Massa anunció que “vamos a reforzar la tarjeta alimentar con un incremento adicional en dos cuotas mensuales: familias con un hijo: $10.000, con dos hijos: $17.000, con tres hijos: $23.000". Será en dos cuotas: 5000, 8500 y 11500 pesos por mes.
Si uno toma en cuenta una pareja con un hijo el "refuerzo" son 166 pesos por día. Menos de un sachet de leche, quizás un cuarto kilo de pan. Con dos hijos serían 283 pesos mensuales.
Recordemos que el último aumento había sido en mayo de 2023. Con la nueva escala la tarjeta quedó en $17.000 para familias con un hijo/a de 0 a 14 años; $26.000 para familias con dos hijos/as de 0 a 14 años; $34.000 para familias con más de tres hijos/as de 0 a 14 años.
En ese momento, para las parejas con un hijo/hija el monto cubría menos del 25% de la Canasta Básica Alimentaria del INDEC que toma en cuenta solo los alimentos básicos (111 mil pesos para una familia de dos hijos/hijas en junio). Con el aumento de la inflación de los últimos meses pasó a cubrir un quinto. Este "refuerzo", tras la fuerte devaluación que hizo que la CBA aumente un 20% desde el último informe oficial, mantiene la Tarjeta Alimentar en la misma situación. No hay consuelo.
Según los propios cálculos oficiales, a principios de año todavía existían en Argentina 1,7 millones de menores habitando hogares donde el ingreso familiar resultó insuficiente para satisfacer sus necesidades alimentarias. Unicef calcula que solo en 2022 más de un millón de niños, niñas y adolescentes dejó de comer alguna comida diaria y redujo un 67% el consumo de carne y el 40% la ingesta de frutas, verduras y lácteos. Pero además todo empeora: la misma organización asegura, en base al Presupuesto Abierto y datos de acceso público, que el presupuesto nacional destinado a la infancia en 2023 implica un ajuste de entre el 13,3% y 22,2% interanual real (de acuerdo con el índice inflacionario que se considere). Y ya veníamos de un ajuste en 2022 de la AUH (Asignación Universal por Hijo), Prestación Alimentar, Plan Primera Infancia y jardines infantiles.
Las organizaciones sociales vienen denunciando que además el Ministerio de Desarrollo Social no baja alimentos a los comedores desde hace meses. Una política criminal. Igual que la devaluación que saqueó los bolsillos populares. Mientras tanto, los “formadores de precios” no paran de remarcar. Los Coto, los dueños de la carne y los lácteos, las grandes alimenticias, lucran con el hambre popular.
Myriam Bregman, Nicolás del Caño y el PTS en el Frente de Izquierda vienen planteando medidas de emergencia. Entre ellas que "no se recorten los programas sociales y los alimentos a los comedores. Por el contrario, deben aumentar en el camino de una salida de fondo al problema del trabajo. Trabajo con derechos para todas y todos, con un salario para todas y todos que cubra la canasta familiar". Pero además "terminar con las maniobras especulativas de los grandes grupos empresarios formadores de precios, con la apertura inmediata de los registros contables de esas grandes empresas y la expropiación de las grandes empresas que especulen con el hambre del pueblo". |