Falta menos de una semana para el paro con movilización del 24 de enero y mientras una gran parte de los trabajadores y trabajadores expresan su deseo de ser parte del paro y las movilizaciones en todo el país las conducciones de la CGT, la CTA y los sindicatos no vienen organizando la jornada a la altura de lo que necesitamos.
Por un lado, muchos compañeros y compañeras cuentan que sus sindicatos o delegados no han anunciado ni preparan la medida. Pero esta semana se sumó un anuncio que tomamos como un alerta: la CGT emitió un comunicado diciendo que el transporte va a funcionar "normalmente" hasta las 19 hs. El argumento sería para “ayudar a la movilización”.
Pero está resolución atenta contra la contundencia del paro y corre el riesgo de limitarlo enormemente. ¿Por qué?
Primero porque las empresas presionarán aún más para que vayamos a trabajar, sobre todo quienes no están sindicalizados, en empresas chicas, precarizados, amenazados por sus jefes. Siempre ha sido así. Segundo porque Milei y Bullrich y los grandes medios de comunicación aliados intentarán mostrar el funcionamiento del transporte como un símbolo de una supuesta normalidad y de debilidad del paro. Tercero porque impide que esos sectores claves del movimiento obrero puedan expresarse, ni parando ni marchando.
Por eso la medida anunciada por la CATT, la UGATT a pedido de la CGT va contra la efectividad del paro y corren el peligro de boicotear la contundencia de su propia convocatoria. La jornada del 24 es un primer paso, pero solo puede ser un fuerte mensaje al gobierno y las patronales si se expresa toda la fuerza de la clase trabajadora y quienes rechazan las políticas de la derecha. Eso es lo que hay que garantizar.
Por eso desde las agrupaciones del MAC (Movimiento de Agrupaciones Clasistas del PTS + independientes), especialmente las que impulsamos en la UTA (Bordó), Subte (Ag.Bordó), Ferroviarios (Naranja), Aeronáuticos (El Despegue), que venimos tomando el paro en nuestras manos y estamos convencidos que a las medidas tenemos que discutirlas en asambleas en cada gremio y lugar de trabajo, le reclamamos a los sindicatos que revisen y reviertan su anuncio para que se pueda parar efectivamente y a la vez garantizar la masividad de la marcha. Nuestra propuesta es concreta: el transporte tiene que parar y solamente funcionar para garantizar la movilización. Podría haber, por ejemplo servicios especiales para garantizar la concurrencia y la desconcentración de la movilización junto a los medios que pongan a disposición los sindicatos. Y ante cualquier provocación del gobierno defender el derecho de protesta.
El miércoles 24, para la clase trabajadora, el único objetivo es poder pronunciarse con toda su fuerza. La CGT tiene la responsabilidad de garantizar el legítimo derecho a la huelga y movilización. No solo de sus afiliados sino de toda la clase trabajadora, precaria y desocupada.
Con las políticas de los anteriores gobiernos y el primer mes de Milei la situación se va tornando más crítica para el pueblo trabajador: pérdida salarial, aumento del transporte, inflación galopante, pulverización del salario y los planes sociales mientras crece el hambre en los barrios.
La contundencia del paro general y la marcha tienen otro objetivo, muy importante: tirar abajo las negociaciones a espaldas del pueblo. Las que llevan adelante el gobierno con sectores del PRO, la UCR pero también del peronismo. Y también mensaje para Massa, que dijo que a pesar de los ataques el paro era “apresurado”.
Estamos a tiempo de hacer una medida de fuerza con toda la contundencia que necesitamos y poner a la clase trabajadora de pie hasta tirar abajo el DNU y la Ley Ómnibus. Desde las agrupaciones clasistas vamos a participar con todo de la jornada como parte de un bloque independiente junto a sindicatos recuperados, el sindicalismo combativo, organizaciones piqueteras, asambleas populares, centros de estudiantes, activistas de Unidxs por la Cultura y todas las organizaciones de izquierda. Nuestra bandera será "Plan de lucha hasta derrotar el ajustazo de Milei y el FMI".
El 24 debe ser el inicio de un plan de lucha que deberá tener nuevos paros, activos, que abran el camino hacia la huelga general capaz de derrotar el conjunto del plan de gobierno.
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