El Gobierno de Javier Milei eligió como blanco de ataque a la educación. Bajó los salarios a las maestras y maestros, cancelando partidas presupuestarias como el Fondo de Incentivo Docente. Recortó el presupuesto de la comida de niños y niñas, que se suma al ajuste que ya venían implementando los gobernadores. Y se propone atacar el derecho a huelga y declarar a la educación como "servicio esencial". Todo esto en el marco de una escalada inflacionaria que empobreció a millones de familias trabajadoras, a quienes se les suma la preocupación de poder garantizar una canasta escolar para sus hijes o incluso elegir a qué hije mandar a la escuela.
El ajuste no es exclusivo del gobierno nacional. A la crisis que dejó el gobierno del Frente de Todos, se suma que los gobernadores trasladan el ajuste a las provincias. En lugar de atacar a los que más tienen, los grandes empresarios, también ajustan el salario docente, como ya lo anticiparon Kicillof en Buenos Aires, Pullaro en Santa Fe y Llaryora en Córdoba, proponiendo salarios que están por detrás de la canasta básica.
Frente al anuncio de las centrales sindicales de que convocarían a un paro docente, el gobierno llamó a una reunión el próximo martes a los ministros provinciales de educación y a los gremios docentes para acordar salarios mínimos y garantizar el inicio del ciclo lectivo. Es una clara “apretada” para evitar una medida de fuerza, no para restituir los recortes ni destinar mayor presupuesto educativo a las escuelas.
Enseguida se sometieron a esta operación los gremios docentes nucleados en la CGT, el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), la Unión Docentes Argentinos (UDA), la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET) y la Confederación de Educadores Argentinos (CEA), que levantaron el paro del lunes. A esto se suma la levantada parcial del paro del gremio de sanidad por un acuerdo que ni siquiera alcanza a los sectores más precarizados de las clínicas privadas, mostrando una vez más que la CGT sigue dándole tregua al gobierno. Después del 24 de enero, la CGT no convocó a ninguna medida de fuerza unificada para responder ante la brutal inflación que ya sumó un 10 % más de pobres, llegando a casi un 60 % en todo el país.
Vamos con todo el 26 para imponer la continuidad en la lucha
La Ctera por su parte, no puede desconocer la bronca que se expresa en las escuelas y la necesidad de enfrentar los ataques de Milei y los gobernadores a la educación y salarios. Ratifica el paro. Sin embargo, lo convoca anticipando que no le dará continuidad.
En las escuelas se conoce la tradición de Ctera de dejar aisladas las provincias y genera desconfianza que se anuncie un solo paro como medida para enfrentar semejante ataque.
Desde la oposición docente de izquierda planteamos la necesidad de un plan de lucha que continúe el 1 de marzo, día en que comienzan provincias muy importantes como Buenos Aires, que nuclea a más de 300 mil docentes y a 5 millones de estudiantes, día también en el que Milei realiza la apertura de sesiones legislativas. Sería una gran oportunidad para dar un claro mensaje al gobierno nacional y a los gobernadores de que tenemos la fuerza para enfrentar este ajuste y la disposición de derrotarlo.
Por eso, este 26 preparemos desde abajo, junto a la comunidad educativa, masivas movilizaciones para ganar las calles y mostrar la fuerza de más de 1 millón de trabajadoras y trabajadores de la educación en todo el país. Construyamos desde abajo la fuerza para imponer la continuidad de un plan de lucha a la Ctera y a la CGT hasta derrotar el ajuste de Milei y los gobernadores.
Unifiquemos con las familias, la juventud, las asambleas barriales y pongamos en pie un fuerte movimiento en defensa de la educación pública y las demandas de las familias trabajadoras. Uniendo nuestra lucha por la educación pública a la demanda de aumento de salarios y jubilaciones, de tirar abajo los tarifazos en transporte y servicios, de defender el derecho a huelga y protesta.
Plata hay, la tienen los grandes empresarios y se la lleva el FMI. Basta de que el pueblo trabajador sea la variable de ajuste.
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