No pasa nada. Entre el auditorio y el hall central de la facultad de periodismo, el ruido de la máquina de construcción, lxs albañiles y un perrito son lo único que me hace pensar que algo se mueve en este hueco.
Si no, no pasa nada. El bicicletero está vacío, lxs estudiantes huyen a sus casas o trabajos quizás, y unos pocos cursan. Quisiera que cientos llenáramos el vacío y nos quemáramos los tobillos con este sol de septiembre, pero no, somos 4 contándome a mí sumergidxs en nuestras tareas, en nuestros celulares, en nuestros cuadernos, en nuestra burbuja de individualidad y responsabilidades.
La música de fondo son golpes de materiales que caen, con un pulso irregular imposible de seguir o anticiparse… Detrás de unas chapas negras con un cartel que dice "peligro, zanja abierta".
Yo pienso que el peligro es este silencio cubierto de paredes altas y grises. Este silencio escondido en un piso de cemento, entre arbustos de corona de novia y una puerta que se abre y chilla insoportable cada muerte de obispo.
Peligro es esta ausencia que hace sonar al viento.
¿Peligro zanja abierta? Peligro, comunicadores, el silencio no es opción: Ayer y hoy, falta López. |