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17 de diciembre de 2023 Twitter Faceboock

Por las redes: Daniel Campione
Clase obrera y revolución en Córdoba
Daniel Campione

Publicamos aquí una reseña del libro de Eduardo Castilla La Córdoba revolucionaria 1969-1976. Tosco, Salamanca y Sitrac-Sitram: Debate de estrategias (Bs. As., Ediciones IPS, 2023), escrita por Daniel Campione, y publicada originalmente en la web de Tramas.

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Clase obrera y revolución en Córdoba

Un libro reciente proporciona una visión guiada por el marxismo y el compromiso revolucionario a propósito de la lucha de clases en Argentina, con epicentro en Córdoba, entre finales de la década de 1960 y la primera mitad de la siguiente.

Situarse en Córdoba en la etapa que va entre el primer “Cordobazo” y el golpe de marzo de 1976, equivale a ubicarse en el lapso de mayor ascenso revolucionario en la sociedad argentina. Y en la provincia que fue escenario de las luchas más profundas y del más amplio desarrollo de una clase obrera industrial que suscitó en su seno un movimiento antiburocrático, con características de autoorganización y disputa a las patronales del control de las fábricas.

El que fue radicalizándose en la medida en que alcanzó sus primeros éxitos. Y que en buena parte evolucionó hacia posiciones combativas e incluso clasistas.

El proceso cordobés necesita ser entendido en el contexto político nacional, más que fluido. Desde los días finales de Juan Carlos Onganía como dictador hasta los albores del golpe cívico militar que encauzaría una monumental revancha de clase contra el conjunto de los sectores radicalizados.

En medio de esas circunstancias se desenvolvía parte del peronismo que, tras la “expectativa” posterior al golpe que encumbró a la “Revolución Argentina”, se dirigía a terminar con la proscripción y a posibilitar un retorno de Juan Domingo Perón al país, y a la vida política. Para ello, con el General al frente, comenzaban a articularse los medios de lucha drásticos, desde duras huelgas y masivas movilizaciones obreras a la lucha armada. Faltaba aún para que volviera la hora de la “moderación”.

1968 ya marcó un hito en cuanto a la revitalización de las luchas, luego de un par de años de “calma” relativa luego del golpe que dio lugar a la “Revolución Argentina”. Una camada nueva de dirigentes se abría paso, en el país, con la CGT de los Argentinos, y en Córdoba. La animaban diversas vertientes ideológicas, que tenían en común orientarse hacia la izquierda, aunque entendieran esto de diferentes modos.

Rebeldía de masas: El Cordobazo y después…

No era un proceso interpretable sólo desde el plano nacional. Como bien señala Castilla buena parte del mundo estaba surcado por movimientos como el mayo francés, la primavera de Praga, el “otoño caliente” italiano o el repudio a la guerra de Vietnam. Y mayo de 1969 fue en nuestro país el punto de partida de un momento nuevo en cuanto al grado de conflictividad y al cuestionamiento práctico a la patronal.

Escribe el autor: “El Cordobazo sacudió desde sus cimientos a la Argentina capitalista. La clase trabajadora le mostró al país toda su furia a partir del mediodía de un jueves 29. Tuercas, tornillos y barricadas mediante; la clase dominante recibió una amenaza clara: el abajo podía contraatacar, responder a los agravios que sufría desde hace años. La dictadura de la llamada Revolución Argentina encarnada en Juan Carlos Onganía resultó herida de muerte. Los tiempos de esa agonía se extendieron por largos e intensos cuatro años” (p. 12).

El libro sigue el despliegue del movimiento obrero sobre todo en el nivel de las direcciones locales cordobesas, incluida la CGT, cuya conducción integraría a Agustín Tosco y Atilio López como dirigentes combativos. Luego se les incorporaría René Salamanca, cuando gana la conducción del sindicato automotriz (SMATA) cordobés, durante 1972 y desplaza a la burocracia gremial de una posición clave.

Puede parecer no del todo ajustada la caracterización que hace el autor como reformistas, del “sindicalismo de liberación” que encabezaba Tosco; la corriente orientada por el PRT-ERP y la tendencia conducida por René Salamanca.

Tal vez sería más adecuado considerarlos corrientes también revolucionarias, si bien más centradas en un enfoque de “liberación nacional y social”. Lo que se proyectaba asimismo hacia su política de alianzas, que comprendía a sectores burgueses a los que se concebía como partícipes de una etapa previa a la de la revolución socialista.

El “clasismo” de los sindicatos de la FIAT (Sitrac-Sitram) instauró medidas de lucha de un nivel superlativo: la ocupación de fábricas con toma de rehenes fue la más radical. Desde otros sectores del movimiento obrero cordobés se les achacaba cierto sectarismo, expresado por ejemplo en que se negaran a integrarse en la CGT de Córdoba. Y se les señalaba que eso redundaba en un marcado aislamiento que podía llevarlos a la derrota.

Las líneas de la polémica

Es un acierto del trabajo de Castilla dedicar varias páginas a la correspondencia entre Tosco y Patricia Funes. Documentos de primera línea a la hora de interpretar mejor las discrepancias del “Gringo” con lo más acendrado del clasismo. Más en profundidad que lo que se desprende de los intercambios en escritos destinados al público.

El autor toma cierta distancia crítica frente a las distintas agrupaciones y tendencias, así como respecto de los diferentes dirigentes. Como indica el subtítulo de la obra, hace centro en Tosco, Salamanca, sus respectivos sindicatos; y en Sitrac-Sitram. Y en el debate entre estrategias divergentes.

Entran en el análisis los diversos conceptos de revolución social, políticas de alianzas, posición frente al peronismo. Y la actitud en relación a la llamada “burguesía nacional”. No podía estar ausente el examen crítico de experiencias por fuera de la clase, como “La hora del pueblo” y el “Encuentro Nacional de los Argentinos”, que no rebasaron los límites de una salida burguesa ante la “institucionalización” abierta por la dictadura en retirada.

Los elementos de reflexión que Castilla aplica al período de auge del movimiento se despliegan asimismo en el momento del reflujo, forzado por la represión implacable, facilitada por ciertas limitaciones de “los de abajo”. La “primavera” de 1973 se encontró pronto con sus límites.

Cabe reproducir un breve pasaje que sintetiza su interpretación de la derrota estratégica que se perfila ya desde el “navarrazo” en Córdoba. Y se consuma con el golpe cívico-militar a nivel nacional: “El masivo proceso de movilización (se refiere al “rodrigazo”) encontró a la izquierda peronista sumergida en su eterna y recurrente disputa por la conducción del Movimiento. En la izquierda marxista, una fracción evidenció las limitaciones propias de una estrategia reformista. Otra, la nacida de una concepción militarista, resultado casi obligado del accionar guerrillero” (pp. 283-284).

Y en un segmento de las conclusiones, avanza en una interpretación aplicable a todo el proceso: “Desde mayo de 1969, la clase trabajadora había librado múltiples combates, expresando una enorme radicalidad en los métodos de lucha. Había cuestionado el control totalitario que la burocracia de Rucci, Vandor y otros ejercía sobre las organizaciones sindicales. Había desplegado múltiples ejemplos de control obrero de la producción y de autoorganización en los lugares de trabajo. Sin embargo, toda esa fuerza no se había elevado al plano político; no había cuajado en una forma organizativa capaz de hacer posible una salida propia a la crisis” (p. 287).

Podrían agregarse otros elementos de análisis. Lo importante es que quedan sentadas las bases para una discusión que sigue siendo necesaria. El conocimiento acerca de triunfos y derrotas obreras y populares es indispensable, como guía para el presente y proyección hacia el futuro cercano.

***

Eduardo Castilla no es un académico, su camino profesional es el periodismo. Y la pertenencia al Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), su opción militante. Evidencia a lo largo del libro una buena formación marxista. A lo que se agrega su origen cordobés. Un conjunto de rasgos que contribuyen a darle forma a su útil aporte desde la izquierda para el abordaje crítico de la historia argentina reciente.

 
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