De acuerdo a la Oficina de Presupuesto del Congreso en el segundo mes del año, a diferencia de enero, el déficit financiero superó los $ 180.000 millones. Los pagos de deuda y la caídas en recaudación por seguridad social e impuesto a las ganancias, hicieron que el resultado presupuestario vuelva a un terreno negativo. Las enormes caídas en distintas ramas de la producción y la dependencia de los ingresos del impuesto País, plantean que será cada vez más difícil para el Gobierno cumplir con su plan de ajuste sin redoblar los ataques sobre los jubilados, los trabajadores y sus familias. |
Cuando el Gobierno nacional celebró que en enero se había alcanzado el superávit financiero, el presidente Milei arengó en su cuenta de X: "Vamos Toto (en referencia Caputo). El déficit 0 no se negocia". Como consecuencia del ajuste y la decisión de pagar cifras abultadas de deuda en febrero la situación se revirtió (en relación a enero), según los datos publicados por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) el resultado financiero fue deficitario por $ 186.635 millones.
El organismo que elabora informes a pedido del parlamento confirmó que el superávit primario -la recaudación contra gastos antes del pago de servicios de deuda-, fue significativamente menor que el de enero: pasó de 2,5 billones a 930.000 millones, una llamativa caída del 63 %. El recorte presupuestario está lejos de haberse detenido: “Los gastos totales de la Administración Nacional registraron una caída real de 23,8% anual en el primer bimestre del año y el recorte en los primarios, que no considera la suba en intereses de la deuda, se elevó a 33,6% anual”, informó OPC.
Analizado por sectores, los que tuvieron las mayores podas presupuestarias en febrero fueron: jubilaciones y pensiones (-33,0% anual en términos reales, es decir descontando el efecto de la inflación), subsidios energéticos (-59,5% anual), los gastos de capital (-82,4% anual) y los programas sociales (-29,9% anual). Es decir, que los jubilados y las familias que sufren los aumentos en las boletas fueron otra vez los más afectados por las tijeras del Gobierno.
Luis Caputo pagó intereses de deuda por $1,1 billones (en especial al FMI) (siempre tomando los datos de OPC). El rojo fiscal no fue mayor porque se computaron $206.024 millones como ingresos de rentas del Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS. Literalmente, están pagando el préstamo fraudulento solicitado por Macri al Fondo Monetario, y revalidado por el Frente de Todos (Massa, Cristina Kirchner y Alberto Fernández), con los ahorros de los jubilados.
Para los próximos meses la situación es aún más crítica ya que la suba de los ingresos dependieron de las subas en el Impuesto PAIS (405,9% anual) y en los Derechos de Exportación (70,9% anual). El primero podría caer de forma abrupta si Milei decide levantar el cepo cambiario y el segundo depende de la voluntad de las grandes empresas del campo de exportar la próxima cosecha. A su vez la tendencia en la caída de recursos provenientes de la Seguridad Social (-25,1% anual) es alarmante porque marca el fuerte retroceso de los salarios reales de los trabajadores registrados, a los cuales el presidente pretende seguir atacando.
El brutal ajuste que están llevando adelante Javier Milei y Luis Caputo, sobre la base de la licuación de los salarios y jubilaciones con la inflación y el recorte presupuestario, también pone en jaque la continuidad del funcionamiento de hospitales, universidades y demás servicios públicos. Además se espera que avancen con decenas de miles de despidos de empleados públicos.
Esta orientación, sumada al derrumbe de la obra pública, está llevando a una grave recesión (caída sostenida de la producción) que llevará a una caída de la recaudación y que el Gobierno buscará cubrir con un mayor ajuste para alcanzar el "equilibrio" de las cuentas. Las afirmaciones de Milei y Caputo de que marzo y abril serán los meses más duros y luego vendrá una recuperación, chocarán de frente con el hundimiento de la economía que agravará la crisis social. Enfrentar la política del gobierno mediante un plan de lucha que incluya una huelga general hasta tirar abajo sus planes económicos, es una cuestión fundamental para los tiempos por venir.
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