Javier Milei confirmó este lunes que el mendocino Luis Petri será desde el 10 de diciembre el nuevo ministro de Defensa. Se trata del dirigente radical que en las elecciones de este año acompañó en la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio a Patricia Bullrich, quien a su vez fue confirmada por Milei como próxima ministra de Seguridad.
La llamada “Oficina del Presidente Electo” publicó un comunicado (con tufillo a ironía) en el que se afirma que, “de esta manera, la fórmula completa de Juntos por el Cambio ha quedado integrada al Gobierno de La Libertad Avanza”.
Entre 2013 y 2021 Petri fue diputado nacional por Mendoza. Este año se presentó para competir por la Gobernación de su provincia y perdió en las internas de Juntos por el Cambio contra Alfredo Cornejo (quien terminó ganando en las generales y asumirá un nuevo mandato provincial). No se le conoce trayectoria en temas relacionados con la “Defensa”, aunque en su paso por Diputados llegó a presidir la comisión de “Seguridad Interior”. Y, como se dijo en otra nota de este diario publicada en junio, si algo se sabe de él es que es un xenófobo y promotor de la mano dura.
La confirmación de Petri como nuevo ministro se dio en el marco de reuniones que Milei viene encabezando en el Hotel Libertador de la CABA. Precisamente este lunes por la mañana, antes del anuncio de la “Oficina”, el libertariano tuvo una “reunión de Gabinete” en la que participaron el mendocino, Bullrich, el futuro jefe de Gabinete Nicolás Posse, la futura canciller Diana Mondino, el futuro ministro de Economía Luis Caputo, el futuro ministro de Infraestructura Guillermo Ferraro y la omnipresente Karina Milei.
Según el comunicado difundido, “durante el encuentro se discutieron los principales desafíos que deberá enfrentar cada ministerio, así como las reformas que deberán llevar adelante y las primeras decisiones a tomar una vez iniciada la gestión”.
Quien no estuvo en la reunión de “gabinete” fue la vicepresidenta electa Victoria Villarruel, la misma que durante toda la campaña electoral fue anunciada por Milei como quien tomaría las decisiones relacionadas con las áreas de Seguridad y Defensa. De hecho el liberfacho electo le dijo a quien quisiera escucharlo que ella era la persona más indicada para la tarea y hasta juró que sería la responsable de designar a los titulares de ambos ministerios.
Se ve que el “romance” entre Milei y Villarruel no es pleno, ya que lejos de las promesas de campaña, finalmente la hija de militares, negacionista del genocidio y admiradora personal de Jorge Rafael Videla se quedará “sólo” con la presidencia del Senado y la eventual sucesión de Milei en la presidencia si es que éste viaja al exterior, renuncia o muere.
Que sean Bullrich y Petri quienes asuman en Seguridad y Defensa en lugar de funcionarios “propios”, no quiere decir que la agenda que guíen a ambos ministerios sean muy diferentes a las que Villarruel tenía en mente. Pero sin dudas el hecho marca, por un lado, la necesidad de Milei de “cerrar filas” con parte de Juntos por el Cambio en busca de un poco de "gobernabilidad" (en estas áreas, además, experiencia en cuestiones represivas); y por otro, que no había mucha confianza en la impredecible Villarruel para una tarea por demás estratégica: el manejo de las fuerzas represivas del Estado, tanto las policiales como las armadas.
Lo anterior no quiere decir que Villarruel y sus secuaces "nostálgicos" del genocidio no negocien cargos y puestos en las segundas, terceras y cuartas líneas tanto del Ministerio como de cada una de las Fuerzas Armadas.
"Orgullo"
Apenas terminada la reunión en el Hotel Libertador y anunciada la confirmación en cargo, Petri hizo declaraciones de agradecimiento a Milei y anunció vía la red social X: “Desde hoy comenzamos a trabajar en un cambio que permita volver a poner en valor el rol de nuestras las Fuerzas Armadas. Orgullo de nuestro país. Vamos a honrar su finalidad esencial, que garantice la soberanía e independencia de la Nación, su integridad territorial; que proteja la vida, la libertad y contribuya al desarrollo de la Patria”.
Lo de “orgullo de nuestro país” bien puede leerse como una provocación reivindicativa de todo lo hecho por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea en la historia nacional. Y, como se sabe, entre los muchos “hitos” de los militares argentinos se encuentran cinco golpes de Estado a lo largo de todo el Siglo XX, lo que incluyó la masacre generalizada de miles y miles de trabajadoras y trabajadores, pueblos originarios, intelectuales, estudiantes y artistas.
Entre otras cosas, Petri recibirá un Ministerio en el que siguen guardados bajo siete llaves infinidad de archivos de la represión ilegal. Otro tanto hay en los cuarteles. La apertura de esos archivos es un reclamo histórico de diversos organismos de derechos humanos en su lucha por verdad y justicia. Un reclamo siempre desoído (pese a algunas episódicas aperturas parciales) por todos los gobiernos que ocuparon la Casa Rosada desde 1983.
En las Fuerzas Armadas también siguen en funciones aún muchos militares que participaron de la dictadura. Si bien no hay cifras oficiales, hay jerarcas de las Fuerzas Armadas que hace cuarenta años formaron parte activa del aparato genocida. Para no hablar de miles de “retirados” que secuestraron, torturaron, mataron y desaparecieron a personas y hoy siguen cobrando jugosas jubilaciones del Estado. ¿Quién dijo “casta”?
Resta esperar cómo arrancará su gestión ministerial Luis Petri. Lo que es seguro es que ninguna de las situaciones arriba descriptas cambiará. Por el contrario, se profundizarán los aspectos más reaccionarios de una cartera dedicada a proteger el accionar genocida del pasado y acomodar las políticas de "defensa" a los designios (con financiamiento de por medio) de las potencias imperialistas, tal como lo viene haciendo el Estado desde hace décadas. |