El Gobierno continúa profundizando su crisis, que dió un salto cualitativo con el caso Fundaciones y al mismo tiempo Republicanos mantiene el timón de la derecha y del proceso constituyente, aunque emergen competidores al -antes hegemónico- Kast, como lo es Evelyn Matthei.
El Partido Republicano desconoce ahora los acuerdos que alguna vez aceptó a regañadientes y a viva voz vuelve a afirmar que arremeterá contra las tres causales. Partido Republicano es sin duda el partido clave hoy, pero se encuentra en una contradicción que debe buscar resolver y salir de una pieza; el hecho de que amplios sectores de la burguesía lo observan y evalúan en función de si es capaz de dirigir políticamente el Consejo Constitucional a buen puerto, mostrando así su "gobernabilidad" y su capacidad para conducir más de conjunto a la derecha a empresas exitosas, lo que Kast busca proyectar con los ojos en la Moneda, y por otro lado, sin dejar de responder a sus sectores y su base más dura y delirantemente reaccionaria. No podemos anticipar el resultado de esta contradicción ahora, pero son tensiones evidentes en la política republicana, expresadas en Kast y Kayser respectivamente.
El triunfo electoral de republicanos ha instalado un nuevo escenario político, que carga la agenda a la derecha. La SOFOFA y la CPC ponen límites al Ministro Marcel, y dicen que ya “cedieron” en las 40 Hrs y el Salario Mínimo, pero la reforma tributaria es otra cosa. La UDI renuncia a discutir la Reforma de Pensiones, se baja de todo y pide la cabeza de Jackson.
Tal como venimos diciendo, en el caso del Frente Amplio, se trata de la integración del mismo a la administración del Estado capitalista y a la asimilación de sus métodos, la corrupción se devela estructural por cierto, pero en el caso del Frente Amplio ha sido acorralado políticamente tanto por la envergadura y extensión de los casos, como por la conveniencia política para los sectores más reaccionarios del régimen de este desastre. Y aunque no podemos hablar aún de, por ejemplo, bonapartismo de toga o judicial, como fue en el caso de Brasil ante casos de corrupción utilizados políticamente para arremetidas reaccionarias que fueron procesos que antecedieron el golpe institucional de Temer y al ascenso de Bolsonaro, si es claro que ha sido la derecha quien capitaliza toda esta crisis del Frente Amplio y los ubica a la ofensiva. Es evidente que la superestructura política se encuentra muy dinámica.
La encuesta CEP muestra la polarización que hay, existe un 19% a cada lado del espectro político en el régimen, y no solo republicanos obtuvo un buen resultado, Boric también posee una aprobación del 27%, en el marco de una derechización general de la agenda y el debate.
Y esa polarización tiñe los debates actuales, en especial el de los 50 años del Golpe que ha conocido nuevos límites estos días, bajo el reflujo del clima político. La derecha ha dicho de todo, desde traer de vuelta el mito de la dictadura como un milagro económico en Chile, al debate reaccionario y metafísico de apoyar el Golpe pero condenar los “abusos”, “excesos” o violaciones a los DDHH. O las declaraciones del ex Presidente Frei, quien afirmó que a 50 años del golpe deberíamos olvidarnos y dejar de buscar “la verdad oficial”.
A esto el Partido Comunista y al Frente Amplio sólo han opuesto la discusión general de DDHH, no así lo clave: el carácter de clase de la dictadura (profundamente anti obrera) y su función como piedra angular del Chile de los 30 años. El Gobierno de Boric busca usar la discusión del Golpe ahora, para cohesionar sus propias filas, después de fracasar en su intento de un gran acuerdo transversal y “democratico” (junto a la derecha) por los 50 años del Golpe.
Pero todo este pandemónium en las alturas no es una línea consensuada en la burguesía. Es parte de la definición que venimos planteando de crisis orgánica en el sentido de una crisis generalizada de la hegemonía política de las mediaciones burguesas y el régimen, sin que eso implique la tendencia a acciones independientes de masas, pero que si está marcada por una inestabilidad permanente, propia de las democracias degradadas. Por eso la línea de fortalecer un centro burgués sigue teniendo fuerza y obliga a RP a “dialogar” constantemente con ella, no siendo Republicanos sus candidatos ni apuesta inicial. Es más, el propio Mercurio criticó duramente a la UDI por los términos a los que llevó la pelea con Jackson. Es la línea de centro burgués que quiere evitar los extremos o radicalismos irresponsables que ve los resultados electorales de VOX en España o el debilitamiento de figuras como Trump y Bolsonaro, como alertas.
Se trata de recomponer la autoridad del régimen, obviamente, en especial la de sus mecanismos represivos y preservar las conquistas neoliberales, pero sin forzar la correlación de fuerzas y buscando estabilidad. El propio Lagos plantea que no hay mejor momento que el actual para negociar (tributaria/pensiones) con una correlación de fuerzas así (cargada a la derecha) y firmada por el propio Boric. Pero el Gobierno apenas puede con su coaliciones, del Partido Socialista y el Partido por la Democracia disparan contra su propio Gobierno, reaparece nuevamente el senador Espinoza (PS) en programas y portadas no por cuánto combate a la oposición, sino por cuanto dispara contra Jakson y Revolución Democrática.
Pero los rasgos de la crisis orgánica son más fuertes en la esfera política. En el marco económico existe cierta estabilización. No se puede negar que hay un relativo estancamiento económico y rasgos recesivos, y que un número importantes de empleos que se perdieron durante la pandemia no se han recuperado, no obstante no llegamos a los 2 dígitos de desempleo y comparados con la situación de, por ejemplo, Argentina que se encuentra estrangulada por la inflación y con un ajuste (FMI) en ciernes, la crisis en Chile es más radical en el terreno político, antes que en el económico.
Pero no hay que confundir lo anterior, con la existencia de un proyecto burgués que guíe al barco fuera de la crisis. Eso aún no existe. La burguesía chilena no logra resolver con claridad qué camino seguir a largo plazo, hay discusiones en torno al Litio, el Hidrógeno Verde, etc. pero todo inicial aún. ¿Se replanteará la matriz extractivista? ¿cómo será la relación con China y EEUU? Todo esto subyace al clima de alto dinamismo en la superestructura política.
Reubicación de la Burocracia y movilizaciones.
Por otro lado, aún no irrumpe la lucha de clases como tal. Y si bien prima un clima de pasividad en general, sí existen luchas que vienen desarrollándose en distintos sectores hace algún tiempo, pero que no logran dar la tónica a la situación: docentes en distintas regiones, trabajadoras de Integra, trabajadores de la salud, estudiantes secundarios, pobladores sin casa, etc. han salido a la calle en distintos momentos, aunque el paro docente es una amenaza más seria por su potencial hegemónico. Todo este potencial venía siendo criminalmente desperdiciado por la burocracia sindical del Colegio De Profesores, que en completa pasividad permitió que las condiciones concretas de los docentes y los alumnos empeoraran progresivamente sin responder seriamente desde el 2019. Al igual que toda la burocracia oficialista, que venían de la mas completa pasividad y subordinación al Gobierno cuando las condiciones de vida solo empeoraban cada vez más.
El PC viene planteando reeditar la doctrina Teillier del 2015: “un pie en el Gobierno y otro en la calle” por lo menos, discursivamente. Si bien todavía son parte del fraude constitucional, juegan con el margen a izquierda. Jadue (PC) llama a marchar contra las AFP junto a Mesina ayudando así a posar de izquierda al Partido Comunista, y -lo importante- insuma al Gobierno para presionar más y mejor sobre la derecha.
Pero Mesina, como buen burócrata sindical, no movió un dedo porque la Confederación Bancaria se sumara a la marcha contra las AFP. Buscaban ser presión para la discusión parlamentaria, pero sin desarrollar la movilización en clave de Frente Único Obrero. Para nosotros se trata de desarrollar la movilización para conquistar un sistema de reparto tripartito de fondo solidario, administrado por trabajadores y jubilados, y que responda las reales necesidades de la tercera edad, poniendo fin a las AFP, que sólo administran nuestros fondos para favorecer la especulación financiera. Contrarios a cómo lo viene haciendo la burocracia, que ve la movilización como un hito de presión al Gobierno y a la derecha, que ya han decidido mantener en pie el negocio de las pensiones. Hay que entender la reubicación de la burocracia en el marco de la nueva situación política y como resultado de la misma.
La burocracia sindical ve el avance de la derecha y los ataques que objetivamente quieren hacer en contra de, por ejemplo, el derecho a huelga o restringir el rango de acción de los sindicatos (castigando el que organizaciones sindicales se salgan de sus marcos puramente gremiales) en el Consejo Constitucional, y deben endurecer el discurso; Eric Campos (PC) presidente de la Central Unitaria de Trabajadores desde la directiva de Metro, afirmó que si republicanos persiste en sus ataques, no sólo se pondrán a la cabeza del Rechazo sino que convocarán Paro Nacional.
En el Colegio de Profesores la dirección de Díaz (ex Partido Humanista y adversario de Aguilar) convoca y desarrolla el Paro de 48 hrs., con movilizaciones masivas de miles de profesores y una enorme adhesión, a pesar de lo cuestionada de la dirección del Colegio de Prpfesores. Y es que Díaz y Aguilar tienen su disputa interna y se acercan las elecciones del Colegio de Profesores, lo cual también los presiona a ubicarse a izquierda ante la base votante. En docentes es evidente la reubicación de la burocracia que también pasó años en silencio, y que ahora está en veremos si avanza a Paro Indefinido, pero hasta el momento hemos podido ver que hay disposición y fuerza en la base de ir por más, y que la burocracia está dispuesta a tensar un poco más el elástico con el Gobierno. Ahora bien, el ejecutivo ha tenido una penosa intervención con el Ministro Avila, sin entregar ninguna solución real en sus bulladas “propuestas”, repitiendo el mantra de “negociar en clases” y haciendo bloque con diputados del partido de Macaya para culpar a los profesores del “daño a los niños” infringido por el paro.
El avance de la derecha y la debilidad de su propio Gobierno, presiona a la burocracia sindical a reubicarse. Y esa reubicación también ayuda al Gobierno a negociar en mejores términos con la derecha. La rabiosa campaña que desató Renovación Nacional y de la que se hizo eco gran parte del régimen, contra el paro, docentes y el Colegio de Profesores, obliga a Díaz mostrar algo de combatividad, aunque sea más discursiva que de acción.
Por todo lo anterior, es que la agrupación de docentes Nuestra Clase plantea a la dirección del Colegio de Profesores que debería romper el gremialismo con el que ha conducido la movilización, para conformar un gran Frente Nacional Educativo y de lucha que busque unificar las demandas docentes, con los cientos de sindicatos de profesores que no están colegiados, con otros trabajadores de la educación (como Integra, en reciente movilización) con las y los apoderados, estudiantes y sus Centros de Estudiantes, Federaciones universitarias y otros sectores movilizados como No + AFP o el movimiento de pobladores, que también viene con cierta reactivación, sólo así es posible un verdadero plan ascendente, junto a otros sectores, en base a asambleas de base y coordinación.
Lo anterior es importante, ya que la reubicación de la burocracia abre espacios tanto a la emergencia de sectores de vanguardia en la base, como al choque de programas con la dirección sindical, mientras las bases hacen una experiencia concreta. Pero ante todo, que aquella reubicación es una señal clara de lo fluido de la situación política y de su inestabilidad, esto más allá de si continúa o no el paro docente.
La burocracia de Díaz podría reubicarse como le plazca, pero no poder convocar a nadie. La masiva movilización de profesores muestra que no solo hay espacio para la reubicación de la burocracia, sino para desarrollar de verdad una lucha por las demandas docentes, uniéndose al resto de sectores en lucha. La reciente movilización de trabajadoras de la educación inicial de Integra que llegaron por cientos a la Moneda para protestar por la precariedad laboral y en defensa de la educación pública, muestra la misma disposición que en docentes, en un sector importante de las trabajadoras de la educación inical.
En San Bernardo, Santiago, profesores movilizados se toman el Municipio y confluyen con Educadoras de Párvulo o en el Hospital Casa Blanca, donde la FENATS se tomó el establecimiento tras semanas de movilización y no respuesta a su petitorio. Es cierto que aún no irrumpe la lucha de clases más de conjunto en la situación nacional, pero la reubicación de la burocracia sindical y los chispazos por abajo y en especial el paro docente, muestran que hay espacio para el desarrollo de un plan de lucha ascendente. No obstante hasta el momento es una reubicación que ha dado pasos aún muy controlados y evitando en todo momento que la base juegue un rol más protagónico en las decisiones y la discusión. No es verdad que todo es resignación y que solo los métodos parlamentarios son el camino, estos días han mostrado que tras la reubicación de la burocracia sindical hay disposición y fuerza en distintos sectores de base.
Que izquierda necesitamos y que batallas debe dar.
Pero no basta con la disposición y fuerza. Si la dirección política de los organismos y las luchas está en manos de los partidos de Gobierno, ese potencial que está en la base puede zozobrar como mera presión al ejecutivo o moneda de cambio de la burocracia sindical. Hay que construir una herramienta política de la clase trabajadora, un partido de combate que pelee por fracciones revolucionarias en los lugares de trabajo y estudio, una corriente política que plantee recuperar y poner los organismos de masas al servicio de las luchas, para pelear por todas nuestras demandas.
Es la pelea que busca dar Nuestra Clase (NC), agrupación docente compuesta por militantes del Partido de Trabajadores Rrevolucionarios y compañerxs independientes a nivel nacional, que quieren construir esa fuerza concreta en el gremio de profesores, siendo una alternativa a Díaz, Aguilar y al FA-PC. O la pelea que está dando Vencer, agrupación estudiantil compuesta por militantes del Partido de Trabajadores Revolucionarios e independientes, por construir una fuerza similar en liceos y universidades, buscando disputar una alternativa a la dirección de la FECh que en manos de las juventudes de gobierno se ha sumido en la más completa pasividad.
Por lo mismo venimos realizando asambleas en distintas regiones, para reflexionar en conjunto con todos aquellos que ven la claudicación del Gobierno a la derecha y la necesidad de independencia política del mismo, cómo levantar y construir esta herramienta política. Pero una herramienta tal no es posible en la perspectiva exclusiva de la lucha gremial, se trata un Partido que busque no solo el triunfo de las distintas luchas, sino que en base una programa que articule demandas democráticas como el derecho el aborto o contra las leyes represivas, democrático estructurales como el derecho a autodeterminación nacional del pueblo Mapuche, y transitorias, como la expropiación del cobre y la banca bajo gestión obrera. Y que apunten de conjunto a la destrucción revolucionaria del capitalismo y sus formas estatales, para que Gobierne la clase obrera y el pueblo en base a sus propios organismos, en la perspectiva de una sociedad socialista.
Pero levantar una herramienta con una perspectiva así, no solo requiere volúmenes de fuerza en lugares de trabajo y estudio, figuras políticas y medios de difusión e influencia, sino que un profundo debate ideológico. Es imperativo poder discutir ideas contra la derecha y disputar los sentidos comunes que en este reflujo del clima político busca instalar la derecha. Discutir las concepciones de mundo tras las posiciones políticas en juego es muy importante hoy, al igual que los proyectos de sociedad a los que aspiran esas posiciones.
Por lo mismo pensamos que la discusión de los 50 años del Golpe es tan importante, porque permite discutir muchísimas cosas, entre ellas la posibilidad que existió para la clase obrera y los oprimidos durante un tiempo concreto de pensar y organizar desde abajo una sociedad totalmente distinta; los cordones industriales y las experiencias ligadas a la autorganizacion y coordinación de base durante este periodo abren la mente a una sociedad construida en base al interés colectivo, y no al individualismo que hoy intenta instalar la derecha como máxima moral burguesa.
La construcción de una alternativa revolucionaria real para la clase trabajadora pasa en gran parte por la fortaleza de las ideas y lecciones que sostienen su política y fuerza material. No se trata de construir una fuerza política que solo difiere en programa y métodos de los partidos del régimen, sino que difiera de la concepción de mundo y que de hecho apunte a otro mundo, posible y necesario. Para discutir esto y más queremos invitarte a las asambleas que estaremos realizando próximamente en distintas regiones del país, que estaremos difundiendo por La Izquierda Diario. |
