Aunque aún falta la aprobación de la base trabajadora que será consultada el próximo domingo 18 de febrero en las instalaciones del Complejo Cultural Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

En este nuevo acuerdo la empresa cede en la mayoría de las exigencias de la base trabajadora, la patronal accede a un aumento de 10.2% compuesto de los cuales 7% corresponde a salario y 3.2 a prestaciones. La empresa se compromete a no tomar represalias contra las y los trabajadores que participaron de la huelga, ni contra sus representantes.

El ofrecimiento patronal. de ser ratificado por la base trabajadora, será un triunfo de la importante huelga que han llevado adelante por de 23 días las y los valerosos trabajadores de Audi Puebla, fue el paro de la producción, la determinación en las guardias, cada una de las votaciones, la movilización junto con la UNT el 31 de enero, la solidaridad de los sindicatos independientes, de las organizaciones sociales, la cobertura de los medios independientes, las declaraciones en solidaridad de los distintos espacios organizativos y universitarios, la solidaridad internacional, etc. lo que ha hecho retroceder a la patronal en sus intenciones de declarar inexistente la huelga.

Un aspecto fundamental en el que no retrocede la empresa es en la pretensión de pagar al 50% los salarios caídos durante la huelga, esto no es un aspecto menor pues significa descargar sobre las espaldas de las y los sindicalizados el costo de la huelga. La base trabajadora debe aprovechar la fortaleza y legitimidad que tiene esta huelga para conseguir todas sus exigencias.

Las y los trabajadores han demostrado una enorme determinación y fortaleza, este momento es crucial para arrancar todas las demandas y conquistar un triunfo total que siente un precedente para el conjunto de la industria automotriz. Esto implica el pase a planta de los eventuales, pues el respaldo de este sector nos fortalecerá como sindicato y nos blindará ante futuros despidos que busque imponer la patronal, el acuerdo en el papel no garantiza que no habrá represalias, esta cuestión se defiende desde ahora.

En este mismo sentido pelear por rediscutir la cuestión de los paros técnicos, exigiendo el pago de los mismos al 100% nos fortalecerá moralmente y será un nuevo piso para otras luchas, no es justo que asumamos quienes producimos todos los días la mala planeación de la empresa de los ritmos de trabajo. En este mismo sentido es clave discutir los ritmos de productividad y el reparto adecuado de las horas de trabajo, incluso planteando la perspectiva de la reducción de la jornada laboral.

Continuar fortaleciendo la participación de la base, la unidad será el punto de apoyo para golpear de forma organizada, soldar la unidad con otros sindicatos y organizaciones sociales es el camino para construir un espacio de solidaridad con otras luchas para que las condiciones de la clase trabajadora mejoren de conjunto.

En su último comunicado el representante sindical Cesar Orta advierte lo que podría pasar si la base trabajadora vota NO a la nueva propuesta, planteando distintos escenarios entre los que destaca la posibilidad de que el juez declare inexistente la huelga y "no conseguir nada". Poco énfasis muestra Orta por una ruta que confíe en las fuerzas de las y los trabajadores organizados. Las energías del secretario general del Sitaudi parecen estar más orientadas a convencer de aceptar el nuevo acuerdo que en organizarse con la base para arrancarle a la patronal todas las demandas.

Es la base trabajadora la que tiene la última palabra, la que sostiene la guardias y quienes vienen poniendo el cuerpo, las y los que todos los días producen las ganancias con su trabajo y quienes tienen que decidir si continua o no la huelga, el elemento más importante es que hoy son consientes de su fuerza y de lo que la unidad de la clase trabajadora es capaz de conquistar.