Con la llegada de Madelón en reemplazo de Chirola Romero (que dejó el club de sus amores hasta una nueva etapa), el Lobo de La Plata cortó una racha que lo había dejado abajo de todo en la tabla anual. Los del Gallego Méndez empezaron ganando, pero la actitud avasallante de los “pibes”, incluyendo al debutante uruguayo Abaldo, provocó el estallido en el bosque. Tras el 2 a 1 a Vélez, le toca otra final contra Huracán.
Gimnasia y Esgrima La Plata y Vélez Sarsfield inauguraron la cuarta fecha de la Copa de la Liga de fútbol profesional masculino de Argentina. Fue este miércoles a las 18 en el estadio Juan Carmelo Zerillo del bosque platense, luego del receso por las fechas FIFA de eliminatorias para el mundial 2026.
Gimnasia y Vélez tienen una rica e intensa historia de enfrentamientos deportivos. Pero esa historia quedó momentáneamente de lado y da lugar a un presente más que “grave” para ambos clubes, ya que junto a una decena de equipos disputan por no descender en una tabla anual que los encuentra “apretados” en una brecha de pocos puntos.
En el caso del Lobo, se agrega la reciente renuncia de Sebastián “Chirola” Romero a la conducción técnica, desgastado por una primera parte del año en la que (con un plantel plagado de pibes y sin refuerzos de más experiencia) la garra y entrega no lograron ser acompañadas de resultados tranquilizadores. Tras la derrota con Independiente (otro competidor allá abajo) Chirola dejó el puesto y a los pocos días llegó Leonardo Carol Madelón, un “viejo” conocedor de estos trances.
Madelón agarró el (caliente) timón del Lobo por segunda vez. En 2008 ya había sido técnico y fue uno de los artífices de la “salvada” del descenso, en aquella recordada promoción contra Atlético de Rafaela con un 0-3 en Santa Fe y un infartante 3-0 en La Plata. La semana pasada, al asumir como entrenador, recordó aquel paso por el club. Pero además reivindicó todo lo hecho por Romero, con quien además mantiene conversaciones cotidianas donde intercambian pareceres.
Lo dieron vuelta
En la previa al partido de este miércoles todo era expectativa. Con una dosis no menor de confianza, sobre todo en la renovación anímica que la llegada de Madelón podía generar en un plantel que, como sucedió en todo el año, sigue buscando una armado más o menos estable. De hecho, contra Vélez debutó el joven delantero uruguayo Matías Abaldo y hay jugadores como Jonathan Cabral y el también uruguayo Rodrigo Saravia que apenas llevan cuatro partidos con la camiseta albiazul.
El partido, lógicamente, estuvo cargado de nervios desde el pitazo inicial de Hernán Mastrángelo. El propio árbitro, pese a no haber cometido errores insalvables, terminó generando alteraciones de más con sus extendidas “advertencias” y con algunos fallos carentes de sentido.
Con todo lo desprolijo que puede ser un partido en el que se disputan seis puntos, durante el primer tiempo hubo más tarjetas amarillas que jugadas de peligro. Sin embargo Gimnasia parecía tener “controlado” al Vélez que venía de ganarle a River. Hubo acercamientos a ambas áreas, el arquero local Tomás Durso tuvo que poner sus manos firmes ante un bombazo de Claudio Aquino, pero nada parecía muy peligroso. Hasta que a los 39 Braian Romero abrió el marcador para la visita con un excelso cabezazo.
La gente de Gimnasia esperó al segundo tiempo con más nervios que antes. Pero confiaba a su vez en la expertis de Madelón, quien había apostado por un esquema que ahora no alcanzaba para “defender” siquiera el punto de un empate. Se esperaba que hubiera un cambio en la segunda mitad, sobre todo intuyendo que Sebastián Méndez le plantearía a sus dirigidos que defendieran el 1-0 apelando a cualquier recurso.
El técnico local cambió al joven Alexis Steimbach por el joven Matías Abaldo. Uno de los pibes surgidos de las inferiores dejaba el lugar a un botija que acaba de salir campeón Sub-20 con su selección uruguaya y que Gimnasia pudo contratar en el reciente mercado de pases (tras superar las inhibiciones que arrastraba desde 2022). Llegado aún con Romero como técnico, el delantero debutó cuando Madelón vio que había que avivar el ataque. De entrada, Abaldo se acopló muy bien con Cristian Tarragona, Eric Ramírez y Benjamín Domínguez.
A los seis del segundo tiempo llegó el empate. Abaldo recibió un centro de Rodrigo Gallo en el área chica. Exigido, en lugar de probar al arco se la pasó de cabeza a Tarragona que llegaba junto a él. Adentro. Estalló el bosque de alegría. Tanta era la carga emocional que el club descargó una serie de fuegos artificiales apenas el VAR validó el gol. ¿Todo por un empate parcial? Sí, así es el pueblo tripero.
Ahora el descolocado era Vélez. Sobre todo porque el empate inyectó más ánimo en la hinchada y los jugadores locales se contagiaron. Tanto que empezaron a inclinar la cancha, a recuperar las pelotas imprecisas de los conducidos por Méndez y a crear ataques con toque y velocidad. Desde los cuatro costados el ensordecedor aliento de miles de hinchas invadió todo el campo de juego.
A los 14 se dio vuelta la cosa. Un pase en profundidad del mediocampista Agustín Bolívar asistió a Abaldo que entraba por la puerta del área. Con jerarquía, el botija se sacó de encima al arquero velezano Gastón Gómez y la empujó hacia el arco. La pelota entró como pancha por su casa y nuevamente el triperío gritó, saltó, cantó y festejó. Ahora quedaba defender el triunfo con uñas y dientes.
Gimnasia pudo engrosar el marcador. El lateral Guillermo Enrique lo tuvo primero, pero su remate se fue por un costado. Después remató desde 40 metros la “Perla” Ramírez, desviado también. Y Franco Soldano (que ingresó en lugar de Ramírez) no logró darle fuerza a un tiro que lo encontró bien parado al arquero Gómez. De Vélez, casi nada en todo el segundo tiempo. Preocupación para el Gallego Méndez, que debe enfrentar ahora a Arsenal (casi descendido pero que siempre complica las cosas).
El partido terminó a pura fiesta en el bosque de La Plata. como no sucedía hacía rato, la gente tardó en salir, recordando en grupos las jugadas claves del encuentro y prometiendo pegarse a la pantalla del televisor el martes que viene a las 21, cuando el Lobo visite a Huracán en Parque Patricios por la quinta fecha de la Copa de la Liga.
En su primera conferencia de prensa pospartido, Madelón arrancó saludando a la distancia a su amigo Chirola. “Se lo dedico a él, éstos son sus jugadores, que pusieron el corazón en todo momento”, dijo. Este triunfo, agregó, “es un escalón muy importante” en la lucha por la permanencia. “Dimos un primer paso que es bueno y fue una alegría para el hincha”, sentenció ante las trabajadoras y los trabajadores de prensa.
“Ahora hay que seguir, hay que disfrutar hoy y pensar desde mañana en Huracán, que es el próximo rival. El hincha necesitaba esto, este ida y vuelta, y la entrega que se vio. Se sintió identificado”. Poco antes, Abaldo también habló con periodistas. “Fue un debut soñado, el equipo está trabajando muy bien, se nota que lo quiere sacar adelante. Estamos fuertes de la cabeza y el sacrificio da a dar sus frutos”, dijo el botija de 19 años que, casi sin imaginárselo, fue figura del equipo en su debut. ¿Ya es titular indiscutido? Se verá.
Vale recordar que aún Madelón no puso desde el inicio a Pablo De Blasis y Lucas Castro, dos de las incorporaciones del Lobo en la Copa, dos que salieron del semillero tripero y volvieron tras años de carrera para comprometerse en sacar al equipo del fondo de la tabla. Está claro que el equipo “titular” sigue siendo una apuesta, que se concretará seguramente luego de varios ensayos. Ensayo, error, ensayo, acierto. Como la vida.
Ah, y no te olvides. ¡Lolo Regueiro Presente! ¡Juicio y castigo a los asesinos y sus cómplices!