En su “segundo tiempo” como ministra de Seguridad de la nación, la expresidente del PRO no para de decir cosas que no son, de inventar datos y de negarse a reconocer la realidad. La única seguridad que puede dar es la de dar vueltas las cosas para que se acomoden a sus teorías. Acá van seis ejemplos de una larga lista.
¿Escasa preocupación por ajustarse a los hechos? ¿Pensadas fake news para distraer a la población? ¿Mera mitomanía? ¿Las tres cosas a la vez? Cada respuesta demandaría un largo análisis. Lo cierto es que las preguntas son válidas para indagar sobre las motivaciones de Patricia Bullrich para decir cosas que no son e inventar datos de la supuesta “realidad”.
La conducta discursiva de la ministra de Seguridad de La Libertad Avanza lleva años dando que hablar en el debate público. Y si como muestra bien vale una botona, acá van seis de las más grandes mentiras que dijo Bullrich en apenas 19 días de su “segundo tiempo” al frente de la cartera represiva.
1- Reuters
El sábado 23 de diciembre Bullrich acompañó al presidente Javier Milei a cenar en el estudio de Canal 13 con Mirtha Legrand de Tinayre. La conductora no dejó de idolatrarlos y desearles lo mejor en su gobierno. Quizás por eso a ella, siempre tan perspicaz, se le escaparon algunas de las mentirillas de sus comensales invitados.
Durante el programa se habló en varios momentos del plan oficial de ejecutar eventuales privatizaciones de empresas públicas. Entre ellas, los medios de comunicación estatales que, dicho sea de paso, para ser verdaderamente “públicos” les falta bastante, ya que siempre terminan llevando la impronta de los gobiernos de turno.
Hablando del tema, Bullrich planteó la “necesidad” (desde la perspectiva ultraneoliberal) de privatizar la agencia de noticias Télam. Y para ello puso de ejemplo a la agencia británica más influyente a nivel internacional. Según la ministra, “Reuters, la empresa más importante que todavía subsiste como agencia, tiene 200 trabajadores en todo el mundo, mientras que Télam tiene más de mil en un solo país”. ¡Mentira!
¿De dónde sacó ese número Bullrich? Nadie lo sabe. Pero seguro que no fue de la información oficial de Reuters. De hecho, pocas horas después de emitido el programa de Legrand de Tinayre, la ministra fue desmentida por Adam Ramsay Jourdan, el jefe regional para América Latina de la agencia. Vía X y con algo de ironía, Jourdan dijo que, “para dejar las cosas claras, tenemos 2.500 periodistas de texto, fotografía y televisión cubriendo las noticias en oficinas de todo el mundo”.
Love the shout out here from Argentina’s @PatoBullrich for @Reuters as the ‘most important’ media agency in the world (I agree!). Tho to set record straight we have 2,500 text/photo/TV journalists covering the news in bureaus around the world. https://t.co/Dz52ys7Hi9pic.twitter.com/I03M0jXjsF
Dicho sea de paso, también es mentira que Reuters sea “la” agencia internacional “que todavía subsiste”. Ella misma lee diariamente en diversos medios los cables informativos producidos por la española EFE, la francesa AFP, las estadounidenses AP y Bloomberg, la italiana ANSA o la alemana DPA. Incluso muchas agencias de renombre mundial son estatales o tienen participación accionaria del Estado.
2- Noticias Argentinas
Mientras le explicaba a Mirtha los fundamentos para privatizar Télam, Bullrich también mintió respecto a la existencia de otra agencia nacional, en este caso privada. Con la “seguridad” que le da su cargo, la ministra se animó a decir (haciéndole un guiño de paso a Elon Musk) que hoy “las noticias se dan por Twitter, Twitter es mucho más importante que tener una agencia. Un Estado que tiene una agencia, ¿para qué? Las agencias privadas cerraron todas, DyN, NA, todas. No existen más las agencias, la única de existe es la del Estado”. ¡Mentira!
DyN era la agencia Diarios y Noticias, cuya propiedad mayoritaria estaba en manos del Grupo Clarín. También La Nación tenía acciones allí. Es cierto que, tras 35 años de existencia, en noviembre de 2017 los dueños decidieron cerrar la empresa y despedir a sus cien trabajadoras y trabajadores. Acusaban una falsa “crisis económica” de los accionistas. En verdad, coosucedió en muchos otro casos, para achicar la planta de personal las patronales usaban como excusa la situación creada por las políticas del gobierno de Macri (y Bullrich).
Pero aunque ella no lo sepa NA, la agencia Noticias Argentinas, sigue existiendo. Creada hace 50 años, NA es propiedad de los grupos Alpha Media y Fascetto. Nada indica que las políticas de Milei y Bullrich marquen, quizás, el fin también de esa empresa. Pero no será por las razones que esgrime la ministra de Seguridad, sino por el probable acomodamiento de las patronales a las medidas económicas y laborales de La Libertad Avanza. Si lo hizo Clarín hace seis años, nada puede descartarse. Pero al menos hasta hoy, son muchísimos los medios de comunicación que se nutren de los cables de NA que la propia ministra lee.
3- Los “éxitos” del protocolo
Pero las mentiras más burdas las dijo Bullrich en el tema que, aparentemente, mejor maneja. A días de asumir su segunda gestión como ministra de Seguridad, anunció la puesta en pie del “Protocolo de Orden Público”, remake recargada del “Protocolo Antipiquetes” de 2016 (que fracasó estrepitosamente a minutos de ser inaugurado). Y afirmó que la primera aplicación de ese operativo antiprotestas se vería el miércoles 20 con la movilización convocada por más de cien organizaciones sociales, piqueteras, de derechos humanos y la izquierda.
Como quedó en evidencia ese día, la movilización llegó a la Plaza de Mayo cortando varias arterias del centro porteño. Si bien provocó espasmódicas reacciones policiales que derivaron al algunas detenciones, lo cierto es que la marcha no pudo ser “corrida de la calle” por el Estado. Incluso hubo cortocircuitos entre Bullrich y sus pares porteños por el operativo, ya que la imagen que recorrió el mundo fue la movilización de miles de personas desafiando las ínfulas represivas del Gobierno.
Sin embargo, para Bullrich ese operativo fue “un éxito”, ya que no se cortaron importantes avenidas como la 9 de Julio. Lo que no dijo es que, al reorganizarse la convocatoria, al inicio de la movilización nunca se intentó marchar por esa arteria sino por otras aledañas. Y tampoco dijo que al final de ese acto, columnas como la del PTS cortaron la Avenida de Mayo y atravesaron la 9 de Julio, lógicamente corando el tránsito durante largo rato.
Y más curioso aún fue que al día siguiente, al hablar de sus “éxitos”, la ministra no mencionó que durante la noche anterior otras tantas miles de personas cortaron avenidas y calles en Buenos Aires y otras ciudades del país, alterando el tránsito vehicular durante horas. Eran los cacerolazos en respuesta a la cadena nacional de Milei donde anunció su monárquico DNU.
Para Bullrich, parece que además de la agencia NA lo que no existen son las movilizaciones que muestran su fracaso para impedir que parte de la población se siga manifestando como históricamente se hizo en Argentina: por las calles y avanzando. Como escribió Rosa D’Alesio en otra nota, al igual que en 2016 el “protocolo” no pasó el primer test.
4- Multas a quienes no marcharon o no existen
El viernes 22, a dos días de realizada esa movilización, el Ministerio de Seguridad publicó un informe en el que detalló cómo se había hecho el operativo del miércoles. Y ahí también Pato metió la pata, convirtiendo un supuesto “castigo” a “delincuentes” en un papelón que muestra su nivel de improvisación y mediocridad.
Por un lado, ese informe menciona organizaciones que no existen, como “Torres” o “Darío Santillán”, a las que les enviaría la millonaria factura de gastos del operativo. Se supone que ese informe se basa en relevamientos serios realizados en el terreno. ¡Mentira!
Y por si fuera poco, también se nombran organizaciones que sí existen pero que no se movilizaron ese día. El Movimiento Evita y la CCC, mencionados en el listado de organizaciones multadas, habían anticipado públicamente que no marcharían ese miércoles. Se ve que esa información no fue captada por las hábiles antenas de los “investigadores” de Bullrich y metieron en la lista lo primero que se les ocurrió. Impresentables.
5- Este miércoles también
Bullrich repitió la misma perorata exitista esta semana, cuando hizo su “balance” del operativo montado alrededor de la masiva movilización del miércoles en la Plaza Lavalle de la Ciudad de Buenos Aires, originalmente convocada por las conducciones de la CGT y las CTA y a la que concurrieron con nutridas columnas la izquierda y varias organizaciones sociales.
En el atardecer del mismo día, desde la sede de la Policía Federal en la que se había montado el “Comando Unificado” para aplicar su “protocolo”, Bullrich calificó de “muy bueno” el operativo conjunto entre esa fuerza, la Gendarmería y la Policía de la Ciudad. Dijo ante periodistas que “hubo una reunión en una plaza, la gente llegó ordenada, no cortó ninguna calle antes y se fueron ordenados, menos un pequeño grupo”. ¡Mentira!
Lo que hay que remarcar es que la movilización de ese mediodía (sin que las conducciones hubieran llamado a un paro que permitiera ser muchos miles más) terminó cortando de hecho no menos de diez calles del centro porteño (las cuatro que rodean a la Plaza Lavalle más varias calles aledañas). Y encima en la desconcentración fueron varias las columnas que se fueron hacia la 9 de Julio, cortándola de hecho por un buen rato. Frente a eso, Bullrich dijo que era lógico que si no entraba más gente en la plaza se volcaran a las calles. En su misma explicación, no hace más que confirmar que su “protocolo” tiene muchas fallas de origen.
6- Al final, Corrientes la cortó la Policía
Cuando insólitamente Bullrich dijo que sólo un “pequeño grupo” cortó calles el miércoles en el centro porteño, se refería a los hechos ocurridos en la esquina de Corrientes y Uruguay, cuando efectivamente miles de personas desconcentraban de la movilización.
La versión que Bullrich contó a la prensa es que, mientras el 90 % de la gente desconcentraba normalmente sin cortar, “una columna se desprendió y hubo un incidente cuando esta columna quiso tomar la calle en Callao y Corrientes” (encima confunde la esquina). Agrega que, cuando un colectivo cruzaba por allí “se tiraron unos manifestantes para cortar la calle”, que una moto policial intentó impedirlo y que el colectivo “no pudo frenar a tiempo” y, producto de una maniobra, fue atropellado un efectivo de la Policía de la Ciudad. ¡Mentira!
Lo único creíble de lo que dijo Bullrich es su pesar por el oficial que debió ser hospitalizado. Pero como muestra el video de abajo, las cosas no fueron como las cuenta. Sin dudas, se aprendió de memoria el libreto que le escribió su socio Waldo Wolf, otro gran mentiroso que oficia de ministro de Seguridad porteño. Como en esos hechos intervino la Policía de la Ciudad, Wolf debía ser quien armara el relato que, en boca de la ministra, cobra un valor hiperbizarro.
🔴 COLECTIVO CHOCÓ A POLICÍA EN LA MANIFESTACIÓN
Cuando la marcha de la CGT se estaba desconcentrando del centro porteño, un colectivo impactó con un oficial.
Era un interno de la línea 26. Se dio en el cruce de la avenida Corrientes y Uruguay. pic.twitter.com/LpQUD50N8c
Ninguna columna “se desprendió” ni hubo manifestantes queriendo “tomar” la avenida. Tampoco hubo una moto policial intentando impedir esa supuesta arremetida. Y el policía fue atropellado por un colectivo mientras miraba para otro lado. Era parte de un “cordón” policial que se ubicó en esa esquina para provocar a quienes, pacíficamente y por la vereda, se alejaban de la Plaza Lavalle.
Como complemento de su ficción, Bullrich no dijo una palabra de las denuncias de las personas atacadas por la Policía, que se reprodujeron por los móviles de todos los grandes medios periodísticos. Incluso de los oficialistas, que no pudieron desconocer que los rabiosos agentes arremetieron contra transeúntes y periodistas, dejando heridos a un movilero de Telefé, a un camarógrafo de TN y deteniendo a un trabajador de prensa que milita en la CTA. Hasta hubo redadas dentro de galerías comerciales y pizzerías, donde los policías buscaban supuestos “manifestantes delincuentes”.
De nada de eso habló la ministra en su conferencia de prensa rodeada de uniformes azules. Para decir todo, hay que agregar que ningún periodista le preguntó a razón de qué fue la propia Policía de la Ciudad la que terminó cortando la Avenida Corrientes por más de una hora, en un “show” represivo sin más objetivo que el de dar una imagen de mano dura.
Miente, miente, que algo quedará
Al principio preguntábamos si Bullrich miente por indiferencia hacia los hechos, o por una consciente voluntad de transmitir noticias falsas o en todo caso, por mera mitomanía. Tal vez haya de todo un poco. Lo cierto es que estos ejemplos demuestran que al frente de un ministerio “estratégico” para los planes de La Libertad Avanza hay una funcionaria que está dispuesta a deformar la realidad sin importar los costos. Es la misma funcionaria que tiene en sus manos “los fierros” del Estado para reprimir la protesta social y controlar a la población cada vez más empobrecida.
Desmentirla es, ante todo, una obligación de todo periodismo que pretenda estar del lado de las mayorías populares, víctimas centrales del plan de guerra del libertarianismo antiderechos. Pero con eso no alcanza. Será en la lucha masiva, en las calles, de las trabajadoras y los trabajadores, ocupados y desocupados, formales e informales, del movimiento de mujeres, de la juventud y de todos los sectores atacados la que podrá ponerles un verdadero freno.
En última instancia, las mentiras de Bullrich no desentonan con la retórica general del resto del Gabinete y del propio presidente Milei, el que alguna vez hizo campaña prometiendo que el ajuste lo pagaría la “casta” y no el pueblo. Una de las mentiras electorales más significativas de la historia reciente. Un engaño del que tarde o temprano las y los laburantes que lo votaron deberán salir, si es que realmente se quiere un país sin pobreza y donde la libertad no sea la de los parásitos explotadores sino la de las mayorías que realmente producen la riqueza social.