6.618 migrantes murieron en las travesías por mar tratando de acceder al Estado español, es escalofriante dato que ha recogido el "Monitoreo del derecho a la vida 2023", informe realizado por la ONG "Caminando Fronteras". Lo que arroja un balance de 18 muertes al día.
La ruta hacia las Islas Canarias es en este sentido la más peligrosa, con 6.007 muertes, lo que la convierte en “la más letal del mundo”. 84 embarcaciones han desaparecido con todas las personas a bordo, en las que se encontraban 363 mujeres junto a 384 niños y niñas. En los años anteriores, entre 2018 y 2022, desaparecieron 244 embarcaciones. La mayoría se pierden en la ruta Atlántica y pueden alcanzar el Caribe en una travesía de más de 4.000 kilómetros a la que nadie puede sobrevivir.
En la ruta de Ceuta y el Estrecho de Gibraltar por su parte, fueron 147 las personas que murieron el pasado año. Una vía de acceso caracterizada por la precariedad de los medios utilizados por las migrantes, principalmente neumáticas a remos y trayectos a nado.
Helena Maleno, fundadora del Colectivo Caminando Fronteras en 2002, denuncia el rol de complicidad del Estado Español y su externalización de fronteras a través de su socio, la Monarquía de Marruecos. En declaraciones a los medios denunciaba las políticas antiinmigratorias y el racismo institucional: "la muerte es una estrategia política de control migratorio despiadado de muchos países, dejar morir es una práctica habitual de muchos países en el control migratorio, que en muchas ocasiones ni siquiera se dignan en recoger los cadáveres y los dejan a la deriva". Denuncias por las que Maleno sufrió la represión y la deportación por parte del Estado de Marruecos en 2021.
Desde el Colectivo denuncian la no activación de medios y la tardanza en la coordinación y despliegue de las actividades de rescate por parte de ambos Estados. De hecho, el Estado español ha establecido un límite en el paralelo 35º50N que atraviesa el Mar de Alborán, a modo de muro invisible, hasta el que pueden operar los servicios de rescate, dejando paso a las muertes y a las intervenciones marroquíes para interceptar y devolver a las migrantes a bordo de las embarcaciones. Todo ello como parte de la externalización de las fronteras que el Estado español realiza a través de la autocrática monarquía marroquí.
Esta es la política migratoria del Estado español y del Gobierno "progresista": racismo institucional al servicio del imperialismo y de la "Europa fortaleza". |