Durante el mediodía del miércoles el ministro de Economía -Luis Caputo- y la titular del FMI tuvieron su primer encuentro en el marco de la cumbre del G-20 que se desarrolla en San Pablo (Brial). Georgieva confirmó en sus redes sociales que apoya "los esfuerzos sostenidos de las autoridades para restaurar la estabilidad, apoyar a los más vulnerables y generar apoyo para las reformas." Es decir, respalda las medidas de ajuste salvaje que impone el gobierno.
Luis Caputo se encuentra participando de una cumbre de ministros del G20, que está conformado por: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Reino Unido, Sudáfrica, Turquía y la UE.
El ministro de Economía de Milei lleva adelante un plan económico que en apenas dos meses acumula una inflación del 51,3%, pérdida del salario real del 13 % en un mes. En sus redes el ministro sostuvo que Georgieva "Celebra y apoya las medidas y los resultados obtenidos por esta nueva administración." Es lógico, se trata de un rumbo que incluye un fuerte ajuste del gasto como le gusta al Fondo.
Romper con el Fondo
Milei y Caputo cosechan respaldos porque vienen aplicando el programa del FMI sin titubear. A fines de enero acordaron un compromiso con el organismo internacional por un nuevo desembolso de US $4.700 millones, que será utilizado esencialmente para el pago de vencimientos del programa stand by, contraído por Mauricio Macri.
El organismo había dado el visto bueno al ajuste en shock mediante la devaluación, la licuación inflacionaria y los tarifazos. El resultado del mismo fue el mayor recorte real del gasto primario en enero en 30 años. Las partidas que más se redujeron fueron jubilaciones y pensiones contributivas, subsidios a la energía, inversión real directa y transferencias totales a provincias, que significaron el 70% del ajuste.
Milei garantizó el superávit financiero con el hambre de los jubilados. Por cada $100 de superávit financiero obtenido, $64 se los sacaron a los jubilados. En total el Estado dejó de gastar $750.000 millones (en relación a lo destinado para jubilaciones en enero 2023 actualizado por la inflación). Al mismo tiempo, los pagos de los intereses de la deuda mostraron un salto abrupto (139,1 % en la comparación interanual).
La profundización del vínculo con el Fondo sólo profundizará el ataque a los jubilados, los trabajadores y el pueblo pobre. Para poner un freno a esta creciente crisis social y económica es urgente romper con el FMI y su pacto de entrega. Al mismo tiempo que exigir un plan de lucha y paro nacional a las centrales sindicales y con preparación desde las bases para derrotar el DNU de Milei y el FMI.
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