La CGT, principal central sindical argentina, convocará a paro nacional el 24 de enero. Según las informaciones que se conocen, el paro será desde las 12 hs y con movilización hacia el Congreso Nacional, en el centro de la ciudad de Buenos Aires. La jornada podría coincidir con el tratamiento legislativo del mega Decreto (DNU) anunciado por el Gobierno de Milei.
El Frente de Izquierda (FITU) y el sindicalismo combativo llaman a preparar una movilización masiva ese día, organizando asambleas y preparándonos desde ahora en cada lugar de trabajo y en cada barriada obrera y popular, para que sean cientos de miles en las calles para enfrentar este ajuste liberal salvaje. Solo con esa masividad es posible derrotar el protocolo represivo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La decisión de la conducción sindical tradicional llega después de muchas dudas -la CGT no convocó un paro nacional en años- y bajo la presión de que viene avanzando un ajuste salvaje por parte del Gobierno de Milei que despierta el rechazo creciente de gran parte de la población trabajadora, con una inflación que rondaría en alrededor del 30 % en productos básicos en diciembre, cuando aún faltan tarifazos que comenzarán a llegar en las próximas semanas.
La bronca popular también crece por el autoritarismo de Milei, que pretende gobernar por decreto "como un rey" y por las constantes amenazas represivas de Patricia Bullrich, que quiere liquidar el derecho a la protesta mientras hambrea al pueblo y beneficia a los grandes dueños del poder económico como Techint, Mercado Libre, los grandes supermercados, patronales del campo, bancos o el FMI.
La izquierda, el sindicalismo combativo y los movimientos sociales fueron los primeros en salir a las calles el 20 de diciembre durante el día, desafiando el ajuste y la represión. Esa misma noche, los cacerolazos amplificaron las protestas y las expresiones de descontento. La decisión de parar por parte de la CGT llega después de estas acciones e implica una respuesta que tiene que ser parte de un plan de lucha que continúe hasta derrotar el conjunto del plan de ataque que impulsan el Poder Ejecutivo junto a las grandes patronales agrupadas en la AEA (Asociación Empresaria Argentina).
Además, la izquierda y los sectores combativos del sindicalismo, sostienen que este plan de lucha tiene que plantearse como parte de la batalla para unir al conjunto de la clase trabajadora y al pueblo pobre, superando las divisiones entre trabajadores formales e informales, ocupados y desocupados. Tomando como propias las demandas del pueblo pobre, de los pequeños comerciantes, de las clases medias arruinadas por el ajuste que están profundizando.
Detrás del plan de Milei están las grandes patronales argentinas, como Techint; el FMI y el capital financiero internacional. Quieren formatear el país regresivamente, en interés de sus propias ganancias, hundiendo al conjunto de las mayorías populares en la miseria. Hay que enfrentarlos y derrotarlos.
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