Bariloche 19/03/2024. Una postal de las asambleas de trabajadores y trabajadoras hospitalarias desarrolladas en toda la provincia.
Por estas horas se desarrolla un paro de las y los hospitalarios y de los Centros de Asistencia Primaria en toda la provincia. Rechazan de plano las ofertas salariales que ya acordaron ATE y UPCN. El gobierno de Weretilneck necesita de esa paz social mientras aplica un ajuste como el de Milei, que únicamente lo paga la clase trabajadora. Es necesario rodear de solidaridad el conflicto.
El sector de salud en Río Negro inició un paro de 72hs desde este pasado martes 19 de marzo. Con el inicio del mismo se desarrollaron asambleas en los hospitales, acampes y manifestaciones en la entrada de los mismos, marchas, entre varias otras manifestaciones que tienen planeadas. Se trata de convocatorias organizadas por el sindicato ASSPUR y por sectores autoconvocados. Las acciones van desde el endurecimiento del paro en las guardias hasta la renuncia voluntaria de más del 80% de los médicos jefes de áreas en solidaridad con el grueso del reclamo que nuclea a enfermería y el conjunto del personal hospitalario.
Se trata de un conflicto extenso, que va desde El Bolsón y Bariloche hasta Viedma, pasando por cada una de las localidades de Alto Valle, Valle Medio, la costa y línea sur. Se combinan reclamos salariales con exigencias de insumos ante la escasez que existe en cada hospital. Este conflicto, a su vez, destaca el ninguneo de los sucesivos gobiernos provinciales, quienes desde tiempos de pandemia le niegan a ASSPUR y los sectores autoconvocados alguna mesa paritaria real. En Bariloche, uno de los hospitales de mayor complejidad de la provincia, se destaca un amplio sector organizado de manera autoconvocada y que viene realizando acciones hacia adentro y fuera del hospital concitando el apoyo de la comunidad. A estas acciones se le suma un endurecimiento en las medidas de lucha.
Es que todo pasa por la mesa chica donde Weretilneck y sus funcionarios se sientan a negociar con las burocracias de ATE y UPCN. Ambas centrales sindicales ya aceptaron un aumento salarial a la baja, con sumas no remunerativas que siguen precarizando el salario básico y un miserable bono de 60 mil pesos. Llega a tal punto el cinismo de la conducción de ATE que el propio Secretario General Rodrigo Vicente planteó: “estamos en condiciones de aceptar, porque se trata de una propuesta que establece un piso mínimo de dignidad”. Por su parte, UPCN declara para la tribuna que los aumentos sean porcentuales y vayan al básico mientras sigue desaparecido de todo reclamo real en los lugares de trabajo y en las calles.
Esta tregua sindical es como agua en el desierto para Weretilneck. El nuevo gobernador, quien triunfó gracias al apoyo del kirchnerismo y el radicalismo, se planteó honrar la deuda provincial con los bonistas del Castello “cueste lo que cueste”. Eso implica una política de ajuste salarial en todas las ramas estatales, la baja presupuestaria votada en la legislatura para salud, educación, entre otros rubros. A este escenario se le suma la merma en las transferencias nacionales automáticas y no automáticas que Milei redujo para todas las provincias.
Rodear de solidaridad la lucha de salud
En este contexto, cobra relevancia los reclamos de Salud, porque desnudan lo que tanto dirigentes sindicales, funcionarios de gobierno y los grandes medios ocultan: no se puede trabajar más de 8hs diarias, tener un salario de pobreza, repartir una miseria de insumos médicos en las guardias e internaciones y seguir agachando la cabeza.
En el transcurso de la semana el otro gremio de importancia provincial, UnTER, tiene que desarrollar un nuevo congreso para aceptar o rechazar una nueva oferta salarial que es casi lo mismo que la anterior: llevar unos 20 mil pesos de los 90 ofrecidos al sueldo básico. Seccionales opositoras ya declararon que la central debiera haber convocado a un nuevo paro de 48hs según lo resuelto en el último congreso sindical. La Central trata de dar tiempo a un gobierno provincial que ya no le cabe la careta de “opositor a Milei” mientras en la provincia aplica un ajuste en espejo al Ejecutivo Nacional.
Rodear de solidaridad el conflicto de Salud es un acto en defensa propia. Si en las asambleas docentes, en las interclaustros de la docencia y centros de estudiantes universitarios, en cada uno de los lugares de trabajo llega la lucha de Salud, todo el conjunto de la clase trabajadora estará en mejores condiciones para enfrentar lo que se viene. Porque en pleno ajuste, al “sálvese quien pueda” que impone la tregua sindical se lo enfrenta organizadamente.