La Encuesta de Caracterización Económica Casen 2022, mostró una disminución de la pobreza por el país, desde un 10,8% de la población hasta un 6,5%, mientras que la pobreza extrema se redujo desde 4,3% a 2%. Con estos resultados, desde la derecha hasta los partidos del gobierno saludaron la instancia. Donde inclusive Gabriel Boric, valoró la instancia: "es una buena noticia para todos y espero que sea compartida por todos y que pensemos con visión de Estado".

Lo cierto es que la sorpresiva baja en los niveles de pobreza responde a una combinación de transferencias como los bonos y subsidios estatales, y un repunte de los ingresos “autónomos” de los hogares, que son aquellos distintos al sueldo. Se trata de aumento de ingresos en los deciles más pobres del país, como, por ejemplo, el pago de la Pensión Garantizada Universal (PGU), que comenzó a operar con el segundo año de Piñera a raíz de las movilizaciones y demandas por mejores pensiones y NO+AFP. También se suma el factor de los llamados ingresos "autónomos", que son distintos al sueldo de la persona, como es el comercio informal o arriendo de inmuebles.

En la Casen se observa un empeoramiento del mercado laboral para las personas de hogares más vulnerables, los que si bien mejoran sus ingresos laborales a nivel de hogares, entre el año 2020 y 2022 no superan las cifras del período 2017-2020.

El costo de la vida sube y los sueldos por el suelo

Cabe mencionar que, la línea de pobreza pasó de $174.131 por adulto equivalente en noviembre 2020 a $216.849 por adulto equivalente en noviembre 2022 (en pesos de cada año), lo que representa una variación de 24,5% en pesos nominales. Mientras que, el valor del sueldo mínimo es de $440.000 mensual para los trabajadores y las trabajadoras mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.

Las medidas del gobierno de Boric para enfrentar esta situación han sido sólo soluciones parches e insuficientes. Chile es uno de los países con los sueldos más bajos de la región en comparación con los precios que día a día debemos enfrentar, los sueldos de hambre que se siguen devaluando aún más, llevando cerca de 17 meses a la baja en comparación con los gastos cotidianos.