Trabajadores que laboraban en el viñedo Santísima Trinidad en Dolores Hidalgo fueron despedidos después de intentar crear un sindicato como instrumento para defenderse de los abusos patronales como malos tratos, jornadas laborales excesivas, acoso laboral y sexual. Los despidos ocurrieron este lunes después de que los obreros realizaran una asamblea general para constituir su organización sindical.
Su representante, Irma Gómez, dijo que ya se había solicitado al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral la constancia de representación, y, aun así, la respuesta patronal fue cesar de forma injustificada a 15 trabajadores, violando sus derechos humanos laborales y su derecho político y sindical a la organización; y si sumamos que todos los despedidos participaron en la asamblea para organizar el sindicato, también podemos considerarlo como un acto de represión patronal.
Violación de los derechos laborales
En nuestro país se presentan todos los días múltiples violaciones a los derechos humanos laborales como las ocurridas recientemente en el viñedo Santísima Trinidad en Dolores Hidalgo, es decir, este caso forma parte de prácticas que se realizan de forma sistemática, consciente e intencionada para impedir que los trabajadores se organicen y reclamen sus derechos, como son la distribución de utilidades, la jornada laboral, el tipo de contratación, el salario mínimo, el aguinaldo, el contrato de servicio especializado y los pagos puntuales.
No casualmente, éstos representan los derechos más vulnerados en los últimos dos años en nuestro país, aunque no son los únicos, ya que también podemos encontrar la negativa al acceso a la seguridad social, el régimen de subcontratación, el reglamento interno de trabajo, las cuotas al Infonavit y las vacaciones.
Otro elemento del que casi no se habla, es que las violaciones a estos derechos tienen una consecuencia muy grave en la salud física y emocional de la clase trabajadora, ya que provocan estrés y agotamiento crónico, afectando la vida personal, pues los sistemáticos abusos, los malos tratos y las extenuantes jornadas laborales les impide desarrollar sus actividades cotidianas en armonía, convivir con sus seres queridos y recrearse.
La explotación y la represión laboral
Pero ¿Por qué a los propietarios de los viñedos les molestó tanto que los trabajadores quisieran sindicalizarse?, ¿Cuál es la razón de que incurran en prácticas sistemáticas de violaciones a los derechos humanos laborales?
Esta situación fue explicada por los revolucionarios Carlos Marx y Federico Engels desde el siglo XIX para lo cual formularon la teoría de la plusvalía. Dicha teoría explica que la jornada laboral consta de un número determinado de horas en donde el trabajador o proletario le vende su fuerza de trabajo al burgués o empresario, por una determinada cantidad de dinero, para realizar una actividad productiva económicamente que deje grandes ganancias, es decir, el proletario trabaja una jornada laboral por un salario.
Este salario no representa el producto total del trabajo, sino una pequeña parte de él, que con frecuencia es fijada por la ley, -en México a esto le conocemos como canasta básica-, mientras que el resto de la riqueza producida por el obrero pasa a ser lo que Marx denominó el “plustrabajo”, es decir, si los trabajadores laboran ocho horas, por ejemplo, el empresario o capitalista sólo les va a pagar cuatro (o menos). El resto se lo apropia el empresario para acumular sus ganancias produciendo lo que se denomina “el capital”. Este es el principio de la lucha interminable entre el burgués y el proletario, ya que el burgués siempre quiere hacer que el proletario trabaje más y cobre menos (de ahí la razón de por qué siempre están vulnerando derechos laborales), para acrecentar su capital.
Por su parte, cuando los trabajadores llegan a hartarse de esta situación, intentan organizarse para cambiar la relación de fuerzas y para cobrar más y trabajar menos, para que su integridad como personas no se menoscabe; ese es el motivo por el que en ciertos momentos buscan organizarse en sindicatos, a lo que la burguesía como clase dominante responde impidiendo esa organización ahí donde les es posible para evitar que los trabajadores quieran acceder a sus derechos y conquistar nuevos para ser partícipes de la riqueza producida por el trabajo asalariado. Es decir, que a pesar de que la riqueza sea creada enteramente por los proletarios, los burgueses y empresarios se quedan con la mayor parte, dando lo menos posible a sus auténticos productores.
Frente a esta situación, opinamos que existe la necesidad de conquistar la unidad de todos los obreros dentro del viñedo para luchar por la reincorporación inmediata de los compañeros despedidos, ya que, si el patrón logra que estos 15 trabajadores queden afuera, las condiciones adentro empeorarán mil veces más para los que se queden adentro, pues el burgués no sólo va a querer extraer más ganancia, sino también va a buscar aleccionar a los trabajadores en activo para darles un escarmiento y evitar que vuelvan a pensar en organizarse.
Así, se vuelve necesario pelear por su reinstalación como primer paso para luego ir por la conquista de su sindicato para luchar unidos por todos sus derechos, anteponiendo la organización y movilización, sin confiar en que las instituciones del Estado vayan a resolver a favor de la clase trabajadora, porque como ha demostrado la experiencia, solo confiando en nuestras propias fuerzas como clase trabajadora, podemos conquistar nuestras demandas.
¡Desde la Izquierda Diario México enviamos nuestra solidaridad a los obreros del viñedo Santísima Trinidad en Dolores Hidalgo y exigimos la inmediata reinstalación de los 15 obreros despedidos por organizarse! |