No esperó siquiera a tomar el poder. Inmediatamente después de ganar el ballotage, y en una de sus tantas entrevistas a periodistas amigos, Javier Milei había adelantado su intención de “privatizar” los medios públicos. Más tarde, Hernán Lombardi -diputado aliado del oficialismo y secretario de Medios durante el macrismo- declaró que era necesaria una reducción de personal en la agencia de noticias estatal Télam. Y aunque las versiones parecen día a día contradecirse entre sí (fiel reflejo de las internas que cruzan al actual Gobierno), la declaración de intenciones es evidente: un recorte del presupuesto destinado al área y un ataque frontal a los miles de puestos de trabajo.
Los trabajadores y trabajadoras de los medios públicos comenzaron inmediatamente a realizar asambleas para decidir cómo prepararse. Los y las estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales, por su parte, también decidieron organizarse en su apoyo.
Impulsada por la Secretaría de Unidad Obrero-Estudiantil (un espacio del centro de estudiantes de Sociales, conquistado por la agrupación En Clave Roja del FIT en las ultimas elecciones) nació una Comisión de Apoyo a los trabajadores de los medios públicos. Todo empezó por un link que se hizo circular a través de los grupos de las cursadas, invitando a unirse a una comunidad de WhatsApp donde cualquiera podría sumarse a debatir y pensar distintas iniciativas con las herramientas que cada uno tiene y fue adquiriendo a lo largo de su carrera. En sólo unas horas, más de 200 estudiantes ya se habían unido. Y, con el paso de los días, se convirtió en un lugar donde se discute desde lo estrictamente relacionado a los medios de comunicación hasta incluso los anuncios de cada medida antipopular que a diario se van realizando.
A la vez, y con el apoyo de La Izquierda Diario, varios estudiantes de la carrera de Ciencias de la Comunicación se acercaron a los edificios de Radio Nacional y la Televisión Pública para entrevistar a sus trabajadores.
En el mismo momento en que Milei dejó en claro sus pretensiones, desde los grandes medios aliados al nuevo Gobierno (como Clarín y La Nación) se inició una campaña de desprestigio, mostrando supuestos sueldos extravagantes, especulando sobre el número de empleados o insistiendo en el adoctrinamiento imperdonable que cierto dibujo animado ejercería sobre la educación de los niños. Teniendo eso en cuenta, las entrevistas buscan tener el testimonio de primera mano de trabajadores que en realidad cobran sueldos magros y se encuentran precarizados como monotributistas y contratados. Además, apuntan a que puedan dar su opinión sobre el rol en la sociedad que tienen los medios públicos en contraposición a los grandes medios de comunicación concentrados.
Se trata, en definitiva, de poner en pie una contracampaña. El proyecto libertario se sustenta en los valores ya conocidos del neoliberalismo, donde se glorifican las bondades de las grandes empresas privadas en la sociedad y, ante la coyuntura desconcertante de la crisis, prima la salida individualista del “sálvese quien pueda”.
Nosotros, por el contrario, sostenemos que es necesaria una salida colectiva. Que los medios públicos, aún con sus limitaciones, cumplen un papel imprescindible en el cumplimiento del acceso a la información por parte de la ciudadanía, desafiando la lógica empresarial de sólo dar cobertura a “lo que vende” y, aún peor, a lo que conviene para sus intereses. Que sus trabajadores no son ninguna casta y, al contrario de lo que ventilan los siempre amigos del poder de turno, es necesario luchar por su continuidad y la mejora de sus condiciones laborales.
Con esto en mente, y lo que seguiremos planificando de aquí en adelante, los y las invitamos a seguir la cuenta de Instagram de la Comisión, y a compartir los materiales que vamos publicando. |