Las autoridades israelíes acusaron recientemente a doce trabajadores de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA, por sus siglas en inglés) de pertenecer a Hamás y haber participado en los ataques de octubre. De los doce trabajadores acusados, la ONU ya despidió a nueve de ellos mientras lleva a cabo una investigación en todo el personal de la agencia. Estados Unidos y otros países ya han suspendido la financiación de la Agencia, lo que constituye otro "castigo colectivo" al pueblo palestino, según han denunciado numerosas organizaciones.
El corte de la financiación agrava la situación, ya de por sí terrible, de millones de palestinos que en este momento no tienen casa, ni lugares seguros donde refugiarse de las bombas, ni comida, ni agua, ni medicamentos.
Tras conocer las acusaciones del gobierno de Israel, el secretario general de la ONU, António Guterres, declaró a través de un comunicado que se comprometía a investigar cualquier comportamiento sospechoso de todos los trabajadores de los organismos de la ONU y asegurarse de que cualquier involucrado en "actos de terrorismo" afronte las consecuencias, incluida la vía penal. Por otro lado, varios países, como Estados Unidos, Canadá, Australia, Italia, Alemania o Reino Unido, ya han anunciado que van a suspender la financiación de la agencia y han vuelto a demostrar su apoyo al estado de Israel.
A su vez, el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, quien ya despidió a parte de los trabajadores acusados, insiste en la necesidad de mantener la financiación para asegurar la capacidad de la Agencia de prestar asistencia humanitaria al margen de las investigaciones en curso. El resto de estados, como Francia, Noruega, Suiza o Irlanda han anunciado que esperarán a los resultados de las investigaciones para tomar las medidas que consideran necesarias. Por otro lado, la Autoridad Palestina también anunció en un comunicado que se trataba de una campaña de difamación contra la UNRWA y que el objetivo israelí es eliminar la ayuda humanitaria en Palestina.
El Estado israelí ya había acusado en varias ocasiones a la Agencia por, supuestamente, prestar ayuda a Hamás y a varios de sus miembros por pertenecer activamente al grupo; sin embargo, la ONU siempre había negado dichas acusaciones. Ahora los altos mandos israelíes también piden que cese toda financiación a la UNRWA ya que pueden “acabar en manos terroristas”.
La Agencia de la ONU empezó a operar en el territorio palestino en 1950 a raíz de la Nabka de 1948, la primera expulsión de miles de palestinos de sus casas y el asentamiento de los primeros colonos israelíes. Está organización en la actualidad también brinda ayuda en Siria, el Líbano, Jordania, la Franja de Gaza y Cisjordania, administrando los campos de refugiados. Sin embargo, en los últimos años, la financiación de la Agencia ha ido disminuyendo.
Después de hacerse conocidas las acusaciones en contra de la Agencia, Estados Unidos fue el primero en retirar la financiación. Joe Biden se puso en contacto con el gobierno de Israel y prometió tomar las medidas "adecuadas" tras el resultado de las investigaciones. El cinismo estadounidense llega hasta tal punto que, debido a los intereses imperialistas de la Casa Blanca en mantener el estado israelí y su control en Oriente Medio, solo en el año 2022 la administración de Biden destinó 3 mil millones de dólares en ayuda financiera en materia militar para Israel, más de tres veces más de lo que le destinó el mismo año a la UNRWA.
No sorprende la hipocresía de las potencias imperialistas que mientras continúan amparando y subvencionando el genocio perpetrado por Israel, no dudan ni un segundo en retirar la financiación a unas de las agencias que proporcionan ayuda humanitaria en Gaza. Mientras el embajador de Israel en la ONU, Gilad Erdan, aboga sin reparos por suspender toda financiación a la ayuda humanitaria, Israel persiste en su ofensiva en la Franja de Gaza y la cifra de muertes palestinas no hace más que aumentar cada día.
Desde las incursiones sionistas en territorio palestino, Gaza se ha convertido en la cárcel a cielo abierto más grande del mundo. Con millones de desplazados y refugiados sin acceso a cobijo, agua o alimentos y miles de asesinados por el ejército israelí, el pueblo palestino depende de las poca ayudas humanitarias que llegan a la Franja. Sin la financiación de Estados Unidos y el resto de países, la UNRWA no será capaz de continuar con su trabajo el próximo mes, como reconoce abiertamente el propio Guterres. Una vez más, a Israel y a sus aliados imperialistas no les tiembla el pulso en realizar estos castigos colectivos a la población. |
