Enmarcado en la Ley de Responsabilidad Parental y Pago Efectivo, o mejor conocida como “Ley papito corazón”, por parte del Ministerio de la Mujer se destinarán para mejorar su implementación 11$ mil millones, monto que ya estaría considerado en el presupuesto 2024 aprobado por el Congreso, y permitiría contratar un mayor número de funcionarios y añadir mejoras tecnológicas, todo esto para mejorar la efectividad y cobertura de la ley, y disminuir la excesiva burocracia en el proceso.

Para el 2022, habían más de 35 mil personas inscritas en el Registro Nacional de Deudores, donde el 97% eran hombres, con un monto que superaba los 50 mil millones de pesos. Respecto al monto correspondiente a la pensión de alimentos, éste se calcula a partir del sueldo mínimo, donde para el caso de tener un hijo(a) corresponde al 40%, mientras que para dos hijos(as) son el 30% del sueldo mínimo (para el caso de existir un ingreso mayor, no podría superar el 50% de dicho sueldo).

La clase trabajadora tiene rostro de mujer.

Considerando el costo de la vida actual, donde para la mayoría de la población se hace casi imposible garantizar educación, salud y vivienda; que el monto de las pensiones se guíe por el sueldo mínimo termina siendo un parámetro que chorrea la miseria de los sueldos precarios, que no alcanzan para llegar a fin de mes, a las pensiones de alimentos, y en último término a las infancias y adolescencias, así como también a las mujeres, aumentando la precariedad al asumir el rol completo de cuidado.

A esto se suma que, a mediados del año pasado, el Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimento superaba los 15 mil inscritos, donde 8 mil tenían más de una causa, y 3 mil serían reincidentes, acumulando una deuda total de $98 mil millones.

Es decir, son miles las mujeres que llevan sobre sus hombros las labores de cuidado y crianza, donde muchas veces lo hacen a costa de la postergación de sus necesidades propias y básicas, a costa del deterioro de su salud física y mental, y el sometimiento a trabajos precarios, sin considerar la doble jornada laboral (limpieza y cuidado del hogar) que llevan adelante solas.

La solución a este problema no esta solo en aumentar las medidas punitivas o persecutoria de los deudores, ya que las labores de crianza no se limitan a una pensión de alimentos, también involucran educación y crianza de les hijes. En ese sentido el Estado tiene que buscar garantizar que los padres cumplan con sus responsabilidades parentales para que no sean las mujeres quienes tengan que cargar con toda la responsabilidad sobre sus hombros.

Para revertir de fondo esta situación, es necesario romper con este sistema que solo trae pobreza y miseria a las mujeres y personas gestantes. Y no se va a caer por sí solo, nosotras junto a los trabajadores, estudiantes, y todos los sectores oprimidos lo vamos a tirar con organización en las calles y en nuestros lugares de estudio y trabajo.