Compartimos una serie de publicaciones, “La limpieza étnica de Palestina” de Ilán Pappé; “Palestina (e Israel), entre intifadas, revoluciones y resistencia” del historiador argentino Martín Alejandro Martinelli, y una selección de artículos publicados por el CEIP-LT, que ayudan a comprender la situación actual de Palestina.
Por dónde comenzar cuando se trata de un libro como el de Ilán Pappé, La limpieza étnica de Palestina (Ed. Crítica, 2011), y el horror que relata parece presenciarse 75 años después. En octubre pasado se dio a conocer un documento de inteligencia israelí y luego el ministro Avi Dichter, que pertenece al Likud, el partido de Netanyahu, confirmando los planes de expulsión forzosa de palestinos de Gaza en condiciones que recuerdan lo ocurrido entre 1948 y enero de 1949, cuando más de 700 mil palestinos que vivían en el territorio que ocupa Israel fueron expulsados, destruyendo sus aldeas y ejecutando masacres como la de Dawaymeh, Tantura, Lydd y Ramla.
Ilán Pappé es un historiador israelí marxista, identificado con la corriente de los llamados historiadores revisionistas, un conjunto de académicos israelíes críticos con la historia oficial y el proyecto sionista, que en los años 80 se propuso revisar y cuestionar la fábula que la historiografía israelí repitió y continúa repitiendo respecto a lo que los árabes recuerdan como Nakba. Especialista en el tema, ha publicado numerosos trabajos, “Una historia de la Palestina moderna: una tierra, dos pueblos” y “La creación del conflicto árabe-israelí 1947-1951”, entre otros. En La limpieza étnica de Palestina… investiga, recopila, reconstruye y prueba que en mayo de 1948 los palestinos no se marcharon “por decisión propia”, no se produjo ningún absurdo “traslado voluntario” ni se libró “una guerra contra los árabes” en la que sus milicias una vez derrotadas debían aceptar el plan de partición de la ONU, si fuera admisible el “derecho que imponen las guerras”, al resistir su implementación. Aquellos que quieran conocer y comprender las raíces históricas y políticas de los sucesos actuales encontrarán en este trabajo la reconstrucción del expolio de los palestinos en 1948. Un pueblo demonizado en todas sus formas, que ha sido colonizado, ocupado y tratado como desechable: en 1947 los palestinos nativos conformaban dos tercios del total de la población en Palestina, después de haber sido el 90% al comienzo del Mandato británico (1922) y en 1948, el 85% de los que vivían en las áreas que se convirtieron en el Estado de Israel pasaron a ser refugiados, que en los planes sionistas debían ser acogidos por Siria, Jordania y el Líbano, pues todos eran “naturalmente” árabes.
Pappé demuestra que lo ocurrido no fue improvisado sino un plan sistemático de limpieza étnica, exponiendo sus mecanismos operativos, que incluyeron crímenes de guerra, y el sistema cognitivo que permitió al mundo olvidar (y a los perpetradores negar) el crimen que el movimiento sionista cometió contra el pueblo palestino. Toma incluso cierta distancia de la versión palestina pues esta habla de una “catástrofe” como un evento que “se concentra más en el desastre en sí que en quiénes o qué lo causaron” y, si bien admite que el término se adoptó considerando el desastre vivido por los judíos en el Holocausto (la shoah), para Pappé no puede dejar de mencionarse claramente a sus agentes y responsables, pues se ha continuado con las persecuciones, masacres y la opresión de manera casi permanente. El problema de los refugiados y el derecho al retorno palestino, reconocido por la ONU (Resolución 194) sigue siendo tabú en las mesas de negociación de la causa palestina. Su mera discusión la convertiría en prueba del origen artificial y el carácter del estado sionista, los fundamentos morales y mitos del sionismo.
Gran parte de la investigación se sostiene en el diario de Ben Gurion (uno de los fundadores del sionismo), la correspondencia archivada y el archivo de Israel Galil, fuentes incluidas en los Archivos Ben Gurion de Sdeh Boker. En forma minuciosa, documentada, edifica los distintos momentos de la Nakba, con sus particularidades, y toda la tragedia de lo que llama “la cara fea de la ocupación”. Si no fuéramos testigos de lo que actualmente ocurre en Gaza y toda Palestina hasta podría sospecharse de ficcionalidad: encarcelamientos inhumanos, abusos y violaciones bajo la ocupación, establecimiento de guetos como el de Haifa, la profanación de lugares sagrados, la implementación de un sistema legalidad para el robo de la tierra y el reparto del botín. Pappé es implacable en la búsqueda de la verdad, de qué hablamos cuando hablamos de limpieza étnica (en sus definiciones académicas, jurídicas, diplomáticas, e incluso populares), comenzada en diciembre de 1947 con un ataque judío a aldeas y barrios en represalia a los ataques palestinos que rechazaban la Resolución 181 de la ONU de noviembre de 1947 (Partición del territorio y solución de dos Estados), provocando la expulsión de ya casi setenta y cinco mil palestinos. Se trató del inicio de la ejecución del llamado Plan Dalet, la estrategia sionista de expulsar a la población árabe de Palestina para controlar el territorio y establecer allí el Estado de Israel, un estado exclusivamente judío no solo en su estructura sociopolítica sino tambien en su composición étnica. Si el plan fue preparado militar y financieramente desde la década de 1930, el escenario geopolítico de la segunda posguerra, la decisión británica de retirarse en febrero de 1947 dejando a cargo a la ONU y el respaldo de las potencias a compensar su accionar frente al Holocausto, les ofrecieron la oportunidad histórica. No estaban solos, cuando el 15 de mayo de 1948 la Agencia Judía declaró la creación de un Estado judío en Palestina contó con el reconocimiento de la URSS y de EE.UU., del que sería un auténtico enclave afín y militarizado para hacer de gendarme de sus intereses en la región. Así nació el estado de Israel.
El libro contempla también el papel que jugaron los países árabes, entre ellos clave el de Jordania que contaba con el ejército mejor preparado entre los que integraba el Ejército Árabe de Liberación, y evitó involucrarse como se necesitaba para obstaculizar la campaña sionista, a cambio de aseguarse el territorio actual de Cisjordania en sus aspiraciones dinásticas de construir la Gran Siria. Este acuerdo no escrito fue condición necesaria para asegurar el triunfo del plan sionista y adelantaría el accionar que en el futuro llevarían adelante los gobiernos y las burguesías árabes. Una prueba de quiénes eran y son los verdaderos aliados de la causa palestina: la clase trabajadora de los países árabes, e internacional, junto con el pueblo palestino y aquellos trabajadores judíos que rompan con el sionismo.
Pappé expone que las atrocidades cometidas por el sionismo se basan en un racismo estructural que invisibiliza y deshumaniza a la población nativa, ya presente en la colonización de 1880, que desde entonces no se detiene. Originalmente avalada por el gobierno británico (Declaración de Balfour, 1917), responsable de sofocar la revuelta palestina de 1936 que se prolongó por tres años y desarticuló su organización, unidades militares y provocó el exilio de sus dirigentes al punto que, como reconocen varios historiadores, facilitó que en 1947 las fuerzas judías se movieran con facilidad en campo palestino.
De lectura recomendada el libro de Ilán Pappé se valoriza en doble sentido. Como se propuso el autor, recupera la historia de lo ocurrido en 1948 para todos aquellos interesados en el problema de Palestina con el propósito de encontrar una solución duradera, no solo por una cuestión profesional sino también moral y política: el rechazo al sionismo y el compromiso con la causa palestina.
Palestina (e Israel), entre intifadas, revoluciones y resistencia (EdUNLu, 2022) de reciente publicación pertenece al historiador argentino Martín Alejandro Martinelli, profesor de la Universidad Nacional de Luján y coordinador del Grupo Especial Revista Al-Zeytun / CLACSO “Palestina y América Latina”. Ilán Pappe, a cargo del prólogo, enmarca el trabajo de Martinelli en el esfuerzo académico de una nueva generación de jóvenes y estudiantes, en gran parte palestinos, muchos también activistas, cuyos debates y reflexiones evidencian “el regreso del discurso revolucionario al mundo de la erudición y el activismo de y para Palestina” enfocados en “el retorno de la descolonización como primer proceso de liberación”. Retorno de un concepto y una problemática que manifiesta, a su manera, el fracaso de la política imperialista en la región indiscutiblemente alineada a Israel, proyectada desde 1993 en los llamados Acuerdos de paz y la solución de dos estados.
A través de 10 capítulos, Conclusiones, anexos cartográficos Martinelli indaga, desde el paradigma decolonial e histórico, aspectos complejos que enriquecen el debate sobre la presente situación Palestina, de los que aquí citamos solo algunos de una larga lista.
Uno de los temas a los que vuelve una y otra vez, y una de sus definiciones centrales, es la reconstrucción de la historicidad de la identidad y nacionalismo palestinos, cuyas huellas se remontan al ingreso del Imperio Otomano en el sistema capitalista (mediante el Tanzimat), a su fragmentación tras la Primera Guerra Mundial y la incursión de los colonos europeos de religión judía y no exclusivamente, como suele entenderse, en relación a la confrontación con el sionismo. Recorre los efectos políticos del reparto imperial de la primera posguerra mundial y lo que define como un punto de inflexión en el período del Mandato, la llamada Gran Revuelta de 1936 a 1939 que aunque derrotada se convierte en uno de los levantamientos fundadores del movimiento nacional palestino que irá afianzado su carácter diaspórico y anticolonial.
Otro de los ejes está vinculado a consideraciones de orden geopolítico. Ubicada en la encrucijada de tres continentes (Asia, África y Europa), destaca el autor, Palestina como territorio tiene además un peso simbólico en el imaginario de tres religiones monoteistas (el islam, judaísmo y cristianismo) se encuentra entre las potencias del Mashriq y pertenece al llamado mundo árabe que “detenta la mayor concentración petrolífera del mundo”. Una mirada global indispensable que esclarece las dinámicas y características de lo regional, como la tragedia de al Nakba (1948), y la sucesión de eventos hasta llegar a al-Naksa (1967), la expulsión de palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén este durante la Guerra de los Seis Días. En ese tránsito, bajo el espectro de la Guerra Fría, se introducen nuevos alineamientos entre las potencias en una zona de enorme relevancia geopolítica, no exenta de intervenciones militares y procesos como la descolonización de Asia y África y el auge del panarabismo. Todos analizados en el libro, resignifican social y políticamente la identidad nacional palestina (en la década de 1950 surge Fatah, en los ‘60 la OLP) y convergen en el entramado que explica la genealogía de la primera Intifada (1987).
La década del ‘90 aparece en el trabajo de Martinelli en el escenario de disolución de la URSS, cuando el Islam y Medio Oriente, asociados al terrorismo, se convirtieron en los nuevos enemigos de Occidente unificados en la idea de“fundamentalismo islámico”, amalgamado con los árabes. Analiza las características claves de ese reciente rediseño de Medio Oriente en el que se presenta como religioso un conflicto político y las ventajas que ha sacado de ella el Estado de Israel.
Varios capítulos analizan las historiografías nacionales oficiales de Israel y Palestina, que como toda historia nacional apela a mitos fundacionales y en este caso entrelazados. Aquí descansa uno de los aportes del trabajo de Martinelli al permitir reconocer cómo los usos del pasado y las peleas por la historia se ponen en juego en situaciones como la presente. ¿Ha existido un Estado palestino independiente? ¿Hay un mandato bíblico sobre la tierra de Palestina? ¿Es un conflicto religioso o político? ¿Existe una continuidad entre el texto bíblico y la colonización? ¿Los palestinos pertenecen a una nación árabe con territorios repartidos en varios países? ¿Los árabes en Palestina emigraron voluntariamente en 1948? ¿Se produjo una derrota militar de los árabes al negarse al mandato de la ONU? ¿Las propuestas de paz israelíes fueron rechazadas por los árabes?
El libro trata nudos argumentativos del sionismo que justifican la dominación, la limpieza étnica y expulsión de los palestinos (lo que el líder sionista David Ben-Gurión definía como “transferencia”) y la aspiración a un Estado territorial y étnicamente homogéneo. Dice el autor, “un aspecto de la reivindicación histórica de la Agencia Judía es que, si bien pocos judíos permanecieron en Palestina, mantuvieron un fuerte apego psicológico y afectivo a esa tierra y no dejaron de rezar y esperar retornar a ella para restaurar su libertad política. Este argumento alude a una doctrina religiosa la cual sugiere que a los judíos les prometieron Palestina. Sin embargo, hasta el desarrollo del sionismo a finales del siglo XIX, la promesa bíblica no era entendida como la promesa de un Estado territorial. Al contrario, la idea de establecer un Estado judío en Palestina surgió recién en el siglo XIX.” (p. 217). Si el judaísmo es una religión compuesta de diferentes orientaciones en su interior, el sionismo, sintetiza, es una ideología y movimiento político, una forma de colonialismo con ropaje milenario que ha logrado hacerse de Palestina desde adentro y simular que la población autóctona era en realidad extranjera.
Legitimidad que busca ser construida por diversos medios, apelando al sistema legal (“promulgó leyes para desarabizar esas tierras e ‘israelizarlas’, es decir, realizar una expropiación continua”), al auxilio del lenguaje (los expulsados de 1948 serían “refugiados árabes” y los que se quedaron en Israel “árabes en Israel”), el renombramiento de aldeas, montañas, ríos y áreas para erigir nuevas identidades geográficas relacionadas con lugares bíblicos, una cartografía pensada para consolidar el mito de “vínculo ininterrumpido”, el uso de los censos de población, entre otros. En dirección opuesta, el autor recopila una serie de expresiones por las cuales los palestinos han otorgado a la historia un lugar privilegiado en su cultura como formas de resistencia: el poder de las imágenes como denuncia y testimonio, como el icónico personaje de Handala que representa un niño refugiado palestino en el sur de Líbano, del cine y la literatura. Anclas de la memoria y formas de protestar y movilizar.
Finalmente compartimos y republicanos trechos del Dossier publicado por Centro de Estudios e Investigaciones y Publicaciones León Trotsky (CEIP-LT), que reúne varios artículos y trabajos sobre el problema palestino, el antisemitismo y el judaísmo desde el marxismo revolucionario. Se suma una cronología (1882-2015) que incluye la conformación de Palestina como protectorado del imperialismo inglés y su alianza con el sionismo europeo, en el que destacan los momentos más importantes de la lucha de clases, las guerras de colonización y los acuerdos entre el imperialismo norteamericano y los líderes árabes y del sionismo. Destacamos la digitalización del libro escrito en 1942 por el trotskista Abraham León, La concepción materialista de la cuestión judía, teniendo en cuenta que su autor provenía del sionismo y solo vivió hasta los 26 años siendo asesinado en Auschwitz. No acordamos con su definición del judaísmo como un pueblo-clase, pero fue una de las piedras fundamentales para que el marxismo se posicione frente a Israel una vez asesinado Trotsky. Podés leerlo completo acá