A pocos días de la histórica jornada de paro nacional y movilización convocada por la CGT, estudiantes de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) que participan también de la asamblea vecinal de la zona, aportan sus impresiones en base a su participación el pasado 24 de enero.
El movimiento es la esencia de la vida misma. Todo lo que existe y conocemos implica movimiento, materia y energía. La ausencia de movimiento, siempre es un estado aparente.
El fenómeno político- económico del gobierno ultraderechista de Javier Milei que tiene como artífices sustantivos como Caputo, Sturzenegger, Bullrich, Macri erupcionó en una crisis profunda, de rápida politización de la sociedad, de la mano del ajuste, de los despidos, la inflación y del ataque sin precedentes que representan la Ley Ómnibus y el maldito DNU.
La jornada del 20 de diciembre de 2023, había sido histórica: una multitud organizada de sectores de trabajadores estatales, docentes, científicas y científicos, trabajadores aeronáuticos y miles de banderas rojas, pisotearon el protocolo antipiquete de Bullrich. Atrevidos y enérgicos gritaban en plaza de Mayo: “qué bol...qué bol….ahora el protocolo se lo meten en el c...”
“Con respecto al paro del 24 tenía muchas expectativas. Ya había estado presente el pasado 20 y 27 de diciembre, pero este fue muy esperado y a pesar de sus inconsistencias debido a su dilatación y duración, nos sirvió para la construcción colectiva”, cuenta Lily, trabajadora y estudiante de la licenciatura en nutrición en Untref.
Esa mismo 20 a la noche, el gato enfurecido lanzaría un misil por cadena Nacional: el Decreto de Necesidad y Urgencia. Un poquito más tarde, un nuevo diciembre volvió a hacer temblar la tierra: vecinos autoconvocados, marchan al congreso en un maravilloso cacerolazo. El misil era de papel y tinta, pero la fuerza era real. Ni la policía podía detener el sonido de la cacerola.
La asamblea de vecinos de Tres de Febrero surge en el marco de la profunda crisis. Está conformada por trabajadores de la zona y estudiantes de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Se trata de sectores afectados directamente por el avance privatizador de la universidad y la investigación pública, por los despidos en Conicet, el ataque a la cultura y los recortes en salud. “Entre alumnas, alumnos y docentes de la Untref y Tres de Febrero formamos una asamblea para deliberar y generar iniciativas de cara al paro y a todo lo que estamos viviendo”, sigue Lily. Otro estudiante de nutrición, Ezequiel, cuenta que la impresión que le dejó el paro fue “una mezcla de alivio, al ver que éramos miles preocupados y dispuestos a salir a la calle a manifestarnos. A la vez, incertidumbre, al ver tantos reclamos de distintos sectores frente a la disputa por tantos derechos conquistados”.
Diciembre nuevamente fue testigo de un pueblo en lucha contra tantos años de pasividad. El fenómeno político de las asambleas barriales de 2001 emergió rejuvenecido en todo el país.
“Mi esperanza es que mediante estas movilizaciones, el 55% que puso a este gobierno en el poder entienda lo que realmente significa un Estado neoliberal y ultra derechista: desfinanciamiento y desregulación estatal, concentración del poder, favoreciendo a los sectores privados. Poner en venta nuestros recursos a favor de unos pocos nombres propios, es algo que no podemos permitir”.
Patricia, además de alumna Untref, es auxiliar en una escuela en Moreno. Marchó con la delegación de ATE de su zona: “no podemos permitir que nos avasallen, (…) No se puede permitir que nuestros derechos ganados, de un día para el otro tiemblen y también está en juego el bolsillo de todas y todos. Fue una muestra a tan poco tiempo de haber asumido Milei. Esta es la verdad del pueblo, la verdad del laburante. Me gustó haber alzado mi voz en representación de todas y todos”.
Por último, Lily advierte sobre la necesidad de darle continuidad a la lucha. “Si bien la convocatoria fue masiva, tenemos que estar alertas y hacerles saber a diputados que vamos a estar en las calles para enfrentar el plan de Milei, que estaremos atentos y mirando a aquellos que intenten venderse al lobby empresarial y nos quieran dejar atados de pies y manos. El 24 fue una señal, somos miles”.