Recientemente la multinacional Acindar, parte del grupo ArcelorMittal, anuncio el cierre temporal de 4 plantas que tiene en Argentina. Todos los ojos están en su planta principal, radicada en la localidad de Villa Constitución que es la segunda siderúrgica más grande del país, después de las que posee el grupo Techint. |
Arcelor Mittal es el principal productor de acero del mundo, cuenta con un centenar de plantas repartidas en varias partes del mundo. Mediante fusiones y adquisiciones, lidera el mercado mundial del acero. Recientemente, en una sociedad con Nippon Stella adquirieron la mayoría accionaria de U.S. Steel, un importante grupo estadounidense por el valor de 14.100 millones de dólares.
Es poco probable que este grupo monopolio pueda decir, o mejor dicho demostrar, que está atravesando una crisis económica.
Acindar lidera el mercado nacional de aceros no planos, barras para la construcción y la industria automotriz como así también los insumos relacionados con el campo como es alambres, sunchos, etc.
La economía argentina en manos de la motosierra de Javier Milei está entrando en una recesión sin presentes, con el freno de la obra pública y la caída abrupta de la construcción privada y la producción en las PyMEs y terminales autopartistas, repercute directamente en los niveles de producción de Acindar. Pero esto no significa que estén en crisis económica.
Esta patronal se caracterizó toda su historia por ser una "pionera" en los ataques a los derechos laborales. Hoy en medio de esta situación donde las familias obreras están sintiendo el peso de la crisis, el aumento de los precios de los alimentos, las tarifas, el transporte, etc, se niega, junto al grupo que lidera Paolo Rocca, a otorgar un ajuste salarial a los niveles que está marcando la inflación. No le alcanza con eso que deja cesantes a cientos de trabajadores contratados que venían desempeñando funciones durante años como así también con los trabajadores tercerizados donde está habiendo un fuerte achique de la mano de los retiros "voluntarios".
Sabemos que esta situación de crisis favorece a las grandes empresas, que tienen espalda para poder frenar su producción y así intentar sembrar miedo e incertidumbre en los trabajadores y en la población. Acindar lo hizo en 1991 y su plan flexibilizador no lo retrotrajo ningún gobierno ni en las mejores épocas de crecimiento económico. Es por eso que compartimos el conocimiento de estos planes, en perspectivas de mantenernos en alerta y organizarnos para defender nuestros derechos y conquistas laborales. Necesitamos la más amplia unidad con los trabajadores efectivos, tercerizados y contratados para poder debatir en asambleas conjuntas y democráticas como hacemos para no ser "la casta" que paga la crisis. Pero también es fundamental que los metalúrgicos no peleemos solos. En una situación de ataque a los ferroviarios, estatales, docentes, aeronáuticos, etc, es más urgente que nunca la necesidad de que la CGT y las CTAs llamen a un gran paro nacional y un plan de lucha que unifique a todos los sectores que estamos siendo atacados y le dé continuidad a esta lucha hasta que se caiga el ajuste de Milei, Caputo y el FMI. |