El partido presenta múltiples problemáticas socioambientales, entre las cuales se destacan las del agua y la tierra.
En esta nota abordamos problemáticas socioambientales relacionadas al extractivismo inmobiliario en Escobar. Un distrito que por un lado, es mostrado como “verde” desde el gobierno municipal de Ariel Sujarchuk (Frente de todos?? por la patria) como estrategia de campaña o como publicidad de ventas por parte del negocio inmobiliario.
Paradójicamente en un distrito rico en agua dulce, ríos y arroyos, napas subterráneas y con un 50 % de sus tierras en ecosistemas de humedal, tenemos problemas relacionados al acceso de agua potable y tierras por parte de la mayoría de sus habitantes. Aproximadamente 3000 hectáreas de humedales han sido destruidas solamente en en el distrito de Escobar por parte del negocio inmobiliario. Lo que representa una enorme pérdida para la sociedad en conjunto, ya que los humedales son preciados bienes comunes. El hecho de haber arrasado con esta enorme superficie de humedales, meandros naturales y arroyos en la zona, afecta la salud y el bienestar de la mayoría de los habitantes, el acceso al agua subterránea, a la vivienda y a un ambiente sano.
Ya que al perder los humedales también perdemos los beneficios que nos brindan (lo que también se llama “servicios ecosistémicos”), como la depuración del agua, captura de carbono, regulación del clima e inundaciones, conservación de la biodiversidad, valores recreativos, culturales, y usos económicos sostenibles, entre muchos otros.
El Agua
De acuerdo a cálculos realizados por organizaciones socioambientales, basados en observaciones y mediciones en el terreno, se excavaron 300 hectáreas de lagunas artificiales que se realizaron en countrys y barrios náuticos sobre territorio antes ocupado por humedales. La tierra extraída fue usada para levantar plataformas por encima del ecosistema natural matando o desplazando la flora, la fauna y la microbiota. Para llenar esas enormes perforaciones y hacer las lagunas artificiales se han extraído unos 180 mil millones de litros de aguas subterráneas (volumen suficiente para abastecer el consumo domiciliario total de 2 millones y medio de personas durante un año).
Las consecuencias están a la vista, barrios enteros con falta de agua. Muchos vecinos tuvieron que hacer perforaciones más profundas para poder abastecerse con el consecuente gasto económico que corrió por parte de cada uno.
Cómo si esto fuera poco las lagunas siguen conectadas a los acuíferos lo que representa no sólo un drenaje constante sino contaminación por mezcla. Los estudios hidrogeológicos en la zona de los bajíos ribereños de Escobar, en donde se encuentran los countrys indican que el techo del acuífero Puelches puede encontrarse desde una profundidad de 15 metros. Las lagunas alcanzan profundidades de entre 20 o 25 metros por lo que están en contacto directo con el acuífero del cual se abastece toda la población del Partido.
Esto no solo afecta la disponibilidad de agua sino también la calidad, como lo demuestra un estudio realizado en el Cazador, en dónde se obtuvieron preocupantes niveles de contaminantes típicamente provenientes de niveles superiores, en especial nitratos, nitritos y arsénico.
El déficit en la calidad de agua está difundido en casi todo Escobar, distrito que aún se abastece del acuífero ya que la mayoría de los barrios no poseen agua corriente y cloacas. En Escobar el agua potable y cloacas siguen siendo promesas de campaña por parte del ya intendente, desde hace 7 años Ariel Sujarchuk.
Además, el problema de la baja calidad del agua se ve agravado sobre todo en los barrios por basurales mal hechos y que lixivian contaminantes hacia las napas.
Tierra de basurales
Por ejemplo el basural junto al barrio Amancay de Maquinista Savio, es el depósito de dos millones de litros diarios de efluentes líquidos cloacales de barrios cerrados y de industrias, más un millón de kilos diarios de residuos de frigoríficos y de otras industrias alimenticias, guano de granjas avícolas, y otros residuos, con 500 camiones ingresando y saliendo diariamente de la “planta”.
Algo similar ocurre con el basural municipal de la calle Manny en el Cazador que se incendió en 2022. Existe un total descontrol de depósitos en el basural, residuos de poda, áridos de construcción, pero también colchones, neumáticos, envases y bolsas plásticas, telgopor, latas con restos de pintura y solventes, envases de aerosoles, fragmentos de asfalto, etc con un fondo sin impermeabilizar por lo que también contamina las napas.
El partido de Escobar tiene 48 kilómetros de cursos hídricos. Son arroyos y zanjones que fueron siendo transformados en enormes vertederos de residuos, a dónde van a parar hasta efluentes industriales.
Countrys sobre humedales y costas privadas sin planificación urbana
En el municipio se hallan "emprendimientos" inmobiliarios de Costantini, Saccaro y otros que literalmente fueron construidos por encima de los humedales naturales. Haciendo susceptibles de inundaciones a las zonas aledañas. Las inundaciones son especialmente peligrosas ante el advenimiento de la corriente oceánica de "el niño" y las consecuencias del cambio climático.
En un distrito con problemas habitacionales, las urbanizaciones sobre bienes comunes no solucionan los problemas de vivienda ya que las construcciones son sólo para un sector. Ganancias para unos pocos y miles que no tienen donde vivir, o viven en condiciones precarias, hacinadas, y sin acceso a servicios públicos básicos. Recordemos el desalojo del barrio Stone en dónde fueron derribadas viviendas de familias trabajadoras para la construcción de otro country.
Los humedales pueden ser utilizados sin destruirlos, en equilibrio con su capacidad y productividad. Con producciones agroecológicas, ecoturismo y actividades sustentables y la ganancias que generen podrían ponerse a disposición de generar trabajo con derechos en base a un plan de obras públicas, para garantizar la construcción de viviendas y darle solución al déficit habitacional; poder contar con cloacas, acceso al agua potable, y a todo lo necesario para vivir en condiciones dignas.
¿Inauguración de casas con Fernández?
La falta de planificación urbana es un problema serio del uso de la tierra ya que se ha "rezonificado" zonas rurales a industriales por conveniencia de empresas. Por ejemplo, junto al cementerio y al barrio Donatelli (o Phillips) se encuentran sólo 4 hectáreas de zona industrial para una planta de tratamiento de residuos, Arhumus, donde hay lixiviación de contaminantes a las napas, cuya agua consume el barrio.
Además, en ese mismo barrio, sin consulta previa con la comunidad, se comenzó a construir una alcaldía, en donde no hay gas, red de agua potable, ni cloacas. No hay buen alumbrado público, las calles no están en condiciones, y las veredas no son aptas para que aumente la circulación. Cómo si eso fuera poco para los vecinos del Barrio cementerio, Donatelli, recibe el humo del crematorio en donde queman restos biológicos son partículas altamente tóxicas.
El derroche de agua en las lagunas recreativas de los barrios náuticos es sencillamente obsceno.
Las excusas de los gobernantes respecto a destruir los bienes comunes son siempre las mismas: explotar los "recursos naturales" por "el progreso", por fuentes de trabajo insuficientes, y que no buscan resolver cuestiones estructurales como la acuciante problemática habitacional. Cómo se comprobó en Nordelta los empleos que surgen de ahí son empleos basura, temporales y no registrados. Y podrían ser ofrecidos en base a la construcción de más planes de vivienda social en áreas adecuadas, sin invadir los ecosistemas y en una relación amigable con el ambiente.
El uso de la tierra, lejos de ser racionalmente planificada es arrasada por los especuladores inmobiliarios en complicidad con los gobiernos de turno. Cómo en el caso del Naudir Delta “Aguas privadas” (empresa E2 SA de Adrián Saracco), que fueron comenzadas ilegalmente bajo el gobierno de Sujarchuk, sin la Declaración de Impacto Ambiental, entre otros permisos que deberían haberse realizado previamente.
Quienes militamos en el movimiento ambiental pretendemos un uso racional de los bienes comunes, en equilibrio con los ecosistemas. Si los bienes comunes fueran gestionados públicamente por las comunidades que allí viven y trabajan, con el asesoramiento de organizaciones ambientalistas, técnicos y especialistas, se podría terminar con el extractivismo, el saqueo económico y el daño y la contaminación permanente a los ecosistemas.
Por eso desde el PTS en el Frente de Izquierda, a través de nuestrxs parlamentarios, como Myriam Bregman, Nico del Caño y Alejandro Vilca hemos sido parte de elaborar y presentar múltiples proyectos de ley en el Congreso para la conservación y uso de los humedales bajo gestión de trabajadores y comunidades, asi como también proyectos de estatización del litio en Jujuy. | 
