Las Universidades del Bienestar Benito Juárez (UBBJ) son uno de los proyectos insignia del actual gobierno, y como recordaremos, desde su inicio se anunció la creación de 100 nuevas casas de estudio, aunque según se promueve, se llegaron a crear 200 en lo que va del sexenio, siendo uno de los “supuestos triunfos” de la 4T en materia educativa.
Sin embargo, y más allá del discurso, los integrantes de esta institución han señalado múltiples problemas que, no casualmente, jamás se anuncian en la propaganda gubernamental.
En primer lugar, debemos partir de que, dichas universidades, están sustentadas en una profunda precarización laboral tanto de sus docentes como de sus trabajadores, pues en ellas no existe la basificación, ni el derecho a la sindicalización, ni a la asociación o a la protesta, y cuando estos se inconforman, directamente son despedidos.
Fue el caso de la UBBJ sede Cuauhtémoc en la Ciudad de México, que en 2020 protagonizó una lucha que inició con los estudiantes y que se extendió a las y los trabajadores y docentes por las malas condiciones en las que laboraban. No está de más aclarar que, todos sus docentes, a 3 años de los despidos, siguen reclamando sus derechos por la vía legal.
En ese sentido, la precarización no es sólo para los que trabajan ahí, sino también para las y los estudiantes, quienes son presa de la falta de profesores y de personal, de instalaciones poco o nada adecuadas, del bajo presupuesto y de planes de estudio deficientes ante la carencia de docentes-investigadores basificados que puedan revisarlos y mejorarlos constantemente en intercambio con el estudiantado. Lo que ha generado protesta en varios estados en los últimos años, por parte de sus comunidades quienes creen y apuestan auténticamente en el proyecto que les prometieron.
Pero, las cosas no terminan ahí ya que el pasado 31 de agosto, la UBBJ-MISC también realizó una protesta frente a Palacio Nacional, pues luego de un año de haber reclamado soluciones, las autoridades de gobierno siguen sin resolver las demandas de la comunidad de esta escuela, quienes exigen en su comunicado:
a) Iniciar clases de todos los ciclos lo antes posible.
b) Impedir sanciones o bajas por imposición o autoritarismo (a docentes, administrativos y estudiantes).
c) Mejorar la sede en Milpa Alta: seguridad, servicios, alimentación y trámites.
d) Sede definitiva y digna. Nuestra comunidad busca educación de calidad y respeto a nuestros derechos.
Pero ¿Cuál ha sido la respuesta de la autoridad?: no han recibido fechas concretas para resolver alguno de los múltiples problemas, ya que Raquel Sosa desde la casa presidencial también a ellxs les ha dado largas y no existen propuestas concretas para terminar con las problemáticas.
Al igual que las y los estudiantes de la UBBJ Xochimilco, de la licenciatura en Formación Docente en Educación Básica; Patrimonio Histórico y Cultural, quienes hicieron los mismos reclamos y hoy se encuentran señaladxs y perseguidxs por alzar la voz.
¿Cómo solucionar el problema?
Frente a esta situación, para resolver todas las demandas y efectivamente lograr que las UBBJ sean las universidades de nivel educativo prometidas a las familias trabajadoras y sus hijxs, creemos que un paso fundamental es romper el aislamiento entre escuelas y buscar la unidad entre todas las comunidades, ya que los problemas son los mismos y la necesidad de resolverlos es urgente para todas.
A la vez, es indispensable la movilización en las calles para imponer unidxs, docentes, estudiantes y trabajadorxs, las necesarias mejoras en las condiciones de estudio y laborales, enfrentando la política de “austeridad republicana”, que es duramente aplicada a los de abajo, pero no así, a los de arriba.
Uniendo todas las fuerzas, es posible conquistar el aumento al presupuesto educativo y que nuestros recursos para el desarrollo de la juventud dejen de entregárselo a las Fuerzas Armadas y la militarización del país. Así como la suspensión del pago de la fraudulenta deuda pública y dirigir ese dinero al beneficio y desarrollo de la educación y la salud. | 
