Los datos que se conocieron hoy alarman. Sin embargo, otros informes venían sembrando esta alerta. Según un informe de UNICEF de Febrero de este año sobre pobreza multidimensional, el 66% de las niñas y niños de Argentina son pobres por ingresos o están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o a un hábitat seguro. Este informe se basa en datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC que muestran que en el primer semestre de 2022 el 51,5% de las niñas y niños son pobres por ingresos: viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan para cubrir la canasta básica de alimentos y servicios. Además, si se suman las privaciones no monetarias previamente mencionadas, el valor asciende al 66% de las chicas y chicos del país.
Esto arroja un total de 8,8 millones, las niñas y los niños que experimentan carencias monetarias o de algunos de los derechos fundamentales considerados en la EPH. 3,7 millones (28%) enfrentan ambos tipos de privaciones simultáneamente: es decir, 3 de cada 10 chicas y chicos viven en hogares con ingresos insuficientes y, al mismo tiempo, tienen al menos un derecho básico vulnerado. Esta situación, que refleja el núcleo más duro de la pobreza, se mantiene desde hace más de seis años, de acuerdo con el estudio “Pobreza monetaria y privaciones no monetarias en niñas, niños y adolescentes en Argentina”.
Según un informe realizado por UNICEF sobre la base del Presupuesto Abierto y otras fuentes de información pública, el presupuesto nacional destinado a la infancia en 2023 presenta contracciones de entre un 13,3% y un 22,2%, según el índice inflacionario que se considere.
En tanto, el estudio sobre pobreza monetaria y privaciones no monetarias advierte que 9 de cada 10 chicas y chicos en situación de pobreza monetaria viven en familias en las que el papá y/o la mamá trabaja, lo cual refleja que la sola creación de empleo, sin tomar en cuenta su calidad, no permite salir automáticamente de la pobreza. El 76% de estas chicas y chicos pobres viven en hogares donde los adultos tienen trabajos informales o relaciones laborales precarias. Esto demuestra que no se sale de la pobreza creando cualquier tipo de empleo, sino empleo decente.
Maltrato y abuso sexual infantil
La pobreza, hacinamiento y descomposición social que se agudiza en las crisis trae aparejado el aumento de situaciones de vulneración como el maltrato infantil y el abuso sexual infantil.
Según la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes (2019-2020) de Unicef Argentina, “el 59% de chicas y chicos entre 1 y 14 años experimentó prácticas violentas de crianza; el 42%, castigo físico (incluye formas severas, como palizas y golpes con objetos), y el 51,7%, agresión psicológica (como gritos, amenazas, humillaciones). Por otro lado, el 40% de las y los adolescentes atravesaron su primer hecho violento entre los 6 y los 13 años. Además, 4 de cada 10 chicos y chicas afirma haber recibido maltratos en su casa o la casa de un familiar, y 7 de cada 10 aseguró haber sufrido maltratos por parte de personas de su círculo íntimo”.
Solo en la Ciudad de Buenos Aires, según la Oficina de Violencia Doméstica, en el tercer trimestre de 2022, 3 de cada 10 personas afectadas por situaciones de lo que se denomina "violencia doméstica" (que ocurre en el hogar) fueron niños, niñas y adolescentes, de los cuales 8 de cada 10 sufrieron violencia por parte de sus progenitores.
Pero yendo específicamente a las estadísticas con las que se cuenta sobre violencia sexual, encontramos que, entre 2017 y 2022 hubo 14.424 niñas, niños y adolescentes víctimas de distintas formas de este tipo de agresiones, según el Programa Nacional Las Víctimas contra las Violencias, del Ministerio de Justicia de la Nación.
Otros datos recabados por el mismo programa indican que el 36,2% de los casos ocurrió en el hogar, otro 27,6% en entornos digitales (redes sociales y/o aplicaciones) y el 3,4% en la vivienda de un familiar. El 41,6% de los delitos contra la integridad sexual de niñas, niños y adolescentes son definidos como tocamientos sexuales, un 22,3% violación o tentativa y un 15,2% grooming (acoso sexual a niños, niñas y adolescentes en internet por un adulto).
El 77,6% de las víctimas reportadas entre 2017 y 2022 fueron de género femenino. También se señala que el 56,5% de los agresores eran familiares (en general, aparece denunciado el padre como el principal agresor, seguido por otros familiares y luego, el padrastro) y en el 17,7% de los casos eran conocidos no familiares.
Por otro lado, según las últimas estadísticas sobre abuso sexual infantil en la Argentina realizadas por el gobierno, en el 75 % de los casos el agresor es un familiar, de los que en el 40% ese familiar es el padre y en el 16%, el padrastro. En la misma línea, el 53% de los abusos sucede en el hogar de la víctima, el 18 % en la vivienda del agresor y el 10% en la casa de un familiar. De ahí surge la importancia de que los niños y niñas tengan un espacio fuera del círculo familiar donde puedan contar sus vivencias
Defendamos las infancias y adolescencias
Las medidas que quiere el FMI, acatadas por Massa, e inscriptas en las propuestas de Milei y Bullrich, solo generan más pobreza. Para defender nuestras infancias y la posibilidad de un presente y un futuro para ellas que merezca ser vivido tenemos que derrotar las imposiciones del FMI y los planes de ajuste. Empezando por medidas básicas como un aumento de emergencia de salarios, planes y jubilaciones por encima de la canasta familiar indexado a la inflación.
A la inflación que significa un enorme ataque para las condiciones de vida de las infancias, se suma el desfinanciamiento de las instituciones y organismos encargados de trabajar con las infancias y adolescencias como los Servicios zonales y locales de Promoción y Protección de los Derechos del Niño, que denuncian sus propios trabajadores. Necesitamos un aumento urgente del presupuesto y terminar con la precarización laboral de quienes atendemos a las infancias.
Casi 80% de los niños víctimas de abuso sexual denunciaron a raíz de las clases de Educación Sexual integral (ESI), según decathlon desde el Ministerio Público Tutelar a través del análisis de los casos de abuso sexual infantil que trataron durante el 2019, en niños de entre 12 y 14 años.
Es por esto que defendemos la ESI frente a quienes como Javier Milei y Victoria Villarruel quieren eliminarla pero al mismo tiempo peleamos por la implementación, sin restricciones, de la Ley de Educación Sexual Integral en las escuelas. Así como la creación de equipos interdisciplinarios especializados en infancias formados por trabajadores sociales, profesionales de la salud y psicólogos/as, con financiamiento y recursos.
Nos organizamos para pelear por esto en las calles y dándole fuerza a la única lista que defiende los derechos de las infancias, con Myriam Bregman y el Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad. Ni cómplices ni sometidas. |