Los jefes de la CGT ya conocían las medidas que anunció el ministro Nicolás Caputo. Se las había adelantado el jefe de gabinete Guillermo Francos hace algunos días. Sin embargo, la contundencia de los anuncios no les dejó margen para el silencio o la dulce espera.
“Un tsunami total en lo social y en los aspectos financieros y económicos”, dijo Gerardo Martínez. “Durísimo el ajuste” dijo Luis Barrionuevo. Otros, que prefirieron el anonimato, repitieron lo obvio: “los salarios se redujeron a menos de la mitad”. Todo esto en declaraciones a Infobae. El dirigente de la CTA, Cachorro Godoy, dijo que “es un verdadero asalto a los trabajadores y jubilados”.
Uno podría coincidir. Y agregar más datos de cómo impacta este nuevo saqueo en el pueblo trabajador, como hacemos acá. Pero además discutir la falacia de que "plata no hay". Cualquier dirigente gremial sabe cómo se la están llevando en pala las automotrices, constructoras, agroexportadoras, supermercados. ¿Por qué no lo dice?
El problema es qué piensan hacer las cúpulas sindicales peronistas ante ese zarpazo a las condiciones de vida de millones.
La “reunión urgente” sería una oportunidad, por ejemplo, para convocar a una deliberación en todos los gremios, con asambleas, para discutir cómo defenderse del “tsunami”. Es lo que haría cualquier mortal cuando ve semejante peligro. Pero desde la CGT dicen que por ahora la clave es “evaluar la letra chica de los anuncios y tener una hoja de ruta”. El tema es que la ruta está pensada, según adelantaron, como “una reacción madura, seria y pensada” y “negociaciones sectoriales”. Esa ruta es un camino a la resignación y la derrota.
Según quienes tienen llegada a los despachos, sindicales y de gobierno, la actitud de la CGT está relacionada con las negociaciones por las reformas laborales que busca la derecha: fondo de cese laboral “UOCRA”, flexibilización de los convenios, obras sociales.
Pero la rosca no puede ser cuánto ceden las cúpulas sindicales. O cuánto nos entregan. La clase trabajadora llega al nuevo saqueo con una brutal caída de su poder adquisitivo, más precarizada, habiendo transferido a las grandes empresas 101 millones de dólares en los últimos años. No se puede perder más. Al contrario: hay que derrotar la motosierra y recuperar lo perdido.
Cada día que pasa, desde la primera reunión de la conducción cegetista con los funcionarios, pasando por los anuncios de Caputo y la reunión de hoy, los trabajadores y trabajadoras se hacen cada día más pobres. Cada día, no cada mes. No es un problema de números. La angustia se siente en los lugares de trabajo y las mesas familiares, en el estómago.
No se puede esperar. Como viene planteando la izquierda, lo único coherente que puede definir la “reunión urgente” de este miércoles es la convocatoria a asambleas y plenarios en cada gremio para discutir un plan de lucha que tenga como primera bandera el aumento de emergencia de salarios, programas sociales y jubilaciones, y que se actualiza automáticamente con la inflación. Porque no puede haber pelea sectorial ni corporativa. Ocupados por un lado, desocupados por otro. Estatales por un lado, privados por otro. Monotributistas e informales en banda. La CGT, la CTA y los movimientos sociales peronistas tienen que romper la tregua y sus 4 años de inmovilismo y convocar un plan de lucha unitario.
Si se pone de pie, la clase trabajadora tiene la fuerza para mandar la motosierra liberfacha al basurero de la historia. Desde el Movimiento de Agrupaciones Clasistas y el PTS proponemos coordinar a las organizaciones sindicales, sociales, los sectores en lucha y la izquierda, para resistir el nuevo saqueo. Peleando por aumento de emergencia, ningún despido, pase a planta de los precarizados y todos los reclamos obreros y populares.
Esa es la propuesta que llevamos a las reuniones que discuten una jornada de lucha para la próxima semana: tenemos que ampliar la unidad de quienes quieren enfrentar el ajuste de Milei, destacar el protagonismo de los sectores atacados y conquistar las fuerzas para imponerle a la CGT y la CTA un plan de lucha de toda la clase trabajadora.
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