades de agua potable y genera graves consecuencias para las economías regionales y las comunidades, incluyendo a nuestras hermanas y hermanos mapuches.
Es lamentable ver cómo se celebra la inauguración de este gasoducto mientras nuestras escuelas estallan por falta de gas natural y nuestras casas se incendian por la carencia de suministro. Mientras tanto, se aplaude récords de producción y se ignora la dura realidad que enfrentamos en nuestras casas.
Desde el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), proponemos una alternativa clara para el sector energético. Consideramos que toda la industria hidrocarburífera debe ser nacionalizada y puesta bajo el control de los trabajadores, los usuarios y las comunidades afectadas. Además, debemos avanzar hacia el uso racional de la energía y una transición hacia fuentes limpias.
Recientemente estuve en Jujuy, una provincia combativa y de lucha. Allí presencié la resistencia de las comunidades indígenas contra el negocio del litio, un recurso en el que se han puesto los ojos de grandes potencias internacionales. Las comunidades indígenas se han levantado en defensa de sus tierras y sus derechos, protagonizando una huelga docente y cortes de ruta que han demostrado la unidad de diversos sectores en contra de la reforma constitucional propuesta por Gerardo Morales, ni más ni menos que el candidato a vice de H. R. Larreta.
Creemos que es fundamental unificar nuestras luchas, por lo que planteamos la necesidad de un encuentro provincial de trabajadores y comunidades, así como la convocatoria a un paro nacional y exigir el apoyo de la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de Argentina (CTA).
La inauguración del gasoducto Néstor Kirchner no es más que un episodio de saqueo disfrazado. Es hora de levantar la izquierda y luchar por un futuro que nos pertenezca a todos y todas. |