Comienza la Revolución. Renace el Sóviet
“Nadie había soñado jamás con una revolución así…” (1)
En febrero de 1917 comienza la revolución más impactante de todos los tiempos. La guerra mundial trajo consigo sufrimientos superiores a los habituales, creando así las condiciones para la revolución. Al grito de “¡abajo la guerra!” y “¡abajo la autocracia ( 2) !” se inicia la insurrección que sacaría del trono al zar Nicolás II. Después de doce años, el Sóviet de Petrogrado nacía nuevamente (3), compuesto por delegados obreros y soldados, que mayormente eran campesinos armados por la guerra.
El soviet concentraba y organizaba la extendida acción obrera y popular, que se expresaba hasta en los pueblos más recónditos de Rusia, que festejaban en las calles el derrumbe del régimen zarista. Los jóvenes trabajadores se armaban y ponían en pie las Guardias Rojas para defender los barrios obreros. Petrogrado parecía una asamblea permanente, todo era discutido en cada lugar de trabajo, barrio o esquina.
Los meses del doble poder
Con el proceso revolucionario que provocó la caída del zar se generó una situación de doble poder. Lenin lo explicaba en pocas palabras: “Junto al Gobierno Provisional, junto al gobierno de la burguesía, se ha formado otro gobierno, débil aún, embrionario, pero existente sin duda alguna y en vías de desarrollo: los sóviets de diputados obreros y soldados” (4). Dos poderes irreconciliables como los intereses de las clases que representaban. Rivalizaban inevitablemente y se preparaban para el futuro enfrentamiento.
En ese momento los bolcheviques, el partido de Lenin, eran una minoría en los sóviets, éstos estaban dirigido por partidos que buscaban conciliar con la burguesía, los socialistas revolucionarios y mencheviques. La guerra continuaba y los principales dirigentes bolcheviques se encontraban aún en el exilio. Recién en abril Lenin pudo llegar a Petrogrado. Había que enfrentar al gobierno provisional y ganar la mayoría en los sóviets. Estos últimos no sólo eran organismos de autoorganización obrera, sino “la única forma posible de gobierno revolucionario” y la base para construir un nuevo Estado. Pero, para conquistar las demandas fundamentales de la revolución, debían madurar como organización de poder, y así lo hicieron luego de una serie de giros bruscos, avances y retrocesos. Esto fue posible porque su organización se amoldaba a los cambios de las masas, a través de la revocabilidad de los delegados, la rotación, ajustando la representación de los distintos partidos en correspondencia con el transcurso de la revolución.
En los meses siguientes la revolución va pasando por distintos momentos, en julio un prematuro alzamiento de las masas es derrotado. Los bolcheviques que no habían recomendado el intento de insurrección por no estar maduras las condiciones, de todos modos son acusados como responsables de los hechos: ilegalizan a los bolcheviques, detienen a Trotsky y a otros dirigentes, Lenin debe pasar a la clandestinidad. En agosto, luego de la derrota de julio y una posterior represión, Kornilov (5) que era el comandante en jefe del ejército del gobierno provisional de Kerensky (6), entiende que el clima era favorable y pretende ir por más, e intenta un golpe reaccionario contra su propio gobierno. Ante este hecho, Kerensky debe levantar la proscripción y permitir el armamento de los militantes bolcheviques, se instauran nuevamente las brigadas rojas y los ferroviarios frenan los trenes de las tropas golpistas. Los bolcheviques intervienen decididamente contra el golpe y vencen a la reacción. Ser el partido más decidido a cumplir con las demandas originales de la revolución, sumado a su independencia del gobierno provisional con el que las masas fueron haciendo su experiencia, hace que su fama se extienda por toda Rusia y comienzan a ganar la mayoría en todos los sóviets.
Desde que Trotsky había retornado del exilio, en mayo, empiezan las tratativas de su ingreso y el de su propio grupo al partido de Lenin. La confluencia política entre ambos, desde “Las Tesis de Abril”, eran cada vez más grandes. La entrada, que se demora un par de meses en razón de que Trotsky quería hacerlo con todo su grupo, es directamente al Comité Central del Partido Bolchevique por moción del propio Lenin.
La ascendencia en las masas del partido bolchevique tuvo un hecho culminante en la elección de Trotsky, el 22 de septiembre de 1917, como presidente del Sóviet de Petrogrado. Este factor será un punto de inflexión en el desarrollo de la revolución. En la segunda parte de esta nota, que será publicada mañana, desarrollaremos la importancia de los sóviets como órganos para la revolución y para el Estado obrero.
Notas.
1. Trotsky, León, “El Gran Sueño”.
2. Rusia era gobernada por una monarquía autocrática, el imperio de los zares.
3. En la revolución de 1905 se habían puesto en pie por primera vez los sóviets.
4. Lenin, V.I., La dualidad de poderes.
5. Kornilov: oficial de carrera, fue nombrado comandante en jefe por Kerensky en julio de 1917. Intentó un golpe contrarrevolucionario para derrotar al propio Kerensky. Huyó luego de su fracaso.
6. Kerensky Alexandre: socialrevolucionario ruso. Después de la Revolución de Febrero fue ministro de Justicia, de Guerra y Marina y, finalmente, jefe del gobierno provisional desde julio hasta la Revolución de Octubre. En 1918 huyó al extranjero. |