La investigación sobre el brutal asesinato de la concejala de izquierda brasileña Marielle Franco, en 2018, entró este lunes en una "nueva fase" tras la confesión de uno de los autores materiales y la detención de un nuevo sospechoso.
Este lunes fue detenido en Río de Janeiro un exbombero por su participación en el asesinato a tiros de Franco y de su chofer, Anderson Gomes, la noche del 14 de marzo de 2018. Desde el primer día las investigaciones y las denuncias señalan la fuerte vinculación de los hechos con grupos parapoliciales que controlan y se disputan territorios en Rio de Janeiro por el control del narcotráfico y de otras actividades ilícitas.
Marielle Franco siempre denunció a estos grupos y la connivencia con la policía, la justicia y la política local pero hasta ahora la investigación prácticamente no ha avanzado ya que ir a fondo implicaría tocar todos estos poderes que actúan en común. Ahora se sabe que Marielle estaba siendo seguida desde al menos un año antes de su asesinato y si bien todo indica que se está más cerca de dar con los actores materiales, sigue existiendo un secretismo y complicidad para evitar que salgan a la luz los actores intelectuales.
Delación premiada y un nuevo sospechoso detenido
El detenido de este lunes es Maxwell Simoes Correa, quien ya había sido condenado en 2021 a cuatro años de prisión por obstrucción a la justicia en este caso, aunque cumplía la pena en régimen abierto.
Según la investigación Simoes Correa tuvo un "papel importante" antes del asesinato, pues "vigiló" y "acompañó" la rutina de Marielle, y después del mismo, por medio de la "ocultación de pruebas".
Su arresto es fruto del acuerdo de colaboración que firmó con la Justicia, hace "15-20 días", uno de los autores materiales, el expolicía y miembro de las milicias parapoliciales Elcio Queiroz, detenido en 2019.
Queiroz confesó que él y el exagente Ronnie Lessa, exvecino de Bolsonaro y hoy también en prisión, mataron a Franco e implicó en el suceso a Simoes Correa y "a otras personas" que están siendo investigadas y cuyo nombre no fue divulgado, según el ministro de Justicia.
También confirmó todo lo relativo en relación al plan para ejecutar a la concejala, que se había convertido en un símbolo de la lucha contra el racismo y la discriminación de género y defendía la causa LGTBI+, entre otras banderas sociales.
Por su confesión, Queiroz continuará detenido, pero recibirá ciertos beneficios incluyendo la posibilidad de reducción de pena.
Sin autores intelectuales
El ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo que "A partir de ese testimonio, las autoridades van a tener las condiciones de cerrar las investigaciones" y poner en marcha "nuevas diligencias" con la "esperanza de que se llegue a los autores intelectuales".
El hecho de que el propio ministro de Justicia tenga que hablar de "esperanza" para referirse a la resolución del caso llegando a sus autores intelectuales expresa el nivel de acuerdos entre los distintos poderes (y también las distintas policías) que han impedido hasta ahora llegar a la verdad y la justicia para Marielle. Solo prometiendo beneficios para los asesinos que empuñaron las armas consiguieron una delación para sumar a un nuevo sospechoso pero que no aporta a conocer a quienes verdaderamente pidieron su asesinato.
Marielle Franco fue asesinada a tiros la noche del 14 de marzo de 2018, cuando transitaba en un automóvil por el centro de Río de Janeiro, tras participar en un acto público.
El conductor del vehículo en el que se trasladaba, Anderson Gomes, también fue ejecutado, mientras que una asesora de la concejala, Fernanda Chaves, sobrevivió.
Las investigaciones del doble homicidio continúan abiertas más de cinco años después. Dia a día, la complicidad existente entre la justicia, parapoliciales y policías, y el poder político, se han encargado de evitar que las investigaciones avancen más allá de un puñado de implicados, a los que ahora otorgan beneficios por nuevas delaciones, sin llegar a los autores intelectuales.
Marielle fue asesinada en la noche del 14 de marzo de 2018, poco más de un mes después de la intervención federal militarizada en Río de Janeiro, instituida por el gobierno golpista de Michelle Temer y comandada por el general Braga Netto. Luego Braga Netto se convertiría en ministro de Bolsonaro y en su candidato a vicepresidente. Marielle denunció esa intervención federal y lo que iba significar la militarización sobre los barrios obreros y las favelas. Poco después fue asesinada.
En estos 5 años se hizo evidente la relación de la familia Bolsonaro con las milicias. El vecino del condominio de Bolsonaro acusado de disparar contra la concejala, Ronnie Lessa, era jefe de la milicia donde Fabricio Queiroz (otro amigo de la familia Bolsonaro) se escondió en Río de Janeiro. El asesinato de Marielle Franco y Anderson Gomes es parte del legado de la extrema derecha en el país y del régimen que nació del golpe institucional de 2016.
Desde los primeros días, fueron varias las organizadores que denunciaron estos acuerdos de impunidad y exigieron que se ponga de pie una comisión investigadora independiente de los distintos poderes, con acceso completo a las pruebas y expedientes para, junto con la movilización en las calles, poder avanzar realmente en la verdad y justicia para Marielle y Anderson.
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