Tras conocerse recientemente la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia de Aragón el pasado 6 de febrero la solidaridad con los jóvenes antifascistas se ha reavivado. Ya se convocaron concentraciones en repudio a la sentencia el pasado lunes 12 en Zaragoza, Madrid y Huesca y el viernes 23 se convoca una nueva manifestación.
Las cortes penales aragonesas continúan con su ataque brutal con puño de hierro contra la clase trabajadora, los movimientos sociales y la juventud que lucha, que ha seguido adelante durante los gobiernos de derecha y durante un Gobierno “progresista”, que lejos de derogar leyes represivas como la Mordaza o de Extranjería, las continúa aplicando sin miramientos y sigue lanzando ataques represivos por parte de los aparatos policiales y judiciales del Estado.
Los jóvenes fueron acusados durante este periodo de atentado a la autoridad, desórdenes públicos y lesiones, apoyándose en confusos testimonios de policías como “prueba” en la que no se distingue la participación de ningún acusado. El típico modus operandi de la policía en casos como este, que bajo el amparo de la presunción de veracidad pueden inventarse los testimonios que mejor les vengan sin que estos necesiten ser probados de ninguna manera.
El papel del gobierno “progresista” es criminal, en las negociaciones de la ley de amnistía ni siquiera apareció algún tipo de indulto a casos como el de los 6 de Zaragoza. Para que la extrema derecha se sirva tan bien de la judicatura también ayuda el hecho de que quedaran por fuera de cualquier negociación de amnistía cientos de represaliados, por luchar en otras causas o por otros delitos de opinión, desde sindicalistas, activistas por la vivienda, artistas, etc.
El aparato judicial del estado es la herramienta con la que un poder no electo y ligado por mil lazos políticos, económicos o incluso sanguíneos con las mayores fortunas del país o instituciones como la corona interviene en todos los órdenes sociales en favor de los poderosos. El caso de los 6 de Zaragoza es un ejemplo más de esta realidad.
La lucha contra ella debe ser, por lo tanto, parte constitutiva de toda lucha contra el curso autoritario del régimen y por la pelea por mantener y expandir los derechos democráticos y políticos que cada vez más nos intentan arrancar.
Frente a la extrema derecha y la oleada reaccionaria, que tienen un fiel guardián en la ofensiva represiva y criminalizadora del régimen del 78, extendamos la solidaridad y la organización desde las bases.
¡Amnistía total para todas las luchadoras y luchadores! ¡Este viernes 23 todes a las calles!
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