Las últimas encuestas de opinión publicadas por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) y el Observatorio de Comunicación Digital de la Universidad Latina, señalan que desde agosto del año pasado hay tendencia en la caída de la opinión positiva de la gestión del Gobierno, al tiempo que hay una tendencia a la alza, tanto en la valoración negativa del Gobierno, como en los sentimientos negativos expresados en redes sociales hacia el presidente Rodrigo Chaves, que se refuerza conforme pasan los meses, especialmente desde el pasado mes de abril.
El panorama de la “luna de miel” del gobierno de Chaves se ha agotado y cada vez más la clase trabajadora, el pueblo pobre y sectores de clases medias están expresando su bronca contra el Gobierno y sus orientaciones políticas.
Desde sectores en contra de los recortes al presupuesto para cultura, a la marcha interuniversitaria por la educación pública; recientemente se sumaron jornadas de huelga y movilizaciones en defensa de la CCSS las semanas anteriores y una importante movilización en defensa del CTP de La Carpio. Todas estas convocatorias tienen en común estar frontalmente, directamente, contra las políticas específicas del Gobierno.
Además, es importante señalar las importantes movilizaciones de mujeres que han colocado su rechazo contra el presidente y denunciado la complicidad del Poder Judicial en la impunidad de femicidios como el caso de Fernanda y Raisha; y por otro lado la importante convocatoria para la Marcha de la Diversidad de este año, en el que las consignas por el cupo laboral trans y otras denuncias al Gobierno fueron bien recibidas.
La política de Chaves ante la CCSS
La política del Gobierno para la CCSS apunta a su privatización, sea directa o a través de la tercerización parcial, que abre el camino a la apertura plena. En el pasado, Chaves destituyó al primer presidente ejecutivo de la CCSS nombrado por él y a otros miembros de la Junta Directiva. Este zarpazo antidemocrático, dado por fuera de las posibilidades legales de la figura presidencial, era parte de su campaña para congelar los salarios públicos de los empleados de la CCSS, misma que resistían el ex-presidente ejecutivo y la Junta Directiva de la institución.
Durante la discusión sobre el presupuesto nacional de este año, el presidente apoyó la decisión del Ministro de Hacienda Nogui Acosta de recortarle a la CCSS cerca de ¢26.000 millones que ya habían sido aprobados por la Asamblea Legislativa, reservados ahora al pago de intereses de la deuda externa.
Sin embargo, la política hacia la CCSS ha sido otra muestra de la táctica de “tanteos” políticos del Gobierno. Chaves, en su dinámica autoritaria débil, trata de avanzar su programa político por fuera de las “correctas vías democráticas” tradicionales, como con la propia destitución de los miembros de la Junta Directiva de la CCSS o la derogación de los decretos que justificaban el alza a los salarios de los trabajadores públicos (decretos que él mismo firmó durante su gestión como Ministro de Hacienda del gobierno de Carlos Alvarado).
La restitución por la Sala Constitucional de dos miembros de la Junta Directiva de la CCSS, Marta Rodríguez, representante de los trabajadores ante la institución, y José Luis Loría, representante de las cooperativas, es un ejemplo de los contrapesos que la institucionalidad usa para mantener un funcionamiento democrático más o menos normal frente al presidente Chaves.
Sin embargo, incluso la judicialización de la propia figura del presidente por los marcos normales de la justicia costarricense, sigue sin dar ninguna salida estructural a ninguno de los problemas que expresa su agenda neoliberal.
El resultado es una mayor tendencia a la polarización de la vida política. De esta ida y vuelta entre el peso autoritario del gobierno por un lado, y de los contrapesos de la institucionalidad del país, por el otro; la crisis de representación tiende a profundizarse y empieza a ir de lo político a lo social.
Estas tensiones pueden llevar a momentos de mayor polarización e inestabilidad. Incluso podría abrirse un nuevo momento de movilizaciones masivas, especialmente en el marco de que la oposición legislativa al cambio de jornada laboral es muy minoritaria y no tiene posibilidades de detenerse en el Parlamento dicha propuesta reaccionaria, que es acompañada por los principales políticos del país, como obviamente el propio Chaves, pero también Rodrigo Arias y Fabricio Alvarado, entre otras luminarias.
Gobierno débil, pero peligroso
Pese a que el gobierno de Chaves ha demostrado inestabilidad interna, por ejemplo contando las decencas de personas que han abandonado puestos dirigenciales en el año que lleva de gestión,, esto no significa que el Gobierno no sea peligroso.
Todo lo contrario. Cuandoanalizamos el primer año del Gobierno, apuntamos a que Chaves jugó un rol de “figura providencial”, cuyo contenido era el de un hombre fuerte, con perfil de jefe y banquero, antes que la de “político tradicional”. Las expectativas de ruptura con las prácticas de estos “políticos tradicionales” fue uno de los elementos que mantuvo una buena opinión pública para el presidente.
Al llevar adelante su agenda antiobrera, ya algunos contingentes de la clase trabajadora y de las burocracias sindicales han salido a pelear abiertamente contra las orientaciones del presidente.
Pero el Gobierno es muy peligroso a pesar de eso. Una muestra de la peligrosidad del gobierno de Chaves se refleja en un giro reaccionario de la vida política del país, expresado en las amenazas que han sufrido el sindicato ANEP o las diputaciones del Frente Amplio por parte de individuos que se identifican como simpatizantes del Gobierno.
Las amenazas han escalado su tono y su agresividad, dejando claro que esta es otra de las posibilidades contenidas en los giros del gobierno de Chaves, que si bien no han llegado a traducirse en agresiones directas, son señales de una polarización producto de la introducción de elementos de crisis que mencionamos anteriormente y que eventualmente podría volverse contra las organizaciones obreras y las agrupaciones de izquierda.
Una salida por izquierda
Para hacer frente a la agenda antiobrera del Gobierno y combatir los ataques y recortes de conjunto, proponemos las siguientes consignas:
- El gobierno pretende recargar la crisis en los hombros de la clase trabajadora, en beneficio del empresariado, con políticas como la jornada de 4x3. Frente al proyecto de jornadas de 12 horas del gobierno, es necesario luchar por jornadas de 6 horas para que las horas restantes se repartan entre la población desempleada.
- Por una Huelga General en defensa de la CCSS y del Seguro Social. Planteamos la necesidad de un plan de defensa de la CCSS que incluya la realización de foros, debates, movilizaciones, encuentros, con el objetivo de defender la conquista histórica de la clase trabajadora que el seguro social. Llamamos a los sindicatos, al Frente Amplio, al Partido de los Trabajadores, a crear un Comité único integrado de dirigentes y base, con presencia de trabajadores de la CCSS, con representación de los empleados públicos y privados de todo el país, de comunidades, de mujeres. Es preciso exigir que los empresarios le paguen a la CCSS y que el Gobierno haga lo mismo. Todo lo demás son excusas privatizadoras.
- Hay que defender la educación pública defendiendo la democratización radical de las universidades con el voto universal para la totalidad de docentes y de estudiantes. Solo de esta manera se controlarán los abusivos salarios y gastos de la élite académica, solo así se controlará democráticamente el presupuesto universitario, sólo así se evitará el adoctrinamiento político en función de defender cualquier tipo de sociedad capitalista.
- Es necesario detener la política de recorte al presupuesto de cultura a través de la movilización callejera, donde además se tomen en cuenta las reivindicaciones de todas y todos los artistas, planteando la necesidad de que el Estado garantice un salario a cada artista para que pueda desplegar de manera libre, crítica y creativa sus programas artísticos.
- El Estado es responsable por las que no están, han demostrado su negligencia instancias como el OIJ, la Fuerza Pública y los juzgados. Es necesario exigir la creación de Comisiones Independientes de Investigación que logren agilizar los procesos de Justicia para los feminicidios y muertes violentas de mujeres; conformadas por organizaciones sociales, políticas y feministas, así como familiares de las víctimas de violencia. Además la creación de refugios transitorios para las víctimas de violencia y la creación de centros de atención gratuitos y de calidad.
- En particular, la población transexual que de por sí, sufre de una discriminación histórica que no les permite tener acceso al trabajo, evidencia la necesidad de hacer unidad con el resto de la clase trabajadora y exigir el cupo laboral trans para asegurarnos que la comunidad trans no se quede por fuera de estas exigencias tan necesarias.
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