Como contamos en esta nota, desde que asumió Julio Alak en el municipio se lleva adelante el plan motosierra de Milei, con control biométrico, cientos de despidos y hostigamiento a quienes se quejan.
La semana pasada montó un operativo asombroso en el Pasaje Dardo Rocha con equipos nuevos “a estrenar”, más de 30 mesas de atención y policía en la puerta, para llevar a cabo las auditorías a las y los trabajadores despedidos.
Con grandes filas en la puerta, durante todo el día circularon trabajadores y trabajadoras de todas las áreas contando qué tareas realizaban y teniendo que decidir si elegían la precarización laboral o quedarse sin trabajo en ese momento.
Charlando con varios trabajadores y trabajadoras nos comentaban que el ofrecimiento era aceptar modos de contratación precarias: contratos con monotributo a profesionales o volver a ser cooperativistas a administrativos y obreros.
Desde 2021 la mayoría de los trabajadores habían pasado a ser trabajadores municipales, con planta transitoria que se renueva cada año, esa es una de las principales denuncias que hacen: la vuelta a la precarización sin derechos elementales como aportes, antigüedad y aguinaldo.
En áreas sensibles como Niñez y Educación, a través de jardines municipales y las llamadas “Casas del niño”, también se hicieron efectivos despidos. Algunas de las docentes nos decían que las condiciones de trabajo no son buenas y los recursos que destina el municipio son insuficientes, además de no tener un marco legal que ampare su función como docentes y auxiliares, las han mantenido como cooperativistas durante años, en algunos casos 9 años y recién últimamente habían conseguido pasar a planta temporaria, lo que les permitía tener algunos derechos.
Denuncian el maltrato recibido por esta gestión, con aprietes para que no reclamen, incertidumbre acerca de la continuidad de la fuente laboral, no cobrar los salarios de los meses trabajados, incluso ninguna certeza de cuáles son las nuevas condiciones laborales y salariales que les ofrecen ahora para incorporarlo.
Varios testimonios que nos han dado desde las delegaciones barriales, tanto como las áreas como género, niñez, educación, del Ecoparque y administrativos hablan de salarios de hambre que van de 60.000 a 150.000 en la mayoría de los casos, lo cual hace que cualquier persona tenga que tener otros trabajos para poder cubrir gastos mínimos para vivir.
Salir a la calle y organizar la lucha
En medio de esta situación las y los trabajadores han tenido que salir en soledad a luchar por sus derechos, los sindicatos lejos de organizar y ponerse al frente de la lucha ante semejante ataque, los ha dejado a su suerte. Desde la asamblea de “Trabajadorxs Municipales autoconvocadxs”, así como desde cada área afectada han tenido diferentes iniciativas: retención de tareas, concentraciones en el Municipio y en la Torre 1, gracias a lo cual en algunos sectores han logrado revertir este ataque, con reincorporaciones y en algunos casos manteniendo la modalidad de la planta temporaria.
También desde la Asamblea del Cacerolazo de 7 y 50 y la comisión de estatales se realizó una campaña de fotos en apoyo a los miles de trabajadores y trabajadoras despedidas y se han acompañado las acciones que definían.
¡Fuerza hay!
Si bien todo esto fue y es necesario, y se han dado algunos pasos adelante, aún queda mucho por luchar porque el ataque es generalizado. La exigencia a todos los gremios es concreta: un plan de lucha sostenido, con acciones definidas en asamblea que unifique a todos los sectores para reincorporar a todos y todas las despedidas, tener un salario que alcance para vivir y condiciones de trabajo para desarrollar todas las tareas del Municipio.
Desde la Marrón Clasista, los venimos acompañando y consideramos que es fundamental continuar organizándose desde abajo, tal como se viene haciendo hasta ahora, aunque aún de manera aislada. Por eso proponemos impulsar una gran asamblea de trabajadores municipales que contenga los diversos reclamos y permita dar una lucha hasta el final por mejorar las condiciones laborales.
Pero a la vez es importante unir esa pelea a la de los de otros sectores que se vienen organizando y a la población de la ciudad que es afectada por este ataque. En ese sentido la lucha de los y las municipales tiene que ser uno de los motores de la asamblea del cacerolazo que se viene organizando contra el plan motosierra de Milei, el protocolo de Bullrich y contra el ajuste de todos Gobiernos que pretendan cumplir con el FMI a costa del sacrificio de la clase trabajadora.
Este miércoles 28/02 nos econtramos a las 18.30 en la asamblea del Cacerolazo!! ¡Sumate!
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