Célebre por sus esculturas y pinturas de personas de gran porte, Botero murió este viernes a los 91 años. En Medellín, su ciudad natal, se decretaron siete días de luto. Creó una corriente artística caracterizada por personajes voluminosos que buscaba resaltar “la sensualidad de las formas”.

Este viernes murió a los 91 años el reconocido mundialmente Fernando Botero. La alcaldía de Medellín anunció siete días de luto para honrar la memoria del “artista colombiano más grande de todos los tiempos”, tal la definición del alcalde de la ciudad, Daniel Quintero.

Botero nació el 19 de abril de 1932 en esa ciudad colombiana. Fue el creador de la corriente artística conocida como “boterismo”, caracterizada por personajes voluminosos que buscaban resaltar “la sensualidad de las formas”. Las figuras corpulentas le permitieron abordar escenas callejeras latinoamericanas, la vida doméstica y retratos satíricos de personajes políticos.

Botero fue un autodidacta. Si bien estudió en academias de Madrid (Estado español) y Florencia (Italia), sus primeras obras conocidas son ilustraciones que publicó en Medellín a través del diario El Colombiano. A los 19 años viajó a Bogotá y presentó su primera exposición de acuarelas y óleos. Instalado en Tolú con parte de lo recaudado en sus primeras exposiciones, creó “Frente al mar”, un óleo con el que ganó el premio de pintura en el IX Salón Anual de Artistas Colombianos.

En 1956, a los 24 años, ya vivía en México DF. Allí pintó una mandolina con un agujero de pequeño, una exageración que le hizo pensar en nuevas posibilidades creativas. La “exploración del volumen” no paró más.

En 1977 expuso sus bronces por primera vez en el Grand Palais de París y en 1978 pintó su propio pastiche del cuadro “Monalisa”, pintado en su estilo boterista. Fue su homenaje a la famosa pintura de Leonardo da Vinci. Además creó esculturas de formas sorprendentes. Sus obras se pueden encontrar en las calles de Medellín, Nueva York, París, Barcelona, Madrid y Jerusalén, entre otros lugares.