La inflación se aceleró en el año y carcome los ingresos de las mayorías populares. El 50% de los trabajadores percibió menos de $120.000, mientras que el 80% de los asalariados ganó menos de $200.000 en el segundo trimestre del año, según publicó el Indec este jueves. Esto significa, que la mayoría de la clase trabajadora vive con ingresos por debajo de la canasta de consumos mínimos que realiza la Junta Interna de Ate Indec (el promedio del segundo trimestre fue de $343.670,33). La canasta no es un ideal ni un óptimo, pero se aproxima a lo que se necesita para llegar a fin de mes.
En el caso de los hogares, cuando se considera el ingreso total el 50% tenía ingresos menores a $ 200.000 en el segundo trimestre del año.
El informe muestra la brecha entre los ingresos de los trabajadores formales e informales. Los trabajadores no registrados fueron los que más perdieron en los últimos años. El Indec señala que “el ingreso promedio de las personas asalariadas con descuento jubilatorio fue de $186.987 (+108,6% interanual), mientras que en el caso de aquellas sin descuento jubilatorio, el ingreso promedio equivale a $81.736 (+112,4% interanual)”.
Por su parte, sigue la brecha de género. El ingreso promedio de la ocupación de los varones fue de $160.244 mientras que para las mujeres fue de $117.645 en el segundo trimestre de 2023. Es decir las mujeres ganan 26,6% menos que los hombres. Esta brecha muestra que las mujeres ocupadas tuvieron que trabajar casi 8 días más que los varones para ganar lo mismo que ellos en un mes.
Según el Indec, la distribución del ingreso empeoró en el segundo trimestre de 2023, el coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas fue de 0,417 para el segundo trimestre de 2023 (siendo cero el valor que implica igualdad absoluta y uno desigualdad total) en el mismo período de 2022 el valor fue de 0,414, lo que muestra una suba de la desigualdad.
Las condiciones de vida de clase trabajadora empeoraron. La devaluación de Massa para cumplir con el FMI y su impacto en la inflación profundizará el deterioro del poder de compra. Es urgente un aumento de emergencia para recuperar lo perdido para jubilados, trabajadores y programas sociales. Por un ingreso mínimo de $284.687 (agosto) que es lo que cuesta una canasta básica en el camino de lograr un salario mínimo igual a la canasta familiar que los trabajadores de Ate- Indec calcularon en $436.602 (agosto). Junto a la incorporación de cláusulas gatillo que actualice el salario mes a mes según la inflación.
La CGT y el conjunto de las conducciones sindicales tienen que ponerse a la cabeza de un plan de lucha para recuperar lo perdido.
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