El ex arzobispo de La Plata fue denunciado por víctimas de Eduardo Lorenzo, cura platense al que encubrió. El caso fue investigado por este diario. Bergoglio siempre supo todo. Ahora se lo gritan en la plaza San Pedro.
Víctor “Tucho” Fernández, uno de los sacerdotes más cercanos a Jorge Bergoglio y considerado un soldado fiel del papa, fue denunciado públicamente por encubrir a curas acusados de cometer abusos sexuales. Quien fuera hasta hace unos meses arzobispo de la Diócesis de La Plata y hoy es flamante funcionario de alto rango dentro del Vaticano no pudo evitar que las voces de las víctimas se hicieran oír en tierra vaticana.
El pasado jueves, Diego Pérez, el joven que denunció los abusos padecidos en su adolescencia por parte del cura Eduardo Lorenzo, viajó a Roma junto a Sergio Salinas, abogado de la Red Internacional Contra el Abuso Infantil Eclesiástico ECA (Ending Clergy Abuse) y querellante de las víctimas del Instituto Próvolo, y participó junto a otras víctimas de abusos eclesiásticos de una protesta realizada a metros de la basílica de San Pedro, frente a la Congregación de la Doctrina de la Fe, contra la designación de Fernández como ministro del Vaticano.
Fernández fue designado en julio de este año como Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sucesor directo de la Santa Romana y Universal Inquisición, reconocida por sus métodos sanguinarios para controlar a la población que no seguía la “doctrina católica apostólica”. Hoy día sigue siendo el “ministerio” que controla, censura y sanciona todo lo relacionado con los “valores” del catolicismo oficial, incluido el sostenimiento de forma sistemática el encubrimiento de miles y miles de violaciones a niñas, niños y adolescentes en colegios, institutos y parroquias de todo el planeta. Todo un gesto de Bergoglio para con uno de sus mejores amigos.
En su mandato como arzobispo de La Plata, Victor Tucho Fernández se encargó de encubrir a cuanta sotana descarriada fuera denunciada por haber cometido crímenes sexuales. En un informe especial que realizó La Izquierda Diario junto a Pulso Noticias en diciembre pasado -medios que desde hace varios años vienen denunciando a Fernández por su complicidades-, se detallan once de los casos denunciados, hasta el momento, en La Plata y en los que, de diversas formas, “Tucho” cumplió un claro rol de encubrimiento de sus sacerdotes. Encubrimiento que va de la mano con la deshumanización y desprecio hacia las víctimas y sobrevivientes.
Eduardo Lorenzo (suicidado en diciembre de 2019 en una sede de Cáritas a minutos de ser detenido), el creador de la congregación Miles Christi Roberto Yanuzzi (único excomulgado por el papa por sus diferencias doctrinales, no por sus abusos), Héctor Giménez (denunciado pero impune), Rubén Marchioni (denunciado públicamente pero no judicialmente), Maximiliano Di Virgilio (la familia de su víctima desistió de una denuncia penal), el ex capellán de Gendarmería en Misiones Raúl Sidders (con una absurda prisión domiciliaria y cerca de un juicio oral) y cinco excapos del Instituto Provolo de La Plata (Nicola Corradi, Horacio Corbacho, Giuseppe Spinelli, Giovanni Granuzzo y Eliseo Primati).
Después de intentar “limpiar”, a base de cosméticos litúrgicos y silencios comprados a buen precio, la arquidiócesis platense de los resabios ultraconservadores de Aguer, “Tucho” voló con su “experiencia” al Vaticano. Lo que no pudo dejar en tierras argentinas fue su complicidad en los crímenes sexuales de sus siervos, algo que intentó esconder bajo la alfombra del silencio y las víctimas de abusos sexuales se lo gritaron en la misma cara y en su nueva casa.
