Según noticia de la entidad:
“La Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social aprobó, en su sesión de ayer, flexibilizar el contrato a los especialistas en retribución social, a fin de prorrogar y darle continuidad a su vinculación con los hospitales donde están realizando la especialidad.
El acuerdo tomado por el máximo órgano institucional trata de extender el tiempo de su retribución al disminuir a 22 horas la jornada laboral semanal; es decir, a la mitad de los estipulado en el artículo 8 del Reglamento que Regula la relación del Residente y su compromiso como especialista en Ciencias de la Salud con la Caja Costarricense de Seguro Social por medio del sistema de estudios de Posgrados de la Universidad de Costa Rica.”
La política es un intento para intentar cubrir la fuga de profesionales que está teniendo la institución, pues son 242 los profesionales que han renunciado a la Caja según el Sindicato de Médicos Especialistas SINAME, en los últimos dos años.
Se tiene pensado que esta decisión atacará las largas listas de espera; pero no resuelve las condiciones laborales de las personas que laboran en el sector salud y la insuficiente contratación de nuevos especialistas que laboren en la institución. Mientras, por otro lado, la ficha del Gobierno y presidenta de la CCSS, Marta Esquivel, está siendo cuestionada por su excesivo aumento salarial, por ejemplo.
Pero más allá de esto, en sí misma, esta posición de la CCSS demuestra que es posible reducir la jornada laboral según sea necesario en diversas ramas de la actividad económica-social, en este caso de los médicos. La posición de la Junta Directiva de la Caja es mucho más profunda que la propuesta del Frente Amplio, de una jornada de 40 horas semanales. Lo cierto del caso es que reducir la jornada de manera significativa tiene varias ventajas.
En la actualidad con el desarrollo de la técnica, se podría reducir progresivamente la jornada de trabajo, y que las mayorías puedan utilizar el tiempo libre para la cultura, el arte o la ciencia y resolviendo a la vez el problema del desempleo.
En un experimento, realizado de 2015 a 2019 en Islandia, a trabajadores se les pagó el mismo salario por trabajar menos horas. Según los investigadores, la productividad se mantuvo o mejoró en la mayor parte de los lugares de trabajo.
La reducción de la jornada laboral es una pelea en el mundo. Por ejemplo el diputado argentino Christian Castillo defiende que si en Argentina se redujera la jornada laboral, entonces podrían crearse un millón de empleos.
De la misma manera, en Francia, el dirigente sindical Anasse Kazib llama a repartir la jornada de trabajo y su organización política defiende una jornada de 32 horas.
Sin embargo, en Costa Rica hemos visto cómo la reducción de la jornada laboral fue usada por el Gobierno de Alvarado y los empresarios para lanzar al desempleo a decenas de miles durante la pandemia. También experimentamos cómo “jornadas flexibles” son un eufemismo de patronos para decir precarización laboral. En el caso de la CCSS se va por el mismo camino, y la reducción de la jornada estará acompañada de una reducción salarial proporcional, es decir, una reducción de la mitad del salario, profundizando la precarización laboral.
Por ello es fundamental rechazar estas medidas que viene desde arriba, con una lógica contra las y los trabajadores, sino defender una jornada laboral con el mismo salario, desde abajo, desde la clase trabajadora autoorganizada. Para liberar esa energía es fundamental que las direcciones sindicales de la Caja, como UNDECA o SIPROCIMECA, realicen asambleas por centros de trabajo para evaluar la posibilidad de dar una lucha sin descanso por la reducción de la jornada laboral y la recuperación de los salarios perdidos, sea por la medida o por todos los mecanismos que se han usado para reducir el salario.
Según Lucía Molina, periodista del Semanario Universidad, en 2023, "Costa Rica se mantiene como el segundo país de la OCDE con más horas de trabajo anuales por persona, solo superado por México. También es el tercer país con menor balance entre la vida y el trabajo, según un indice publicado en el 2020 por el mismo organismo."
Ante ello, es necesario que todas las organizaciones políticas, gremiales, sociales de la clase trabajadora se apresten para luchar por una jornada de 6 horas e incremento de salarios. | 
