La definición del PIT-CNT de llevar a plebiscito la reforma de la seguridad social constituye un hecho político muy importante.
Como se puede ver acá y acá desde La Izquierda Diario venimos reflejando como la propuesta ha generado distintas polémicas a la interna de la propia central obrera y del Frente Amplio; además de una cerrada oposición de los partidos tradicionales.
Uno de los planteos que encuentra más resistencia es la intención de llevar a plebiscito la eliminación de las AFAP, uno de los pilares del régimen actualmente vigente.
Un poco de historia sobre las AFAP
La reforma del año 1995 con la ley Nº 16713 introdujo en el país el sistema mixto de jubilaciones; es decir que conviven un sistema de reparto solidario administrado por el BPS y otro de ahorro individual que es administrado por las AFAP.
Con esta reforma se sustituyó el sistema intergeneracional estatal (en el que los activos aportan para que cobren los pasivos), por un sistema mixto, en el que se introduce el ahorro individual obligatorio administrado por las AFAP.
En la práctica implicó la privatización de una porción de la seguridad social al permitir que las empresas que administran los fondos y los ahorros de las y los trabajadores se manejen con una lógica de empresa privada; es decir priorizando la ganancia empresarial y entrando en la lógica del mercado donde se constituye en foco de interés para el capital financiero. Sus defensores se aferran al mito del “ahorro individual” para promover este sistema, pero en realidad las y los trabajadores pierden totalmente el control de sus ahorros y aportes; son las AFAP las que se apropian de ellos buscando hacer negocios, tanto a nivel local como internacional, con dineros ajenos.
La resolución del PIT-CNT de plebiscitar la continuidad de las AFAP ha traído en estas últimas semanas un cúmulo de declaraciones desde diferentes sectores que defienden las AFAP, cuestionan la legalidad de la iniciativa o intentan generar alarma sobre las consecuencias de una posible eliminación de las Administradoras si triunfa el plebiscito.
Lo que sucede es que la privatización de la seguridad social es un pilar del régimen económico postdictadura, en el que se promovió la participación cada vez mayor del sector privado en todas las áreas de la economía y la sociedad. La economía de nuestro país luego de las reformas neoliberales está organizada en base a la participación de las grandes multinacionales y de los grandes grupos económicos y financieros.
En estas décadas hemos visto como se ha avanzado en las privatizaciones parciales de las empresas públicas, las tercerizaciones y la pérdida de monopolio estatal en algunas áreas estratégicas.
La ola neoliberal de los 90 llevó a una mayor participación de capitales privados en la actividad económica; en este caso se le dio al capital financiero internacional (y en menor medida nacional) la posibilidad de lucrar con los aportes de las y los trabajadores para su futura jubilación.
No se trata de una iniciativa nacional, es parte de una embestida del capital financiero internacional por encontrar nuevos “nichos de mercado” en los que hacer pie; y más o menos con el mismo libreto se desarrolló en distintos países de América Latina y Europa.
Son negocios al servicio de la banca financiera internacional; y por esta misma razón la posibilidad de que se toquen sus intereses si se eliminan las AFAP genera tanta oposición a nivel de los grupos de poder.
Ya han transcurrido algunas décadas desde que se implementaron estas reformas y hay estudios internacionales que permiten un balance sobre funcionamiento.
En una nota de Brecha del año 2022 se cita un informe del OIT en que se demuestra el fracaso de los sistemas privados de ahorro obligatorio “ Entre 1981 y 2014, 30 países privatizaron total o parcialmente sus sistemas de pensiones públicas obligatorias; en 2018, 18 países habían revertido las privatizaciones». En el informe se describe y «analiza el fracaso de los sistemas de pensiones privadas obligatorias para mejorar la seguridad de ingresos en la vejez y su bajo desempeño en términos de cobertura y niveles de beneficios”. OIT, [1]
También en esa nota de Brecha se menciona otro estudio que describen la conclusiones a partir del análisis de 40 años de reformas en el sistema de pensiones en América Latina; en el mismo se señala que «Aseguraron que las pensiones serían más que suficientes, pero las tasas de reemplazo en la mayoría de los sistemas privados son muy inferiores a esa promesa», y se sostiene que «son inferiores a las de los sistemas públicos» y que «las administradoras tienen jugosas utilidades, lo cual reduce el monto capitalizado en las cuentas individuales; además, la mayoría de aquellas mantiene su ganancia durante crisis económicas. Por el contrario, los asegurados son perjudicados por dichas crisis porque reducen el saldo en sus cuentas individuales» [2]
Movilización y Plan de lucha contra el modelo económico y social
Las AFAP son uno de los pilares de este régimen económico y social que se impuso a partir de la dictadura y que tuvo su continuidad más allá de los gobiernos de turno, por eso cuentan con el apoyo de todo el establishment, que cierra filas para ponerse activamente en su defensa.
La lucha por la eliminación del lucro de la seguridad social no es una medida aislada, sino que abre la posibilidad de cuestionar aspectos estructurales del régimen, de manera de terminar con este modelo privatizador, de salarios y jubilaciones miserables, pérdidas de derecho laborales y contratos chatarras y precarios.
Para hacer sustentable el régimen previsional hay que terminar con las jubilaciones de privilegios, como la de los militares, y revertir las rebajas o eliminaciones de los aportes patronales. La nacionalización de la banca y del comercio exterior es la que puede poner fin al lucro del capital financiero; de esa manera los ahorros y aportes de las y los trabajadores no estarán en función del éxito de las inversiones que puedan hacer los privados ni correrán el riesgo de fugarse al exterior.
Este tipo de medidas se podrán imponer en base a un plan de lucha discutido democráticamente que tome el conjunto de las reivindicaciones de la clase trabajadora y los sectores populares. El plebiscito por la reforma de la seguridad social podrá triunfar y lograr que se cumplan sus propuestas en base a la movilización popular y un cuestionamiento profundo de este modelo económico. |